Buenos Aires, 14 de febrero de 2023. Como un déjà vu. Toda la zona de Once vallada, policías por doquier y los manteros deambulando con desorientación. Como pasó en 2017 con el primer gran operativo contra la venta callejera, en enero de este año hubo un despliegue inmenso donde se incautó mercadería valuada en millones de pesos, hubo protestas de los vendedores y al tiempo la situación retornó a su “normalidad”: una convivencia imposible en la zona comercial de Balvanera donde todas las partes muestran malestar. 

Los vecinos frentistas piden circular y que las veredas estén libres. Los manteros solicitan poder vender su mercadería sin que sobre ellos caigan procesos judiciales o policiales. 

Más allá de sus intereses en apariencia contrapuestos, exigen a las autoridades una solución de fondo que en todos estos años no ha aparecido desde ninguno de los poderes del Estado porteño. 

Igual, pero más violentos 

“Después de los operativos la situación sigue como siempre: las veredas están ocupadas, superpobladas, no se puede caminar, los vecinos están con miedo porque hay mucha violencia por parte de quienes ocupan las veredas”, denuncia ante este medio Gloria Llopiz Oritz, al frente de la agrupación Buenos Vecinos BA, que hace más de una década investiga y denuncia el narcomenudeo, el uso ilegal del espacio público y otras irregularidades en la zona.  

“Todo sigue igual, pero el nivel de agresión va en aumento. Parece que de parte de los manteros hay una sensación de impunidad, porque se mediatiza la problemática, se judicializa, pero no hay consecuencias para quienes agreden, golpean y usan indebidamente el espacio público”. “La sensación de organización mafiosa es lo que les da esa impunidad. Lo que vemos los vecinos es mucha angustia, gente tomando ansiolíticos, ataques de pánico. Esto provoca una consecuencia en la salud de los vecinos de Once muy seria”, detalló. 

“Queda un espacio muy angosto para circular por la vereda. Si sin querer pisás la manta o la mercadería ellos responden con mucha violencia. El mantero se molesta porque vos transitás por la vereda, hasta te pueden patear la mascota”, graficó. “Hay un absoluto incumplimiento de los deberes de funcionario público por parte del Ministerio Público Fiscal, de la Agencia Gubernamental de Control, de la Policía de la Ciudad. Es una decisión política. Hay una bajada de línea del Poder Ejecutivo porteño que les dice que frenen su accionar, les dice que no hagan cumplir la ley. Así estamos”, concluyó. 

Por su parte, los manteros refutan todo tipo de acusaciones de violencia. Es más, dicen ser ellos los agredidos. Hablan de un ensañamiento contra la comunidad migrante “camuflada” de operativos contra la venta ilegal, aseguran que sufren el “robo” de mercadería en operativos que se diluyen en la burocracia policial y judicial. Así, la secretaria general de Vendedores Ambulantes Independientes de Once (VAIO), Luzmery Villanueva, dijo: “No es otra cosa que un secuestro, pero sobre todo robo de mercaderías a los vendedores ambulantes de Once, mercaderías con las que tras su venta, damos de comer a nuestras familias”. La agrupación integra la Unión de Trabajadores de la Economía Popular (UTEP), ligada al dirigente Juan Grabois. Dicen que Espacio Público del GCBA no pena a los comercios que ponen, sin autorización, su mercadería en la vía pública, pero que a ellos sí los persiguen.

Migrante, adulta mayor, vendedora ambulante, sustento de su familia. Beatriz es un emblema para los vendedores callejeros de Once por su historia de vida, pero sobre todo por su trágico final y porque pudo haber sido evitado. En marzo de 2020, a días de la vorágine de la pandemia, hubo un operativo policial, de los habituales en contra de la venta callejera. Beatriz, como siempre, estaba vendiendo medias y otros artículos. Se asustó, pensó que si los uniformados la agarraban le iban a sacar su mercadería. Iba a ser una gran pérdida económica: lo que entraba en el laberinto de la justicia y las incautaciones nunca volvía. 

Entonces, decidió salir corriendo del lugar a toda prisa. Atravesó Pueyrredón sin mirar y fue embestida por un vehículo, en el cruce con Sarmiento. Luego de varios días internada, esta mujer de 75 años falleció. Desde entonces, todos los 17 de marzo los manteros de Once marchan por el barrio en su recuerdo. Ahora, redoblan la apuesta y, bajo una enorme bandera con su rostro, llevan adelante un proyecto llamado “Ley Beatriz”.

Durante un acto de desagravio realizado con posterioridad al mega operativo de enero, los vendedores ambulantes celebraron un acto en Plaza Miserere donde dieron cuenta de los objetivos de esta propuesta, la cual rescata lo debatido en experiencias anteriores. En este contexto, la secretaria general de VAIO dijo: “Pedimos que se regularice nuestra ley para que se termine este hostigamiento contra los vendedores callejeros”. También pidió que sean reubicados en zonas de alto flujo comercial. Todo esto pagando un canon correspondiente.

Cuando en 2017 los sacaron de la vía pública, el GCBA abrió galpones públicos en Perón y Boulogne Sur Mer y en La Rioja e Yrigoyen. Muchos fueron allí pensando que iban a vender como antes, pero había poca afluencia de público. Entonces los manteros volvieron a las calles, con todos los riesgos que ello implicaba. Años atrás hubo una mesa de diálogo entre vendedores y el GCBA y se había esbozado una idea de feria en Plaza Once, pero nunca se ejecutó. 

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