La evolución del macrismo

Editorial | Después de las PASO

La evolución del macrismo

Muchas sorpresas produjeron las PASO. La emergencia como primera fuerza de los libertarios resultó inesperada, más teniendo en cuenta los antecedentes de las pobres resultados que habían logrado en las elecciones provinciales. También el derrumbe de Juntos por el Cambio, en especial por la pobre perfomance del sector liderado por Rodríguez Larreta. Buenos Aires, 12 de setiembre de 2023. En un año nuestro Jefe de Gobierno pasó de la ilusión de ser el futuro presidente a no tener nada. Ni siquiera pudo digitar su sucesor en el distrito que gobernó de un modo u otro durante dieciséis años (ocho como gerente ejecutivo de Macri y otros ocho directamente). Con él se hundieron las expectativas del radicalismo cambiemita. Gerardo Morales perdió en Jujuy con Milei, lo mismo que Cornejo en Mendoza, y Lousteau aquí con Jorge Macri, pese a hacer una muy buena elección. Ahora las expectativas del radicalismo están puestas en el emergente Pullaro, que desde Santa Fe podría expresar una renovación de la primera línea de la dirigencia radical, si logra hacer una buena gestión en un territorio carcomido por la corrupción y la violencia estructural que promueve el narcotráfico.

El tiro de gracia a JxC se lo dio su propio gestor, al proclamar su admiración por el emergente Milei. Gentileza pronto devuelta por el libertario, que adelantó su interés de contar con sus gestiones internacionales en un hipotético gobierno suyo. Así, todo lo sólido parece desvanecerse en el aire, como muchas supuestas certezas, y los reivindicadores de la dictadura militar y el terrorismo de estado campeándose a sus anchas en el ámbito más simbólico de la democracia local.

Claro que en las PASO sólo se eligen candidatos, no funcionarios. Las primarias se constituyeron en una enorme encuesta que reflejó ese momento de la sociedad argentina, golpeada por la inseguridad, la inflación y la agobiante sensación de que no hay futuro deseable para las mayorías en este lugar del mundo, pese a todos los esfuerzos individuales y colectivos. Milei le echa la culpa de todo a la casta política que él integra y promete soluciones fáciles, que los que saben dicen que son imposibles. Pero la ilusión enamora y el personaje logra canalizar la bronca que muchos sienten por las difíciles situaciones que les toca atravesar.

Entre las PASO y las verdaderas elecciones de octubre se han puesto en marcha muchos mecanismos que estuvieron dormidos hasta el 13 de agosto. Por un lado, se sacudió el mismo peronismo, asustado por los resultados. Buscar a los desencantados, movilizar a los inactivos, unir a los divididos, entusiasmar a los apáticos; nada dejará de hacerse para dar vuelta los resultados. Prudentemente, la dirigencia se propone conseguir un lugar para un futuro balotaje. Lo mismo que entre nosotros se propone Leandro Santoro. Ese sería su triunfo, para consolidarlo como el próximo referente distrital de UxP, desde donde podría avanzar hacia la configuración de una nueva mayoría nacional en la ciudad que vio nacer al macrismo.

Más allá del peronismo y sus aliados actuales, los fantasmas de la represión ilegal pusieron en alerta a todos aquellos que pensaban que Nunca Más era ya un piso civilizatorio consolidado a cuarenta años de la recuperación democrática. No hay tal cosa. Y frente a semejante riesgo se reactualizan los compromisos mayoritarios con el estado de derecho y la justicia social.

Esas pueden ser las piedras de toque de un futuro gobierno de unidad nacional, junto con la voluntad de afianzar la soberanía nacional, algo que también es ajeno al binomio libertario. La moneda está en el aire, pero es sabido que en las horas más riesgosas de nuestra patria, nuestro pueblo ha sabido estar a la altura de los desafíos históricos. No será esta la excepción.

Lic. Gerardo Codina

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