Editorial | Paradojas políticas

¿El fin del macrismo?

La sucesión de escándalos que desacredita a la gestión de Milei desde el caso Libra, más el creciente malestar con el rumbo económico, ya impactó en las urnas y en pocos días volverá a hacerse sentir. Si en mayo, la sumatoria de los votos de LLA con Adorni a la cabeza y el PRO no superó el 45% (doce puntos abajo de lo obtenido en el distrito por Milei en la segunda vuelta presidencial), ahora ese porcentual parece difícil de alcanzar para Patricia Bullrich, devenida candidata libertaria después de haber encabezado el PRO a nivel nacional, pese a que los dos espacios formalizaron una versión de alianza electoral que se pareció mucho a una capitulación del macrismo. Buenos Aires, 14 de octubre de 2025. De darse un resultado a la baja como esperan los analistas, es decir menor al 45% de los votos sumados en mayo, quedarán en entredicho las posibilidades de Bullrich de competir por la Jefatura de Gobierno en el 27, la utilidad para el PRO de estar atado a un proyecto político que se está desarmando ante la vista de todos y la gobernabilidad del distrito en los próximos dos años, con una legislatura básicamente adversa al oficialismo local.

Pero para intentar rehacerse, el PRO tendría que alumbrar un liderazgo que hoy no tiene. Mauricio hace dos años que intenta jugadas políticas que no le salen y Jorge apenas se luce gestionando la ciudad más rica del país. Poco talento para tamaño desafío. Ni siquiera en la peor de las horas de Milei, el macrismo intentó diferenciarse más que en alguna cuestión formal. Le falta la audacia que muestra Larreta, que de a poco y casi en silencio, va reconstruyendo su posibilidad de ser competitivo y volver a las ligas mayores.

Él retomó el camino que le resultó fructífero cuando estuvo a cargo de la Jefatura: armar un sistema de alianzas inclusivo que apunte al electorado de centro en la ciudad. En pocos meses casi iguala el tamaño de bloque que tiene el oficialismo, que deberá negociar con sus representantes si quiere sacar adelante las leyes centrales de cualquier gestión. Pero, primero es lo primero, el primo Jorge tendrá que retractarse de las críticas que le hizo a su antecesor, para ver luego si pueden acordar algo y qué precio tiene.
Más allá de lo que se resuelva en Perú 160, al macrismo le será difícil fingir demencia para no padecer las consecuencias de una probable implosión del gobierno libertario. Demasiadas veces Macri respaldó públicamente las andanzas del inefable cantor frustrado y demasiados dirigentes de primera línea del PRO se sumaron alegremente a la gestión formal e informal del gobierno de Javier Milei.

Bullrich se da cuenta de los riesgos que corre y por eso intentó diferenciarse cuando estalló el narcoescándalo de Espert. Pero no puede esconder su compromiso con el brutal ajuste que padecen la mayoría de los trabajadores argentinos, con la salvaje represión de los jubilados que reclaman lo que les pertenece y su incapacidad para combatir el narcotráfico que gana los barrios. Por esas razones, muchos no la han votado nunca pero ahora se incrementan con los que ya no le creen a Milei y no tiene esperanzas en que las cosas mejoren. Los votos habrán de

definir cuál será el futuro de ella y el macrismo residual. Una cosa es segura, nadie como Milei para destruir al PRO.


Lic. Gerardo Codina


Compartir nota en las redes sociales Enviar Imprimir

Dejanos tu comentario