Editorial | Tensiones en Juntos

Los pactos y sus límites

En su carrera hacia la candidatura presidencial, el alcalde porteño había imaginado una alianza interna que entendía muy poderosa. La ilustró con una foto notoria tomada en Mar del Plata apenas despuntado este año. Allí, remedando una imagen de los Beatles cruzaron una calle cuatro referentes: Larreta, Morales, Santilli y Lousteau. A diferencia de Abbey Road, Larreta y sus creativos imaginaban que la foto señalaría el comienzo público de una operación largamente pensada para ser imbatible en la interna de Juntos por el Cambio (o el cargo, como dice Milei).
Buenos Aires, 14 de febrero de 2023. La imagen reflejaba un acuerdo muy poderoso, desde el punto de vista larretista. Con él se aseguraba el respaldo nacional del partido radical a cambio de compartir la gestión en la ciudad. Algo que definitivamente marcaba una fuerte distancia con su competidora Patricia Bullrich. O eso suponía. 

No contaba con la resistencia del macrismo a ceder la caja porteña. Lousteau resultó merecedor de la bolilla negra del PRO, no porque haya sacado los pies del plato en el último tiempo, sino porque los radicales no comparten espacios en ninguno de los lugares donde son hegemónicos. Por eso Macri se lo dijo a Larreta cuando lo visitó en el sur: imposible ceder el gobierno porteño a la UCR. No hay reciprocidad con el PRO en Jujuy, Mendoza o Corrientes, las provincias que tienen gobernadores radicales.

Así, la foto que ilusionaba al larretismo como el lanzamiento de una fórmula ganadora, se convirtió en el fin de un sueño. Ahora Larreta debe rearmar su estrategia, tanto en el distrito que gobierna como a nivel nacional. Por eso aparece acompañando las precandidaturas de Fernán Quirós y Soledad Acuña, de su sector, a la jefatura de Gobierno, mientras Jorge Macri sigue tratando de instalar la suya y Lousteau no se resigna a perder su oportunidad. ¿Cómo harán para dirimir las diferentes apetencias?

Por suerte para Juntos por el Cambio, las PASO no fueron removidas hasta ahora, como muchos esperaban. Es el único camino que tienen para dirimir sus conflictos internos, aunque todavía no está definido si habrá antes una interna de cada fuerza de la coalición para establecer las prevalencias entre los diferentes precandidatos y luego concurrir a la primaria abierta para seleccionar los candidatos definitivos, o si directamente en la segunda instancia se presentarán listas mixtas, con candidatos de los diferentes espacios integrados en la coalición. Larreta se había preparado para la segunda opción, pero el traspié sufrido lo debilita internamente, aunque la famosa foto le sirvió para tener una mayor visibilidad nacional y afianzarse como uno de los presidenciables de su espacio.

El rol de Gerardo Morales en su condición de titular del radicalismo a nivel nacional, secundando al alcalde porteño, es ilustrativo del lugar que tiene en el sistema de poder de Juntos por el Cambio el radicalismo actual, completamente desdibujado y contrario a los ideales socialdemócratas que supo encarnar Raúl Alfonsín en los albores de la recuperación democrática, cuarenta años atrás. Es una consecuencia del giro a la derecha de su propio electorado que, como se siente amenazado en el goce de sus privilegios, actúa agresivamente para defenderlos, incluso en forma preventiva y piensa que la salida a la crisis es el recorte de los menguados derechos de los que menos tienen. Para ellos la solidaridad suena como populismo.
Lic. Gerardo Codina


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