Comunales | Teatro Abierto volvió al Picadero

El ejercicio de la libertad

Tres obras del repertorio original de Teatro Abierto volvieron al escenario del Teatro Del Picadero en un ciclo que culminará el próximo 26 de noviembre. Cada martes y con entrada gratis se presentan Gris de ausencia, de Tito Cossa; Decir sí, de Griselda Gambaro y Papá querido, de Aída Bortnik. Un homenaje merecido a 32 años de aquel memorable evento, que fue un hito de la resistencia cultural a la dictadura. Buenos Aires, 11 de noviembre de 2013."¿Por qué hacemos Teatro Abierto? Porque queremos demostrar la existencia y vitalidad del teatro argentino tantas veces negada; porque siendo el teatro un fenómeno cultural eminentemente social y comunitario, intentamos mediante la alta calidad de los espectáculos y el bajo precio de las localidades, recuperar a un público masivo; porque sentimos que todos juntos somos más que la suma de cada uno de nosotros; porque pretendemos ejercitar en forma adulta y responsable nuestro derecho a la libertad de opinión; porque necesitamos encontrar nuevas formas de expresión que nos liberen de esquemas chatamente mercantilistas; porque anhelamos que nuestra fraternal solidaridad sea más importante que nuestras individualidades competitivas; porque amamos dolorosamente a nuestro país y éste es el único homenaje que sabemos hacerle; y porque, por encima de todas las razones nos sentimos felices de estar juntos."

El martes 28 de julio de 1981, a las18:00 hs., el actor Jorge Rivera López, presidente de la Asociación Argentina de Actores por aquel entonces, inauguró Teatro Abierto con la lectura de este texto escrito por el dramaturgo Carlos Somigliana.

Recordando la historia

Teatro Abierto fue un movimiento de los artistas teatrales de Buenos Aires que surgió en 1981 bajo el régimen militar y desapareció en 1985, un año después de recuperada la democracia. Nació por el impulso de un grupo de autores dispuestos a reafirmar la existencia de la dramaturgia argentina aislada por la censura en las salas oficiales y silenciada en las escuelas de teatro del Estado.

Un día de finales de 1980 los autores se propusieron mostrarse masivamente en un escenario y 21 de ellos escribieron otras tantas obras breves que, a tres por día, formaron siete espectáculos que debían repetirse durante ocho semanas. Cada obra sería dirigida por un director distinto y representada por intérpretes diferentes para dar lugar a una presencia también masiva de los actores. Casi 200 personas entre autores, actores, directores, plásticos y técnicos participaron del primer ciclo.

Cualquier evocación de aquella gesta audaz debe registrar, para ser justa, los nombres propios que la sostuvieron, muchos de los cuales se constituyeron en lo mejor del teatro argentino del último cuarto del siglo pasado: entre ellos deben anotarse los de los autores Carlos Somigliana, Carlos Gorostiza, Eugenio Griffero, Elio Gandolfo, Aída Bortnik, Eduardo Pavlovsky y Osvaldo Dragún; y los de los directores Carlos Gandolfo, Alberto Ure, Luis Agustoni, Villanueva Cosse, Osvaldo Bonet, Alfredo Zemma y Francisco Javier, entre tantos otros.

Teatro Abierto se inauguró en el Teatro del Picadero, una sala de la periferia del centro porteño recién inaugurada, y desde la primera función provocó una convocatoria de público entusiasmado que desbordó las 300 localidades previstas. Las funciones se realizaban en un horario insólito, a las 6 de la tarde, y el precio de la entrada equivalía a la mitad del costo de una localidad de cine.

Una semana después de inaugurado, un comando ligado a la dictadura (se dijo que pertenecía a la Marina) incendió las instalaciones de la sala. Al igual que el público, los militares habían advertido que estaban en presencia de un fenómeno más político que teatral.

El atentado provocó la indignación de todo el medio cultural. Casi veinte dueños de salas, incluidas las más comerciales, se ofrecieron para asegurar la continuidad del ciclo. Más de cien pintores donaron cuadros destinados a recolectar dinero y recuperar las pérdidas. Los hombres más importantes de la cultura y de los derechos humanos -Jorge Luis Borges, Ernesto Sábato y el premio Nobel de la Paz, Adolfo Pérez Esquivel- expresaron su adhesión. Teatro Abierto pudo continuar en el Teatro Tabarís, la más comercial de todas las salas de la calle Corrientes y con el doble de capacidad que el Teatro del Picadero. El ciclo se desarrolló a teatro lleno y con un entusiasmo del público que superaba el fenómeno teatral para convertir cada función en un mitín antifascista.

Así se cumplieron tres ediciones de Teatro Abierto bajo el régimen militar (1981-82-83). En 1984, primer año de democracia, los integrantes de Teatro Abierto se dedicaron a discutir la manera de encarar la continuidad, ahora que el pretexto que le había dado origen, la dictadura militar, ya no estaba. Teatro Abierto se prolongó bajo la democracia en otras dos ediciones y luego desapareció.

Cabe recordar que la repercusión de Teatro Abierto estimularía a otros artistas y así surgirían, a partir de 1982, Danza Abierta, Poesía Abierta y Cine Abierto, aunque ninguno de ellos alcanzaría la dimensión que tuvo el fenómeno teatral convertido, por el imperio de circunstancias no previstas, en el más importante de los focos de resistencia cultural a la dictadura de los militares.

El presente de Teatro Abierto

Teatro Abierto volvió a ser ahora eje de un proyecto que se lleva a cabo en el renovado Picadero. Sebastián Blutrach, su actual propietario, y Roberto Cossa, uno de los grandes protagonistas de aquel momento, reunieron esfuerzos junto a la Secretaría de Cultura de la Nación y la TV Pública. El resultado es un ciclo que movilizará a nuevos autores, actores y directores a la vez que rendirá homenaje a aquel acontecimiento.

Desde octubre se exhiben tres piezas del ciclo original. Pero, antes, se lanzó un concurso de obras teatrales (más info en www.cultura.gob.ar/concursos), del que surgirán dieciocho textos que subirán a escena a partir de marzo. Y también está en proceso la creación de un espacio interactivo, que funcionará en el hall de El Picadero, que permitirá encontrarse con materiales fotográficos y audiovisuales que recuerdan las jornadas de Teatro Abierto 81.
Hasta el 26 noviembre próximo, cada martes desde las 19, se retiran las entradas gratuitas en el teatro para ver, a partir de las 21, Gris de ausencia, Papá querido y Decir sí. Las tres obras del repertorio original de Teatro Abierto, son producidas por la Secretaría de Cultura de la Presidencia de la Nación

La TV Pública, por su parte, inició el pasado 29 de octubre un ciclo de programas especiales, conducido por Darío Grandinetti, con trece de las obras que se estrenaron en 1981, adaptadas para TV. Durante la primera temporada y con dirección de Joaquín Bonet, Hugo Urquijo, Alfredo Zemma, Raúl Serrano y Pepe Cibrián, se podrán ver piezas como Mi obelisco y yo, de Osvaldo Dragún; Tercero incluido, de Eduardo Pavlovsky; El acompañamiento, de Carlos Gorostiza; Desconcierto, de Diana Raznovich; y La oca, de Carlos Pais, entre otras.

Santiago Pujol

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