Comunales | Teatro Luisa Vehil
“Seremos itinerantes un tiempo”
Luego de más de tres décadas en Balvanera, la sala de Hipólito Yrigoyen 3133 cerró sus puertas, pero su asociación civil continúa activa y buscará un nuevo lugar para seguir con su producción escénica. Los herederos de su creadora pusieron en venta la propiedad. Buenos Aires, 7 de enero de 2025. El Teatro Luisa Vehil del barrio de Balvanera (Hipólito Yrigoyen 3133) cerró sus puertas a fines de 2024. El lunes 17 de diciembre la comunidad de Balvanera se congregó frente a la sala independiente. “Abrazo al teatro y brindis despedida”, habían convocado sus animadores.
La actriz Luisa D´Amico construyó el teatro en 1988 sobre una antigua carbonería y le dio el nombre de su amiga y colega. La sala estuvo a su cargo hasta su muerte, en 2007. Luego, una asociación civil de vecinos y artistas continúo el legado con cientos de obras en escena, talleres, premios y un fuerte vínculo con la comunidad. Este grupo sigue activo y promete buscar un nuevo espacio para continuar con sus actividades.
Poco antes de morir, D´Amico pidió que el teatro siguiera abierto. Se lo encomendó al actor, director y educador Rubén Hernández Miranda, para lo que se constituyó una asociación civil que él presidió desde sus inicios, hace ya unos 17 años. En tanto, los herederos de la actriz reclamaron la propiedad o su equivalente en dinero. La asociación civil elaboró una gran cantidad de campañas y colectas -incluso en 2018 se presentó un proyecto de Ley de expropiación en la Legislatura porteña- con el fin de reunir los fondos suficientes para comprar el inmueble y garantizar la continuidad. Luego de varias fechas límite, el cartel de venta se colocó en forma definitiva a fines de 2024.
“El objetivo era que el teatro se comprara y quedara para la comunidad y nos sobreviva, como pasó tras el deceso de Luisa D´Amico. Uno se angustia porque lo ideal era hacer la compra y decir “lo logramos”. “No pudimos lograr el objetivo de juntar el dinero y entregamos la llave”, dijo Hernández Miranda a Síntesis Comuna 3.
“La mudanza fue titánica, mudamos 17 años de historia teatral. Armando las cajas vimos todo lo que se gestó en la sala. Cuando desarmamos, no podía más con mi alma y mi cuerpo, fue agotador y doloroso”, repasó. Hay que recordar que el Vehil tenía dos salas, una para 40 espectadores (planta alta) y otra para 100 (planta baja). También había una biblioteca y salas de reunión, espacios que era cedidos para encuentros de instituciones vecinales, entre ellas el Consejo Consultivo Comunal 3 (Balvanera y San Cristóbal).
En cuanto a cursos y talleres, había capacitaciones integrales para niños, adolescentes y adultos. En muchos casos, se otorgaban becas para garantizar el acceso a este proceso formativo. Desde 2013 la sala de Balvanera entregaba los Premios Luisa Vehil para “distinguir a los intérpretes y hacedores de la escena nacional”. La última edición se hizo el lunes 9 de diciembre, una semana antes del cierre. En dicha ceremonia, entre otros, hubo homenajes a dos salas de Balvanera y alrededores: El Portón de Sánchez y el Centro Cultural Ricardo Rojas.
Hernández Miranda definió a estas semanas de verano como un “llamado a la introspección para pensar todo lo que hicimos, todo lo logrado”: “Tomar esta crisis como un crecimiento y un cambio profundo, pero continuar con la labor teatral”. Pese a lo duro del momento, el dramaturgo sostiene: “Por suerte, casi todos los socios están muy pendientes de lo que vamos a hacer. Tenemos pronto una asamblea online para armar nuestra estrategia para 2025. Uno trata de alentar a todos a seguir adelante, lucharemos por un espacio nuevo que brinde lo que daba el Vehil”.
“Tenemos un número de actores importante, muchos jóvenes y también muchos adultos mayores, quienes consideraban al espacio como su lugar, y ahora se encuentran que no tienen a dónde ir. No nos debemos desesperar, tenemos que focalizar en lo que necesitamos”, analiza el director teatral. “Seremos un Teatro Luisa Vehil itinerante hasta encontrar un espacio adecuado”, remarca con optimismo y suma: “El empresario teatral Carlos Rottemberg nos dijo que el teatro es la gente que lo hace y no las paredes. Y es verdad, pero se necesita de un lugar para enseñar y producir. Por eso, no nos vamos a conformar con dos habitaciones, queremos darle al Vehil lo que siempre fue”.
Por lo pronto, la comunidad del Vehil se propone “no parar la producción, no parar las obras que funcionaron y que se estrenaron a fin de año”. Hernández Miranda toma el caso del Vehil como un llamado de atención a la comunidad y las autoridades: “Buenos Aires es una capital iberoamericana del teatro, hay que tomar conciencia del cuidado de los espacios”. Esta problemática la amplió y la llevó al terreno de Balvanera. “Acá ya había desaparecido el Teatro La otra Orilla (a la vuelta, en Urquiza 124, inaugurado en 1998, cerró en 2018 tras el suicidio de su director Omar Pacheco, en 2022 reabrió como V Once - Club de Escalada, espacio de entrenamiento y café de especialidad). Ahora le tocó al Vehil. Esta zona al sur de Once queda desprotegida culturalmente”, analizó.
“Nos interesaba la mejora del barrio para que el público viniera y se apropiara del espacio”, señaló el dramaturgo, quien pese a lo duro del momento se muestra optimista y augura un renacimiento para el proyecto que hace más de 30 años soñó Luisa D´Amico. “Este barrio es hoy una de las zonas más olvidadas de Buenos Aires, con una masa crítica social que necesita atención, un vecindario que tiene la necesidad de mejorar su zona, y así lograr el bienestar de los vecinos, mayor seguridad, y una buena convivencia”, concluye.
Juan Castro
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