Comunales | Aniversario de San Cristóbal

En pleno desarrollo

El barrio de San Cristóbal cumplió 152 años el 28 de junio, contados desde que por acuerdo entre las autoridades civiles y eclesiásticas se resolviera en 1869 la creación de la parroquia, como lo hizo la Legislatura al establecer el Día de San Cristóbal en 2004. Los años son menos si se los cuentan desde que se inauguró el primer edificio parroquial, el 10 de febrero de 1884.
Buenos Aires, 6 de julio de 2021. Más allá de cuántos años han trascurrido desde los inicios como barrio, siempre muchos para nuestra corta historia nacional, lo destacable es que en el presente le toca al barrio atravesar una etapa de plena expansión. No en lo territorial, porque sigue ceñido a la estrecha franja que va desde el lado sur de avenida Independencia hasta el lado norte de la avenida Juan de Garay, entre avenida Entre Ríos y Sánchez de Loria. La expansión es vertical y reconoce su eje en la avenida San Juan, que atraviesa todo el barrio. 

La posibilidad de grandes desarrollos inmobiliarios se aprovecha del relativo bajo costo del suelo en la zona sur de la ciudad, de la mayor conectividad lograda con la construcción de la línea H de subterráneos, que se sumó a la E y del mayor dinamismo de Parque Patricios, ganado con el traslado de la Casa de Gobierno y la implantación del Polo Tecnológico en esa zona. Todos factores que convergieron con la necesidad de vivienda y de oportunidades de inversión inmobiliaria, para manifestarse en una multiplicación de obras en construcción y edificios flamantes.

Para los nostálgicos del viejo barrio de casas bajas, que a lo largo de más de un siglo cobijó milongas famosas y preservó un cierto aire suburbano, el presente de demoliciones y torres de departamentos pegadas unas a otras, puede resultar descorazonador. Otra pérdida más para un barrio herido por la traza de la autopista que, además de achicarlo y generar huecos urbanos, lo escindió en dos sectores.

El lado bueno de la historia es que el barrio rejuvenece con las nuevas familias que se afincan en él y al mismo tiempo preserva los rasgos que le dieron identidad en la ciudad. La comunidad islámica y sus lugares de culto, el polo comercial caracterizado por proveedores mayoristas y de equipamiento gastronómico, la Plaza Martín Fierro con sus recuerdos de la Semana Trágica, la Iglesia de la Santa Cruz asociada a la tragedia del terrorismo de estado y el recuperado Hospital César Milstein que se incorporó al PAMI. Todo eso también forma parte del vibrante presente de un barrio que, como la vida misma, va cambiando con el paso de los años.
 


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