Historias de nuestra comuna | Espacios y plazoletas de la Comuna

Homenaje a madres desaparecidas

En el marco de la destrucción física y moral de los prisioneros políticos que estaban en cárceles legales, el 13 de diciembre de 1976 se produjo en la Unidad 9 de La Plata un violento reacomodamiento de las condiciones carcelarias y de traslado de presos dirigido por Guillermo Suárez Mason, jefe del I Cuerpo de Ejército y el coronel Ramón Camps, jefe de la Policía Bonaerense. Golpizas generalizadas, secuestro de libros y material de lectura de los presos, fue el preámbulo de un período que se extendió por al menos dos años. Buenos Aires,13 de octubre de 2015. El conjunto del accionar criminal de la U9 fue enjuiciado. En agosto de 2003 los fiscales pidieron al juez federal Manuel Blanco que declarara la nulidad de las leyes de impunidad y procediera a la investigación de las responsabilidades de 19 imputados. El juez no se pronunció. En agosto de 2004, la querella solicitó la detención del ex director de la Unidad 9, Abel Dupuy, y en febrero de 2005, se extendió a 15 ex agentes del Servicio Penitenciario. Al poco tiempo se produjeron las detenciones y en abril de 2009 se elevó la causa a juicio oral y un tribunal, presidido por Carlos Rozanski, condenó a la gran mayoría de los acusados. Presos asesinados en supuestos traslados o dentro de cuarteles militares, otros supuestamente dejados en libertad y que nunca aparecieron, otros que fueron dados por suicidados, tormentos en los calabozos, fueron entre otros, los motivos tenidos en cuenta por el tribunal.

Un capítulo menos conocido se refiere al secuestro y desaparición de decenas de familiares directos de los presos. Entre ellos, una gran cantidad de madres. Delia Avilés de Elizalde, madre de Alberto Elizalde, secuestrada el 20 de enero de 1977, Ramona Gastiazoro de Brontes, madre de José Brontes, secuestrada el 9 de marzo de 1977, y Matilde Vara de Anguita, madre de Eduardo Anguita, secuestrada el 24 de julio de 1978 son tres casos emblemáticos. Las tres mujeres acompañaron a sus hijos con entrega y sacrificio durante los años de detención. En nuestra Comuna 3, el Patio Recreativo Matilde Vara de Anguita en Rincón y Cochabamba, la Plazoleta Delia Avilés de Elizalde de Cochabamba y Pasco y la Plazoleta Ramona Gastiazoro de Brontes en Cochabamba 2350 las recuerda y homenajea.

El periodista y escritor Eduardo Anguita relata sobre su madre: “Vivía con un sentimiento de madre extendida por haber tomado a muchos de mis compañeros como parte de su propia familia. Cuando secuestraron a Delia Avilés, comenzó a depositar parte de su sueldo no sólo a mi nombre sino también al de Elizalde. Si bien los detenidos luego socializábamos todo lo poco que podíamos comprar en la cantina, ella sostenía que recibir algo a nombre personal ayudaba a sobrellevar el terrible aislamiento al que nos sometían. Desde ya, a ella no se le escapaba que ese acto de solidaridad era un desafío directo a las políticas de exterminio, que ya se habían cobrado a otros familiares, a otras madres.
Norberto Alonso


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