Historias de nuestra comuna | El poeta del barrio

Ra煤l Gonz谩lez Tu帽贸n (1905 -1974 )

Gonz谩lez Tu帽贸n naci贸 en Balvanera, en una vieja casona de Saavedra 618. Poeta, periodista, viajero, militante comunista, a lo largo de su trayectoria literaria, supo forjar una fruct铆fera carrera asociada a la vanguardia literaria argentina de los a帽os 聮20. Buenos Aires, 12 de diciembre de 2011. Ra煤l se inici贸 muy joven en el universo de las letras. Su actividad como poeta y su desempe帽o como periodista comenzaron casi simult谩neamente entre 1922 y 1925.

Su primer poema lo public贸 en Caras y Caretas, luego surgieron colaboraciones con Inicial y Proa, hasta que finalmente se incorpor贸 activamente a la redacci贸n de Mart铆n Fierro.

En 1925 ingres贸 a Cr铆tica, para luego colaborar con La Naci贸n, El Hogar, Mundo Argentino, y en 1948 con Clar铆n. S贸lo contaba con 21 a帽os cuando public贸 su primera obra, titulada El viol铆n del diablo. Por su participaci贸n en Mart铆n Fierro fue asociado al llamado Grupo de Florida. Sin embargo, mantuvo una buena relaci贸n con intelectuales integrantes del Grupo de Boedo, trascendiendo la supuesta rivalidad.

Otras obras publicadas son Mi茅rcoles de ceniza (1928), La calle del agujero en la media (1930), El otro lado de la Estrella, Todos bailan, Poemas de Juancito Caminador (todos en 1934), La rosa blindada (1936), Primer canto argentino (1945), Todos los hombres del mundo son hermanos (1954), A la sombra de los barrios amados (1957), Demanda contra el olvido (1963) y El rumbo de las islas perdidas(1969).

El Barrio

V铆 la luz en el barrio del Once, en el surero.
Cerca de all铆 naci贸 tambi茅n Julio de Caro
y escribi贸 de la P煤a sus memorables versos.
Entonces a煤n la luna bajaba hasta los patios
驴Era todo mejor? No lo s茅. Era distinto.
Hab铆a carnaval, nochebuena, organitos,
Herrer铆as, corralones y m谩gicos bald铆os.
Y en mi barrio nacieron la poes铆a y el tango聟
Yo amaba ya la lluvia; era un ni帽o perplejo.
Del almac茅n vecino sal铆a un denso tufo
a lata ultramarina, a vino grueso y truco.
Y la siesta en el barrio con sus perros tendidos,
los 煤ltimos faroles de gas en las esquinas,
el enorme fon贸grafo con su disco inquietante:
聯Alfredo, mi querido Alfredo,
vamos a la tumba a morir los dos聰,
la frontera del muro del asilo de enfrente,
y hoy, a veces, escucho en el fondo del tiempo,
la risa de mi madre detr谩s de los postigos聟

de A la sombra de los barrios amados, 1957.

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