Buenos Aires, 11 de octubre de 2022. Dos grupos de teatro popular y comunitario ensayan y presentan sus obras, creaciones colectivas de revisionismo barrial, en espacios culturales de San Cristóbal: Boedo Antiguo en el Tipográfico (San Juan 3246) y Arte en Lucha en Caminos Abiertos (Estados Unidos 2957).

El primer fin de semana de octubre ambas agrupaciones se presentaron en escena para compartir con la comunidad sus obras, inspiradas en la historia de estas calles y del país. “Conocer nuestra historia, nos permite reconocer nuestra propia identidad”, explica Herminia Dalla Massara, referente e impulsora de Arte en Lucha. Señala que en 2017 ella organizó varios encuentros de teatro del oprimido (TdO), una tendencia teatral donde los actores interactúan con el público, caracterizada por su fuerte contenido social y de denuncia. 

Sin saberlo y sin nombre oficial todavía, ese fue el comienzo de Arte en Lucha. Además, realizaban “intervenciones artivistas sobre lo que veíamos que sucedía en el país en ese entonces”, a mediados de la gestión del Gobierno nacional de Cambiemos. La experiencia caló hondo en quienes asistían al taller, gente que había hecho teatro antes y quienes se acercaban a la actuación por primera vez. Siguieron adelante con las clases, los ensayos y las presentaciones callejeras, ya con nombre e identidad. 

En pandemia se mantuvieron unidos, pese al aislamiento. “Es un lugar de encuentro, donde nos acompañamos, es un grupo humano bellísimo”, dice Herminia. En ese entonces realizaban flyers (volantes digitales) e intervenciones online. Ante la “nueva normalidad”, volvieron los ensayos presenciales y las presentaciones en vivo. Han estado en varios espacios públicos de la zona: las plazas Martín Fierro de San Cristóbal, Boedo, Parque de la Estación de Balvanera, Lavalle en Tribunales. 

En una forma de consolidarse como grupo, compusieron de forma colectiva “Estampas de la Historia de San Cristóbal”, una serie de escenas sobre hechos relevantes locales, desde la Semana Trágica en los Talleres Vasena (Hoy Martín Fierro), la construcción de la Autopista 25 de Mayo o los cacerolazos del 2001. 

“Descubrimos que ya no era solo investigar para ese evento, sino que queremos que sea nuestro proyecto como grupo”, destaca Herminia y suma: “El proceso creativo es un proceso de juego, es encontrarnos a jugar, ponerle el cuerpo a cada situación”. “La idea fuerza pasa por conocer nuestra historia, nos permite reconocer nuestra propia identidad. Valorar lo que tenemos a nuestro alrededor y cuidarlo a la vez. Vemos cómo la transformación no para de destruir nuestro barrio. También hay mucha de esa resistencia vecinal en cada una de las escenas”, reflexiona.

Para ello se nutren de distintas fuentes, como la Junta de Estudios Históricos de San Cristóbal Jorge Larroca, testimonios directos de vecinos, libros sobre el barrio y la historia del país. El 1 de octubre presentaron algunas escenas en la Multisectorial de Vecinos de San Cristóbal (Pasaje Prudan 1365), a modo de adelanto. La construcción continúa, mientras celebran sus ensayos semanales, los lunes a las 18 hs. en Caminos Abiertos.

Por su parte, el grupo de teatro comunitario Boedo Antiguo nació en 2001, marcado por la crisis del Argentinazo, las cacerolas y la participación ciudadana de aquel entonces.

Comenzó como la necesidad de “contar la historia del barrio”, detalla Liliana Guani, directora y referente de esta agrupación. “Somos un grupo de teatro comunitario y callejero, está integrado por vecinos y es para vecinos”. “Nuestro objetivo es siempre tener viva la memoria y llegar a todo el barrio contando cosas que pasaron en el pasado”, suma al respecto.

Este grupo, a lo largo de sus dos décadas de existencia, compuso cuatro obras que ha presentado en teatros, clubes de barrio, centros de jubilados, en La Noche de los Museos y otros eventos. La primera, construida en forma colectiva al inicio de su trayectoria, es “Boedo, un barrio”. “Comenzamos con una investigación en las bibliotecas, en la Junta de Estudios Históricos del barrio. Hablamos con vecinos y personalidades que nos aportaron datos sobre lo que pasó en el barrio desde el 1900. En escena hablamos de la inmigración, de la llegada del tranvía, los carnavales, la identidad local”, dice Liliana.

Luego, está “Oíd el grito” que es un repaso histórico desde la conquista española hasta los cacerolazos del 2001. Más tarde se sumó “Memorándum”: “Es una obra sobre nuestra memoria como grupo y la memoria del país. Hay hechos puntuales como la Semana Trágica, la era menemista, la represión, Madres de Plaza de Mayo”. La cuarta obra es “Flor de guacho” y trata sobre la discriminación. 

Durante mucho tiempo, el lugar de ensayo y exhibición de Boedo Antiguo fue el Espacio Cultural Julián Centeya, en San Juan y Loria. Pertenece al Circuito de Espacio Culturales (Ministerio de Cultura porteño). Hace unos tres años dejaron el lugar y, tras “boyar por la zona”, llegaron al Tipográpico, cuando estaba de puertas recién abiertas. “Se nos brinda un lugar ameno y confortable”, destaca Liliana. En la actualidad, ensayan los sábados de 16 a 18 hs.

En ese mismo espacio además, el 25 de septiembre y el 2 de octubre presentaron “Boedo, un barrio”. “Post pandemia decidimos recrearla otra vez, con toques nuevos, para revalorizar el barrio de Boedo”, dice Liliana. El objetivo de volver a escena con esta pieza fue convocar a la comunidad, invitarla a ser parte activa en esta propuesta de actuación comunitaria “de vecinos para vecinos”.

Juan Castro

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