Sociedad | Macron en San Cristóbal

Un llamado de atención

El presidente de Francia se reunió el domingo con familiares de víctimas de la dictadura en la Iglesia de la Santa Cruz, ubicada en Estados Unidos y Urquiza de San Cristóbal, antes de entrevistar a Milei en la Rosada. El gesto fue interpretado como un respaldo a las políticas de Memoria, Verdad y Justicia. Allí Macron afirmó "La memoria no se puede enterrar". A su encuentro también acudió Jorge Macri para entregarle las llaves de la ciudad. Buenos Aires, 19 de noviembre de 2024. En gesto de fuerte contenido simbólico, el presidente de Francia destinó una de las tres actividades oficiales que realizó en su breve visita a nuestro país, a entrevistarse en la Iglesia de la Santa Cruz con referentes de distintos organismos de derechos humanos y rendir homenaje a las dos monjas francesas secuestradas y asesinadas por la última dictadura cívico militar.

Los referentes de los derechos humanos encabezados por el Premio Nóbel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, le pidieron a Macron que interceda ante Javier Milei para que cesen los ataques negacionistas. "Así lo haré", les dijo el mandatario, que dejó dos ofrendas florales en las tumbas de las monjas Alice Domon y Leonie Duquet. Ambas fueron señaladas por Alfredo Astiz en diciembre de 1977 para ser secuestradas, trasladadas al campo de concentración de la Escuela de Mecánica de la Armada (ESMA) y arrojadas vivas al mar. En ese operativo se llevaron también a tres Madres de Plaza de Mayo y otros siete activistas de los derechos humanos.

El presidente de Francia, Emmanuel Macron, se acercó hasta la iglesia junto con su esposa, Brigitte Macron. En la parroquia lo esperaban desde temprano el Premio Nóbel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, referente del Servicio de Paz y Justicia (Serpaj) y representantes de Abuelas de Plaza de Mayo y del Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS). También se encontraban familiares de víctimas francesas del terrorismo de Estado, como Eric Domergue, Michel Ortiz y los hermanos de Marie-Anne Erize, al igual que Ana Careaga, sobreviviente de la dictadura y una de las hijas de Esther Ballestrino de Careaga, otra de las personas secuestradas el 8 de diciembre de 1977 en la Iglesia de la Santa Cruz.

Durante el encuentro, Macron se fue acercando a cada uno de los familiares o integrantes de los organismos de derechos humanos para saludarlos y escuchar lo que tenían para decirle. Ana Careaga le contó que ellos decían que esa iglesia era la última tierra libre que habían pisado los secuestrados de diciembre de 1977. En el solar descansan los restos de Leonie Duquet, Esther Careaga, María Eugenia Ponce de Bianco, Ángela Auad y parte de los de Azucena Villaflor de De Vincenti –ya que su familia también llevó sus cenizas a la Plaza de Mayo. Para la justicia argentina, está acreditado que los doce integrantes del grupo de la Santa Cruz fueron eliminados en un vuelo de la muerte que partió el 14 de diciembre de 1977 desde Aeroparque, aunque solamente se lograron recuperar los cuerpos de cinco de ellos.

Adolfo Pérez Esquivel le  regaló una reproducción de un cuadro que está en el altar de la Iglesia de la Santa Cruz. “Es importante la presencia de Macron para hacer memoria y rendir homenaje a los mártires de la dictadura militar. Su presencia es muy significativa aquí en la Iglesia de la Santa Cruz”, dice el dirigente del movimiento de derechos humanos antes de dejar la parroquia. “Contra este gobierno negacionista que dice que hay que tener memoria completa, acá está la memoria. La otra parte de la memoria son los que están en las cárceles por los crímenes que cometieron contra la humanidad y el pueblo argentino”, concluye Pérez Esquivel.

Una de las últimas invitadas en hablarle fue Sol Hourcade, abogada del CELS. Ella le habló de la ofensiva del gobierno de Milei contra las políticas de memoria y de la denuncia que los organismos de derechos humanos habían impulsado la semana pasada ante la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH). El párroco Marcelo Pérez acompañó a Macron hasta la salida. “Es bueno que un presidente de un país venga a un lugar como éste donde está sembrada una religiosa francesa y muestre el compromiso de seguir sosteniendo la verdad, la memoria y la justicia”, dice desde la puerta de la Iglesia de la Santa Cruz.

Antes de irse, Macron y su esposa pasaron por el solar para rendir su homenaje a las víctimas del operativo de la Santa Cruz. Macron dejó dos ofrendas florales para las monjas Alice Domon y Leonie Duquet. Entró escoltado por el sacerdote Marcelo Pérez y María Elena Corral, que se ocuparon de todos los detalles. “Nos quedamos conformes con el compromiso de Macron con los 24 franceses y con el resto de los desaparecidos argentinos”, cuenta Eric Domergue, cuyo hermano Yves fue secuestrado el 20 de septiembre de 1976 en Rosario. “Le dijimos que nuestra preocupación es que no solo hay un pronunciado negacionismo sino directamente una reivindicación de la dictadura”, agregó.

Las llaves de Buenos Aires

El Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, le entregó la Llave de la Ciudad al presidente de la República de Francia, Emmanuel Macron, en el marco de su visita a la Argentina. "Este gesto simboliza la amistad entre nuestros pueblos y el compromiso de que Buenos Aires siempre tendrá sus puertas abiertas para Francia", dijo Jorge Macri. "Durante el encuentro, destacamos la importancia del sector privado y de las inversiones francesas como motor de crecimiento en la Ciudad", sostuvo el Jefe de Gobierno.

En la Iglesia de la Santa Cruz, en el barrio de San Cristóbal, ambos participaron de un homenaje, mediante una ofrenda floral, a los franceses desaparecidos y asesinados durante la dictadura militar argentina. Acompañó al Jefe de Gobierno, su esposa y periodista, María Belén Ludueña, y el Secretario General y de Relaciones Internacionales, Fulvio Pompeo.



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