Buenos Aires, 12 de abril de 2022. En octubre pasado el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, anunció el inicio de las obras de la segunda etapa del Metrobus del Bajo que extenderán las dársenas del servicio de colectivos desde el cruce de las Avenidas Independencia y Paseo Colón, donde hoy en día finaliza, hasta Almirante Brown y Wenceslao Villafañe, en el barrio de La Boca. El corredor tendrá un largo de 1,9 kilómetros, y dieciseis nuevas estaciones. Se estima que la obra finalizará en febrero de 2023.

“Vamos a conectar los barrios de La Boca y Barracas con San Telmo y el centro de la Ciudad. Más de 250 mil vecinos y vecinas beneficiadas”, dijo el jefe de Gobierno durante la presentación de la obra, en la que por supuesto no se hizo referencia a los inmuebles que se demolieron sobre la avenida Paseo Colón para ampliar la cantidad de carriles: el edificio Marconetti y la Escuela Taller del Casco Histórico.

Este año la obra avanzó sobre los ejemplares del arbolado urbano, como había anticipado un informe de prensa del año pasado, según el cual estaba previsto que se incorporaran 105 nuevos árboles a los 380 actuales de la traza, pero a la vez se estimaba que unos 68 se verían afectados o extraídos. Ejemplares de fresnos, jacarandás, plátanos y eucaliptos fueron retirados en el tramo comprendido entre las avenidas Independencia y Brasil, frente al Parque Lezama. Algunos de esos árboles eran añosos pero otros habían sido plantados recientemente. 

El mes pasado los vecinos y vecinas de la zona junto con las organizaciones Basta de Mutilar Nuestros Árboles y Casco Histórico Protege, entre otras, realizaron una protesta en la esquina de Paseo Colón y San Juan, con la consigna #Sinárbolesnohayvida y así se expresaron: 

“Nos dejaron sin la protección de los árboles y sin los beneficios para la salud. Queremos que esto se visualice porque judicialmente no podemos presentar ningún recurso de amparo porque las extracciones de árboles son legales cuando son para una obra pública, como es este caso”.

“Lo más grave de todo esto es que para la prolongación del Metrobus no era necesaria ni la demolición de la Escuela Taller ni del edificio Marconetti, como tampoco era necesario talar los árboles porque el ancho de la calle no lo requiere y así está demostrado con una comparación que se hizo con el Metrobus de la avenida Cabildo, en Belgrano, donde no se taló nada”. 

“Perdimos suelo absorbente y follaje frondoso. Los espacios verdes no solo tienen funciones recreativas, sino también ambientales como la disminución de la temperatura, pero eso no fue tenido en cuenta por el Gobierno de la Ciudad”. 

“Registramos cada uno de los ejemplares talados en esta segunda etapa de obras del Metrobus. Primero les cortaron las ramas y después avanzaron con la tala hasta dejar la corteza al ras del piso. Es muy triste porque eran árboles con troncos de unos 80 centímetros de diámetro”.  

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