Historias de nuestra comuna | Ecos de una tragedia familiar

El mito urbano de Casa Anda

La casona es una obra del reconocido arquitecto italiano Virginio Colombo y está ubicada en Avenida Entre Ríos 1077. Fue levantada a principios del siglo XX con pisos de roble, frescos y bronces traídos de Europa. El entonces empresario de calzado Leandro Anda, fue quien ordenó su construcción y al final de la obra se instaló en ella con su familia. Buenos Aires, 8 de octubre de 2024. En 1920 era considerada una gran mansión, ya que el living daba a la calle y a través de sus ventanales podían observarse los frescos, grandes escaleras y techos pintados en dorado. La vivienda contaba con un local central en la planta baja y dos entradas a los costados. La familia Anda trabajaba en zapatería y fabricaba los zapatos en el local, los que luego eran vendidos en un comercio ubicado a dos cuadras. En 1926 don Leandro vendió la propiedad al señor Roccatagliatta quien se instaló allí junto con su esposa y sus dos hijos.
 
El inmueble está desocupado desde 2008 y fue intrusado en varias oportunidades, tiene la entrada tapiada y sus ventanas se ven abiertas. Se encuentra en ruinas, parcialmente inundado por rotura de caños internos, y con peligro de derrumbe.
Según Fernando Tuma, artífice de la reconstrucción de Casa Calise, la intención de las autoridades de la Comuna 3 en el año 2018 fue recuperar Casa Anda con un proyecto similar trabajando sobre la base de la Ley de Mecenazgo, que permitió rescatar en su formato original la casona de Colombo construida en 1911 y ubicada en Hipólito Yrigoyen al 2500. A raíz del éxito de ese proyecto, Tuma fue convocado por la Comuna 3 para salvar la Casa Anda poco después de que se viera en su frente un cartel de venta con la intención de demolerla. Pero el proyecto no prosperó.

Para los vecinos de San Cristóbal, la casona es El Mirador del Ahorcado y remite a un mito urbano que asegura que en su mirador se puede ver la figura ahorcada de uno de sus antiguos habitantes. Adrián Dubinsky, presidente de la Junta de Estudios Históricos de San Cristóbal, refiere que “la historia comienza en 1926 cuando la familia Roccatagliatta, conformada por Luiggi, del cuerpo de infantería del ejército italiano de Garibaldi, su esposa Glorietta y sus mellizos de 17 años Emmanuel y Vittorio, se instalaron en el primer piso y dejaron la parte de abajo a un matrimonio de inmigrantes húngaros y a su bella hija, Celina Amparo, de 16 años”. El mirador en cuestión fue construido por Roccatagliata, quien hizo un anexo para las palomas, cosa que en la época era muy común”, señala Dubinsky.

La tragedia se desencadenó cuando los mellizos se enamoraron de la joven y uno de ellos le dio un beso. El otro, enceguecido de celos, mató a su hermano y subió al palomar donde se ahorcó. El padre, al presenciar la tragedia padeció un infarto y falleció, mientras que la madre enloqueció por completo y quedó sola habitando la casa por un tiempo. “Esto ocurrió el 17 de mayo de 1927. Para agregarle un ingrediente truculento más a la escena, cuentan que, cuando se producen las muertes, una gran tormenta azotaba a la ciudad de Buenos Aires y que por eso hoy cuando hay tormenta se puede observar en lo alto la figura del ahorcado”, concluye el historiador.

                                                                                                              Norberto Alonso


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