Comunales | Es vecino de Once

El primer ahijado presidencial judío

Iair Gabriel Tawil, de 21 años, de la comunidad del Gran Templo Paso, se convirtió en ahijado de Cristina Fernández de Kirchner. “Es algo emocionante y estoy muy contento”, declaró el joven tras conocer a la Jefa de Estado, mientras encendían las velas de Jánuca en Casa Rosada. Buenos Aires, 13 de enero de 2015. La comunidad judía del Once cerró el 2014 conmovida por un hecho trascendental en su longeva historia: Iair Gabriel Tawil, de 21 años, se convirtió en el primer ahijado presidencial, amadrinado por Cristina Fernández de Kirchner.

Este joven vecino de la Comuna —cuyo nombre significa ‘iluminar’— es la primera persona de fe judía en ser amadrinada por una Jefa de Estado argentina, ya que esta concreción se da luego de una reforma a ley de padrinazgo presidencial. “Significó mucho. Antes un judío no podía hacerlo y un día se reforma la ley y ahora se puede”, se alegró Iair Gabriel.

Ahijados y madrinazgos presidenciales en Argentina

La historia de reconocimientos por parte del titular del Poder Ejecutivo local se remonta a 1907. En ese momento se inició la costumbre de que el Presidente en ejercicio podía apadrinar a los séptimos hijos varones. Más tarde, durante la tercera presidencia de Perón, en 1973 con la ley 20.843 y sus decretos reglamentarios, se institucionalizó el padrinazgo, acompañándolo de una beca para solventar los estudios del beneficiario hasta su mayoría de edad y se incorporó a las mujeres.

Treinta y seis años más tarde, esa norma fue modificada. Se hizo por decreto presidencial en 2009 que incluía en el beneficio a personas de otras religiones. Del mismo modo la renovación del texto postuló que el madrinazgo “se concederá al séptimo hijo por orden cronológico de nacimiento, en línea recta sanguínea de madre o padre” y que la condición de ahijado presidencial “se perderá en caso de sentencia judicial condenatoria firme por delito penal”. Para establecer el número de hijos, se incluye a los que sean adoptados.

La historia del joven vecino de Once va en paralelo al nuevo panorama que el decreto de 2009 abrió a la sociedad. “Cuando Iair nació, en 1993, nos comunicamos con Presidencia para ver si era posible el padrinazgo presidencial y nos contestaron que no, porque la Constitución no lo permitía en esa época”, contó su papá, Salomón Tawil. Su esposa, Avi-Nehama, también mostró alegría por el momento único que vivió la comunidad: “Me siento feliz de estar compartiendo en familia este momento”.

Ambos integran la comunidad Jabad Luvabitch y son “cohanim”, es decir sacerdotes que “tienen el privilegio de bendecir”, relató el rabino, que fue lo que hicieron con su hijo y con todas las personas presentes en la sinagoga.

Un encuentro en Once que hizo historia

La ceremonia religiosa con bendición sacerdotal que instauró el madrinazgo presidencial para Iair fue en el Gran Templo Paso. Ocurrió el sábado 13 de diciembre al 400 de esa calle de Balvanera. La Presidenta estuvo representada por la edecana María Isabel Pansa, coronel del Ejército argentino. Guió el encuentro el rabino Yosi Baumgarten, quien auguró que “otras personas de nuestra comunidad conozcan que tienen este derecho, la posibilidad de acceder al madrinazgo presidencial”.

Baumgarten agradeció a la Presidenta y a los padres de Iair y le dijo al joven que debía ser “un ciudadano judío orgulloso de vivir en un país libre”. En torno a vasos con vino que circularon entre quienes asistieron al templo, la ceremonia cerró con el rabino destacando “este día histórico”, bendiciendo a la Presidenta y pidiendo que “Dios nos dé salud, alegría y disfrute”.

Una medalla y un diploma entregado por la edecana certificaron la nueva posición de Iair. El joven cerró el encuentro con un sueño que pronto iba a cumplirse: “Me encantaría conocer a la Presidenta, sería un honor, un placer”.

Janucá en Casa Rosada con la madrina

Antes del cierre de año la comunidad judía celebró Janucá —fiesta de las luces donde se encienden velas en recuerdo de la recuperación de la independencia judaica—, y esa ocasión fue la ideal para que Iair y Cristina Fernández se conocieran cara a cara.

El primer ahijado presidencial encendió las velas de la celebración junto a la mandataria en la Casa Rosada el 23 de diciembre por la noche. Mantuvo una charla que calificó de “agradable” con la mandataria, en donde hablaron de distintos temas.

“La verdad es que es una presidenta muy abierta y carismática. Me gustó que sea muy humana y uno se siente que está hablando con un amigo. Fue un momento muy lindo de una sola vez en la historia”, contó Iair a la AJN.

“El madrinazgo significó mucho. Antes un judío no podía hacerlo y un día se reforma la ley y ahora se puede”, cerró el joven vecino de Once que hizo historia al ser el primer ahijado presidencial de descendencia judía. Su esfuerzo fue en paralelo a un cambio en la norma de ahijados. Se configuró así una ampliación de derechos y de igualdad para con fieles y seguidores de otras religiones. Otro gesto más de integración para esta patria que se puede contar desde una historia barrial.

Juan Castro


Repercusión (y malentendido) mundial

Medios de todo el globo replicaron la noticia ocurrida en Balvanera bajo un peculiar ángulo. “Los informes de que el presidente de la Argentina adoptó un niño como su ahijado para evitar que se convierta en un hombre lobo pueden haber sido muy exagerados”, introduce un texto del Huffington Post. Esta especie de rectificación deja en evidencia que la prensa habló durante varios días sobre el madrinazgo del joven vecino de Once Iair, como una especie de rito para evitar que se convierta en “Hombre Lobo”, tal como había reflejado The Independent. “Lo que Kirchner describió como un ‘momento mágico’ en Twitter se ha convertido en una situación peluda gracias a cierta confusión”, añadió el Huffington, que ilustró su artículo con fotomontajes de hombres lobo e imágenes de la ceremonia de Janucá.



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