Buenos Aires, 7 de abril de 2020. El aislamiento social obligatorio barrió con todo signo de actividad comercial en las veredas de Once. Días antes de pausar el país para contener la pandemia de coronavirus, los manteros tuvieron que llorar la muerte de una colega en uno de los hechos más trágicos del último tiempo. Fue atropellada sobre la avenida Pueyrredón cuando huía de un operativo policial. 

Beatriz Mechato Flores tenía 73 años, era jubilada y vendía medias de forma ambulante en Once para darle de comer a su familia. Esa era su rutina hasta que el viernes 13 de marzo a media tarde la Policía de la Ciudad desplegó uno de sus habituales operativos de saturación para expulsar a los manteros y vendedores de la vía pública.

En las reuniones de Comisarías Cercanas, el ciclo mensual donde las autoridades policiales se entrevistan con vecinos, los comisarios de la Comuna 3 (Balvanera y San Cristóbal) contaban que los operativos contra los manteros, demandados por un buen número de propietarios cansados de la ocupación del espacio público, consisten en poner muchos efectivos para hacer que los vendedores “se corran” de la zona neurálgica del Once.

Los resultados son dispares. Hay jornadas en que las calles vuelven a estar transitables, sin mantas sobre las baldosas. En otras oportunidades, la presencia policial decanta en duelos campales, donde hay embestidas de efectivos contra manteros y el límite entre los protocolos y la violencia institucional se vuelve difuso.

Más de una vez se volvieron virales en redes sociales videos caseros tomados con celulares de peatones donde se muestra a manteros, muchas veces de origen senegalés, con heridas de gravedad luego de choques con la policía. Estos hechos fueron denunciados por los damnificados como actos de persecución policial, alimentados por tintes de xenofobia. Este medio informó en julio de 2018 el apoyo a manteros por parte de la Comisión contra la Violencia Institucional de la Legislatura porteña y entidades como CAREF (ayuda a migrantes) y la CTEP (Confederación de Trabajadores de la Economía Popular).

Aparte de los golpes, una situación que se empezaba a hacer habitual era la de manteros que sufrían siniestros de tránsito cuando escapaban de la policía para que no les incaute su mercadería. Uno de los casos resonantes ocurrió en octubre de 2018 frene a Plaza Miserere. En adelante hubo otros tantos sucesos.

El de Beatriz terminó de la peor forma: el viernes 13 de marzo fue embestida a la altura de Pueyrredón y Sarmiento. La derivaron al Hospital Ramos Mejía de Balvanera, en México y Urquiza. Falleció al martes siguiente. Ese lunes hubo una protesta en Plaza Miserere. 

Su familia y sus colegas se mostraron desconsolados. Realizaron una movilización el jueves 19 de marzo desde Plaza Miserere hasta la sede de Once de la Agencia Gubernamental de Control, en Perón y Boulogne Sur Mer. Fueron detenidos 15 manifestantes y luego liberados. 

El Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE) informó: “Los familiares y compañeros de Beatriz Mechato Flores nos movilizamos a la AGC para pedir Justicia por su muerte. Matías Lanusse y Alejandro Cohen son responsables de la muerte de Beatriz y responsables de este atropello a nuestros compañeros. Tienen que dar explicaciones y ser destituidos de su cargo”. 

Lanusse es un exfuncionario de la Unidad de Control de Espacio Público (UCEP), un organismo porteño que fue eliminado en 2009 porque denunciaron a su personal por golpear a gente en situación de calle. Se reportaron muchos hechos en Balvanera y San Cristóbal, por ejemplo en la calle Pasco al 1300, debajo de la Autopista 25 de Mayo.

 

Apenas producido el siniestro vial de Beatriz, la entidad Vendedores Ambulantes Independientes de Once (VAIO) señaló: “Culpamos a la policía de Larreta y Espacio Público quien fueron los culpables que nuestra compañera no esté más con nosotros. Fue perseguida para robarle su única fuente de trabajo, su mercadería. Su único delito fue vender en la calle para llevar un pan a la mesa”.

La Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP) sumó: “Beatriz Mechato Flores, de 73 años, había ido como cada día a Once a vender medias para ganarse el pan con dignidad cuando la policía porteña y los inspectores de la Agencia Gubernamental de Control, como lo hacen habitualmente, desplegaron un violento operativo de persecución y robo de mercadería en el que Beatriz perdió su vida”.

“Beatriz era una trabajadora de la economía popular, como 6 millones de personas en nuestro país, pobre y excluida, la venta ambulante era su forma de subsistencia a una edad donde su derecho sería una jubilación digna. El gobierno porteño ha encontrado en los vendedores ambulantes un enemigo a erradicar. El Gobierno de la Ciudad encabeza una política sistemática de estigmatización, persecución, violencia, represión y muerte. La crueldad contra la venta ambulante tiene que terminar”.

El colectivo Migrantes x Migrantes expuso: “Su muerte no se produjo por un accidente inesperado, falleció porque los inspectores y el ministerio de “seguridad” de la ciudad la estaban persiguiendo para arrebatarle su mercadería del día, al querer huir fue atropellada por un vehículo. No estaba realizando un delito, tan sólo quería vender unas medias para llevar un poco de dinero a su hogar y sin embargo murió perseguida, por el miedo a que le arrebaten su mercadería y la terminen destrozando. ¿Es que acaso querer trabajar de la manera más humilde es estar condenado a la muerte en la Ciudad? Beatriz mujer valiente, mujer migrante, ambulante por siempre”.

Juan Castro

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