Balvanera en el centro

Comunales | Semana del Tango

Balvanera en el centro

La Semana del Tango convirtió a Buenos Aires en epicentro cultural con homenajes a Carlos Gardel y Julio De Caro, dos vecinos de Balvanera cuya obra definió la identidad porteña. Se trata de dos figuras fundamentales del género, ambos nacidos un 11 de diciembre y sin los cuales no se explica la evolución de la música que identifica a la ciudad. Buenos Aires, 16 de setiembre de 2025. La Ciudad de Buenos Aires celebra del 10 al 14 de diciembre la Semana del Tango, un evento impulsado por el Gobierno porteño en el marco del Día Nacional del Tango, que se conmemora cada 11 de diciembre en homenaje a Carlos Gardel y Julio De Caro. Este año la celebración adquiere un carácter especial al cumplirse 90 años del fallecimiento de Gardel, el Zorzal Criollo, y al recordar la trayectoria de De Caro, violinista y director que revolucionó el género. Ambos fueron vecinos del barrio de Balvanera, territorio que se consolidó como cuna del tango y que hoy se erige como epicentro de las actividades culturales que buscan mantener viva la tradición.

El Museo Casa Carlos Gardel, ubicado en el Abasto, concentra gran parte de la programación con propuestas libres y gratuitas. Allí se realizan clases de baile abiertas para todos los niveles, encuentros de coleccionistas de discos de 78 rpm que rescatan el patrimonio sonoro del tango, y conciertos con intérpretes consagrados como Jesús Hidalgo, Hernán Genovese y Esteban Riera. También se destaca la participación de Milagros Amud, joven cantante que con apenas 19 años se ha convertido en una de las voces emergentes del género. Estas actividades buscan acercar el tango a públicos diversos y reforzar su vigencia como expresión cultural de la ciudad.

El Casco Histórico también se sumó con recorridos temáticos que invitan a revivir la historia del tango en sus escenarios originales, desde la calle Balcarce hasta la Avenida de Mayo. En paralelo, espacios como el Almacén y Bar Lavalle presentan homenajes artísticos, como la develación de una escultura de bandoneón creada por Juan Pablo Deplá en honor a Walter Ríos y Mariel Dupetit, figuras destacadas del género. Estos tributos refuerzan la idea de que el tango no solo es música y danza, sino también arte visual y memoria colectiva.

La Semana del Tango se inscribe en una tradición que tiene su raíz en la iniciativa de Ben Molar, quien en 1977 logró que se declarara oficialmente el 11 de diciembre como Día Nacional del Tango, al coincidir los nacimientos de Gardel en 1890 y De Caro en 1899. Desde entonces, la fecha se convirtió en símbolo de la cultura argentina y fue reconocida internacionalmente cuando la UNESCO declaró al tango Patrimonio Cultural Inmaterial de la Humanidad en 2009.

Por eso hoy, el barrio de Balvanera, que vio crecer a Gardel y De Caro, se transforma en escenario de celebraciones que reafirman al tango como el género artístico que mejor expresa la personalidad porteña. Con conciertos, recorridos históricos y homenajes, la Ciudad busca mantener viva la herencia de dos de sus máximos exponentes y proyectar el tango hacia nuevas generaciones, consolidando su lugar como emblema cultural de Buenos Aires.

No alcanza con la nostalgia

Pero no todo es tradición. El futuro del tango se proyecta como el de un género artístico integral que seguirá dialogando entre la fuerza de su tradición y el impulso de la innovación. Convertido en símbolo universal de Buenos Aires, el tango enfrenta hoy el desafío de conservar su esencia mientras se abre a nuevas generaciones que lo reinterpretan con fusiones musicales, experimentaciones escénicas y propuestas tecnológicas. Esa tensión entre lo clásico y lo moderno, lejos de debilitarlo, lo mantiene vivo y en constante transformación, asegurando que su identidad cultural se preserve al mismo tiempo que se expande hacia horizontes inéditos, reafirmando su lugar como patrimonio y como lenguaje artístico en evolución.

Esa búsqueda de continua renovación es lo que caracterizó a Gardel y De Caro, tanto como a otros grandes, como Pugliese o Piazzola. Conocido como el Zorzal Criollo, Gardel se convirtió en el máximo exponente del tango canción que él creo, gracias a su voz inconfundible y a interpretaciones que trascendieron fronteras. Entre sus obras más emblemáticas figuran Mi Buenos Aires querido, Volver y El día que me quieras. Además de cantante, fue actor en películas que difundieron el tango en toda América y Europa. Su carrera se desarrolló entre 1912 y 1935, y su fama alcanzó dimensiones universales. Falleció trágicamente en un accidente aéreo en Medellín, Colombia, el 24 de junio de 1935, dejando un legado que lo convirtió en mito popular y símbolo eterno de la música argentina. La casa que compró para su madre en el Abasto, es hoy sede del Museo que lleva su nombre.

En tanto que Julio De Caro, fundó en 1924 el célebre sexteto De Caro, integrado por músicos como Pedro Maffia, Luis Petrucelli y su hermano Francisco De Caro, que dio inicio a la llamada Guardia Nueva del tango. Su estilo innovador aportó sofisticación y complejidad al género, alejándolo de sus raíces más arrabaleras y acercándolo a la música de concierto. Entre sus composiciones se destacan Loca bohemia, Mala junta y Flores negras. Su influencia fue decisiva para generaciones posteriores, incluyendo a Ástor Piazzolla, y consolidó al tango como música representativa de Buenos Aires.

En su ejemplo de recreación estilística, ampliando las fronteras de la tradición, abrevan las nuevas generaciones de creadores que proyectan el tango en un nuevo siglo.

Mariela Sosa

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