Comunales | 24 de noviembre
OrÃgen del nombre
La nomenclatura de las calles porteñas a veces parece responder a razones ausentes en el presente. Es el caso de 24 de noviembre, la calle que al norte de Rivadavia continúa como Anchorena. Sin embargo, permanece idéntico desde hace casi ciento cuarenta años. Dos hechos de nuestra historia se recuerdan ese dÃa. ¿Cuál habrá estado en la voluntad de la autoridad que impuso el nombre? No es posible saberlo, porque no hay documento que indique quién, cuándo y por qué se la bautizó de este modo. Y tampoco lo indicaron sus creadores, al omitir el año al que correspondÃa.
Buenos Aires, 19 de noviembre de 2019. Próximos a un nuevo 24 de noviembre, nos preguntamos por el origen del nombre de esta calle que atraviesa la ciudad desde avenida Caseros hasta Rivadavia. Un auxilio valioso ha sido el libro del Lic. Alberto Piñeiro "Barrios, calles y plazas de la Ciudad de Buenos Aires. Origen y razón de sus nombres", pero aunque brinda algunas precisiones, no puede referir la documentación oficial de la imposición de ese nombre ni las razones del mismo.
La única certeza es que aparece asà nombrada ya en 1880 en el plano de la ciudad confeccionado por la Oficina Municipal de Obras Públicas, año en que la ciudad fue federalizada. Pero Piñeiro no puede dar razón de qué hecho se recuerda con este nombre, aunque aventura que serÃa el Tratado de Benegas, firmado entre las provincias de
Santa Fe y Buenos Aires el 24 de Noviembre de 1820.
La hipótesis de Piñeira es atendible ya que el otro suceso histórico ocurrido un 24 de noviembre está vinculado a una figura que los partidarios de Bartolomé Mitre, fuertes polìticamente en la ciudad hacia esa època, rechazaban con vehemencia. Se trata del convenio que Inglaterra firmó con la Provincia de Buenos Aires por el cual se retira del bloqueo del RÃo de la Plata que realizaba junto a Francia. Por lo que se relaciona con el Combate de la Vuelta de Obligado que recordamos este miércoles, sucedido unos cuatro años antes.
Fue suscripto el 24 de noviembre de 1849 y es conocido como Tratado Arana-Southern. Por el mismo, Inglaterra reconocÃa a la Confederación Argentina la plena soberanÃa sobre sus rÃos interiores, incluido el rÃo Uruguay en común con la República Oriental. Precisamente lo que trataron de impedir cuando iniciaron el bloqueo. Además se reconocÃa el derecho de la Argentina de solucionar sus diferendos con el gobierno uruguayo por vÃas pacÃficas o bélicas sin intervención extranjeras, incluyendo el derecho a bloquear los puertos enemigos. También se le devolvÃan la flota capturada y la isla MartÃn GarcÃa, y habrÃa un desagravio de la bandera argentina por la flota británica.
El Reino Unido aceptaba asà haber sido vencido por la resistencia criolla. El tratado fue visto como un triunfo considerable para Rosas, ya que era la primera vez que los paÃses sudamericanos emergentes fueron capaces de imponer su voluntad frente a las potencias europeas.
Este notable triunfo diplomático de Rosas, que era el gobernador de Buenos Aires y representaba a la Confederación en los asuntos exteriores, seguramente no merecÃa el homenaje de los seguidores de Mitre, que por entonces ya escribÃan la historia patria.
Tratado de Benegas o de Arroyo del Medio
En cambio, este acuerdo, conocido por esos dos nombres, aunque también expresivo de un triunfo de las fuerzas federales sobre la vocación excluyente de Buenos Aires, señaló el comienzo del difÃcil camino de la conformación institucional argentina. Se firmó en el marco de las intestinas guerras civiles que se venÃan llevando en gran parte del plano territorial del paÃs, un pacto o tratado, entre sendas provincias de Buenos Aires y Santa Fe. Un incipiente tratado de paz que buscaba aplacar la puja entre el centralismo porteño que alentaba Buenos Aires desde la joven independencia que recién empezaba a madurar, y el federalismo que bregaban los estados de cada una de las provincias, con el enfrentamiento testigo de la batalla de Cepeda, el 1 de febrero de 1820, donde la decisiva victoria de los caudillos federales Estanislao López y Pancho RamÃrez, los acercó a hacer valer su exigencia de las mencionadas autonomÃas provinciales.
Es asà que llegan a aceptar reunirse en la estancia del rosarino José Tiburcio Benegas, hacendado, militar y polÃtico que tenÃa ubicada su estancia en la margen norte del Arroyo del Medio, y allà solicitaron que acudiera como mediador de las charlas el gobernador de Córdoba, Juan Bautista Bustos, y asà los gobernadores de Buenos Aires y Santa Fe, MartÃn RodrÃguez recién asumido en octubre y Estanislao López respectivamente, llegan a firmar el mencionado tratado que se denominarÃa Tratado de Benegas, justamente en homenaje al dueño del lugar o Arroyo del Medio, por el lÃmite fÃsico entre las dos provincias.