Comunales | Gloria argentina

El Eternauta por el barrio

El fulgurante éxito local e internacional de la serie dirigida por Bruno Stagnaro y protagonizada por Ricardo Darín, impacta además a los argentinos al reconocerse en los escenarios principales de la trama, entre ellos, la Plaza del Congreso. Símbolo de la democracia y la lucha popular en Argentina, la Plaza refuerza el mensaje de la historieta sobre la resistencia colectiva. Buenos Aires, 13 de mayo de 2025. La historieta El Eternauta, creada por Héctor Germán Oesterheld -desaparecido en 1977 por la dictadura junto a sus cuatro hijas- y Francisco Solano López, es una obra fundamental de la ciencia ficción argentina. Publicada en la revista Hora Cero Semanal desde 1957 hasta 1959, tuvo cantidad de secuelas y reediciones. La trama se centra en una invasión alienígena a la Tierra mediante una tormenta de nieve tóxica que acaba con la mayor parte de la población, y la resistencia de supervivientes en Buenos Aires. Su protagonista es Juan Salvo, el eternauta, quien en un ejercicio de metaficción narra lo sucedido ante Oesterheld.

Su adaptación a serie para Netflix ha generado entusiasmo y debate, ya que introduce cambios significativos respecto al material original. Por caso, en el inicio de la historieta Oesterheld recibe la visita de Juan Salvo, quien le relata su historia. Luego, la acción se traslada a una casa en Vicente López, donde un grupo de amigos juega al truco antes de la nevada mortal. En la serie, en cambio, la primera escena muestra a tres mujeres en un velero en el Río de la Plata, cuando una aurora verde aparece en el cielo y comienza la nevada letal.

También cambia la época. La historieta está ambientada en la Argentina de fines de los años 50, cuando fue publicada originalmente, con referencias sociales y costumbres de esa época. La serie traslada la acción al presente, incorporando elementos como supermercados chinos, aplicaciones de reparto y cacerolazos, lo que le da una nueva dimensión simbólica.

El protagonista también muta. En el cómic, Juan Salvo es un hombre de unos 40 años, casado y con una hija, que se une voluntariamente a una milicia civil para enfrentar la invasión. En la serie, Ricardo Darín interpreta a un Juan Salvo mayor, con un trasfondo de excombatiente de Malvinas, lo que justifica su habilidad con las armas y su rechazo inicial a la violencia.

La adaptación magistral de Stagnaro, artista formado en la producción cinematográfica nacional y también realizador de las recordadas Okupas y Pizza,birra y faso, no busca replicar viñeta por viñeta la historieta, sino reinterpretarla para una audiencia contemporánea. Pero algunos elementos centrales persisten. La Plaza del Congreso es un lugar clave en El Eternauta, tanto en la historieta original como en la serie de Netflix. La Plaza representa uno de los puntos estratégicos de la resistencia contra la invasión extraterrestre. Es allí donde Juan Salvo y su grupo descubren el puesto de comando de los Ellos, los líderes de la invasión, y donde se desarrolla una de las batallas más intensas.

Los invasores en su cuartel central resisten los ataques aéreos provenientes de otros países gracias a la tecnología extraterrestre, primero derribando los aviones enemigos y luego activando un campo de fuerza protector en forma de cúpula. El grupo de Salvo logra desactivar la cúpula protectora y detener de un golpe todas las actividades de los invasores, aunque los Ellos escapan -en forma implícita- a bordo de una nave luminosa en forma de esfera, que los humanos relacionan con las bolas de fuego que se habían visto aterrizar al comienzo.

Este escenario no es elegido al azar. La Plaza del Congreso es un símbolo de la democracia y la lucha popular en Argentina, lo que refuerza el mensaje de la historieta sobre la resistencia colectiva. Resistencia hoy encarnada en los reclamos de los jubilados que se reprimen cada miércoles y que casi le cuesta la vida al fotógrafo Pablo Grillo hace dos meses. La presencia de la Plaza del Congreso en El Eternauta no solo aporta realismo a la historia al situarla en un lugar reconocible de Buenos Aires, sino que también refuerza la idea de que la lucha contra la opresión es un esfuerzo colectivo, idea sintetizada en la frase “Nadie se salva solo”.

El último cambio

El final de El Eternauta varía entre la historieta original y la serie de Netflix. En la obra de Héctor Germán Oesterheld, Juan Salvo logra sobrevivir a la invasión extraterrestre, pero en un giro trágico, es atrapado en un bucle temporal. Fue así como aparece en la casa del guionista, a quien le contó su historia, presentándose como “el eternauta, el viajero de la eternidad”. Cuando Juan finaliza su relato, él y el guionista se percatan de un detalle: la historia relatada habría tenido lugar en 1963, pero en ese momento era 1959 (el año de la publicación de la historieta). Al dar a conocer la historia de Salvo, Oesterheld procura alertar a la humanidad de la amenaza que se cierne sobre ella.

En cambio, la primera temporada de la serie deja un final abierto, preparando el terreno para una segunda entrega. Juan Salvo y su grupo logran enviar un mensaje de alerta por radio, pero la paranoia y el caos dentro de la resistencia generan conflictos internos. En los últimos momentos, Juan tiene una revelación: las visiones que ha tenido a lo largo de la historia no son alucinaciones, sino destellos del futuro. Desde lo alto de un edificio, observa una multitud de humanos armados junto a una criatura alienígena que parece controlar sus mentes. La serie sugiere que la verdadera amenaza no son solo los invasores, sino el control mental que ejercen sobre los sobrevivientes.

Este final deja muchas preguntas abiertas, pero más allá de eso, queda en pie una gran historia, relatada de un modo magistral, que evidencia el talento de nuestros creadores en un momento en el que se pretende ahogar la cultura argentina con pretextos financieros.

                                Norberto Alonso


Compartir nota en las redes sociales Enviar Imprimir

Dejanos tu comentario