Editorial | Todo puede salir mal
Macri en su laberinto
Cuando decidió desdoblar las elecciones, Jorge Macri pensó que así lograría desenganchar a la ciudad de la ola libertaria y mantener el feudo que el PRO controla desde hace 18 años. Pero todo puede salir mal. Según distintas mediciones que se van conociendo mientras se acerca el momento de inscribir las candidaturas, Jorge Macri no tiene ninguna figura propia, salvo su primo Mauricio, que le asegure una propuesta competitiva en el distrito que gobierna desde hace más de un año. Buenos Aires, 11 de marzo de 2025. No sólo eso. Si apostaba a menguar el impacto de una lista libertaria con la postulación de Ramiro Marra, uno de los fundadores de La Libertad Avanza, expulsado hace poco por Karina Milei, esa expectativa se diluyó. El legislador aparentemente decidió no competir ahora, quizás presionado por la Rosada, a donde aspira volver. Marra es un potencial candidato de buen rendimiento por su alto conocimiento público y su predicamento en las filas libertarias, que cuestionan el accionar de la hermana del líder. Pero además se caracterizó por haber acordado con Macri aspectos cruciales para la gestión, como el Presupuesto 2025, que le costó la expulsión de LLA.
Para peor, Larreta decidió que va a jugar. El ex Jefe de Gobierno ahora está alejado de los Macri. De Mauricio, porque no acuerda con la eventual coalición con Milei, que intentó sin suerte el ex presidente. Pero también de Jorge, que desde que asumió se dedicó a explicar todos los problemas porteños por la supuesta mala gestión de su antecesor. Por eso Larreta ansía devolverle los favores. Y elige el peor momento de la administración local, dañada por la crisis de seguridad y la amenaza que suponen libertarios y kirchneristas a la hasta ahora imbatible hegemonía política del PRO.
También los ex socios de Juntos por el Cambio se lanzan por su cuenta. La Coalición Cívica ya anunció que llevará su propia lista de candidatos, encabezada por Paula Oliveto. Por su lado, también la UCR porteña decidió explorar un camino propio, quizás en alianza con el larretismo o con los socialistas y la gente de Graciela Ocaña. Jorge Macri cuenta con una historia sólida de acuerdos legislativos y de gestión con estos sectores. Pero al competir por separado, lo exponen a mostrar la dimensión del electorado actual del PRO, que puede resultar tercero o peor, en el distrito que lo vio nacer.
Un consuelo es que tampoco los libertarios tienen candidatos fuertes para competir por una banca en la Legislatura en mayo. Las pocas figuras nacionales que podrían presentar en la ciudad, tienen roles muy significativos en la gestión nacional y son difíciles de reemplazar para Milei. Además, en octubre se eligen senadores y diputados nacionales, y allí puede decidirse la suerte política del gobierno nacional, por lo que guardarán sus mejores cartas para entonces. Por eso ahora apuestan a que el peso de la campaña recaiga en la marca libertaria.
Unos y otros miran con preocupación el predicamento que acumula Leandro Santoro como alternativa entre los y las porteñas. Sin campaña, un tercio de los votantes lo elegiría, aunque todavía no es candidato. Con esos números, y contando con la fragmentación del resto del campo político, por la multiplicación de ofertas de derecha y centro derecha, puede consagrarse como la mayor fuerza política del distrito, aunque no sume muchos puntos más que las mejores elecciones del kirchnerismo.
De aquí a dos meses, una eternidad en Argentina, este panorama puede trastocarse completamente. Sobre todo, con una crisis nacional apenas contenida con maniobras contables y una gestión como la de Milei, que no deja de hacerse daño con sus propias iniciativas.
Lic. Gerardo Codina
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