Editorial | Interna macrista

Operados por espías

El alejamiento del Ministro de Justicia y Seguridad Marcelo D’Alessandro, presentado como temporal, fue la señal más evidente del daño que le causaron al proyecto presidencial de Horacio Larreta las sucesivas filtraciones de escandalosas conversaciones que su funcionario mantuvo con jueces federales, proveedores de la ciudad y agentes de inteligencia. La promiscua relación expuesta pornográficamente y la sospecha de tráfico de influencias y recaudación ilegal, corroboran lo que muchos intuían sobre el maridaje mafioso entre poder económico, judicial y las fuerzas políticas de derecha en el país.
Buenos Aires, 10 de enero de 2023. El indicio más fuerte era la práctica recurrente del espionaje, adjudicado a “cuentapropistas” por una Justicia complaciente, que reiteradamente se denunció que practican los líderes del PRO, comenzando por Mauricio Macri. Nunca las investigaciones criminales arribaron a condenas de los principales imputados. El otro gran antecedente es el nulo avance de la investigación del atentado contra la vida de la Vicepresidenta de la República, negado o ignorado por el sistema hegemónico de medios, pese a que todas las pistas conducen al “hermano del alma” de Macri y que no pudo hacerse sin la complicidad de la Policía de la Ciudad, comandada precisamente por D’Alessandro.

Puesto ahora en evidencia, negro sobre blanco, el aparato tramposo que digita el accionar judicial con fines políticos y económicos, aparece como urgente el remedio democrático de tantas tropelías. La iniciativa de impulsar el juicio político al titular de la Corte, apunta en esa dirección. Pero los cómplices de sus ilegalidades retienen posiciones significativas en el Parlamento nacional y ya anunciaron que harán todo lo posible para defender a sus compinches. No es para menos: trabajan juntos.

La trampa institucional sólo puede salvarse con la presencia masiva y organizada del pueblo en las calles, porque finalmente ese es el poder originario de la institucionalidad democrática. En algún momento, el pacífico reclamo de “que se vayan todos”, depuso un gobierno fracasado e inoperante y precipitó el fin de las lógicas neoliberales imperantes en la política nacional durante los noventas. 

Ese poderoso terremoto inauguró una nueva etapa, que fructificó luego en la llegada del kirchnerismo al gobierno, con la completa renovación de la cúpula judicial entre otros logros iniciales. Ahora es temprano para saber si se replica la restauración del pacto democrático a partir de la presencia movilizada del pueblo, aunque se anticipa que el próximo 24 de marzo servirá para contraponer “democracia o mafia”, como opciones excluyentes. 

Larreta tratará de hacerse el distraído, como lo hizo con el suicidio de Favaloro en tiempos en que él era interventor en el PAMI. Juega a su favor el hecho de que a las mayorías no las conmueve corroborar lo que ya sospechaban y que las lleva a descreer de la política en general. Pero si esas mismas personas adivinan que la trampa no se la hacen sólo a otros políticos, sino también directamente a los usuarios de prepagas, telefonía móvil o internet, e indirectamente a todos los que pagan honradamente sus impuestos, porque no fugan, no eluden sus tributos ni contrabandean, comprenderían que muchas de las dificultades que atravesamos como sociedad tienen su origen en esa componenda corrupta en beneficio de los más poderosos, que es necesario abatir, si se quiere una sociedad más justa y solidaria.  

Lic. Gerardo Codina


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