Comunales | Venta callejera

Operativos en Once

Los últimos días de enero concentraron a una gran actividad del estado porteño para impedir la venta callejera en el centro de Once. Levantamiento de puestos callejeros, cierre de kioskos que vendían cualquier cosa menos diarios, allanamientos de depósitos que surtían de mercadería y de alimentos en condiciones precarias de salubridad a los buscas que los revendían en la calle, hubo de todo en poco tiempo. Incluso movilizaciones de protestas y denuncias de procedimientos irregulares. Buenos Aires, 3 de febrero de 2014. En las acciones realizadas se secuestró gran cantidad de comida en mal estado, aparte de realizar operativos de desalojo a manteros. “Se preparaban viandas que luego se repartían en la vía pública. Además, se secuestró un vehículo utilizado para la logística”, informó la Policía Metropolitana. “Estamos hablando de mercadería robada”, sostuvo la Vicejefa de Gobierno en relación a la venta callejera. “Entraron en nuestras casas cómo si fuésemos delincuentes; pero somos gente trabajadora”, refutaron manteros.

En varios procedimientos, la Policía Metropolitana realizó decomisos de comida y mercadería vendida en las veredas de Balvanera. Junto a personal de Espacio Público de la Ciudad, en la avenida Pueyrredón desde la calle Mitre hasta la avenida Corrientes, se secuestraron discos compactos y ropa, por infracción a la ley de marcas, según informaron el jueves 30.

En total se levantaron 30 puestos ubicados sobre Pueyrredón, entre Bartolomé Mitre y Perón, y también sobre Rivadavia, entre Pueyrredón y Castelli. A su vez, una de las pocas personas que se resistió al desalojo fue demorada por prender fuego un cesto de basura e intentar agredir al personal policial, según noticias urbanas.

En lo que va del año, el Ministerio Público Fiscal ya realizó 35 allanamientos en algunos locales que funcionan como depósitos o cuya actividad no encuadra en el rubro para el cual fueron habilitados, incluso en algunos de esos casos se dio intervención a la Justicia federal.

LA INVESTIGACIÓN DE LA COMIDA

Días atrás, el área de Contravenciones y Faltas de la Policía Metropolitana realizó un allanamiento en un local ubicado en Pichincha 167, contaron fuentes policiales y detallaron que se trataba de un sitio usado “como lugar de preparación y distribución de los alimentos que luego vendedores ambulantes comercializaban ilegalmente en puestos ubicados en los alrededores de la estación de Once”.

Las viandas allí preparadas se distribuían luego “en autos particulares que no estaban habilitados para el traslado”: “En el procedimiento, también participaron inspectores de la Agencia Gubernamental de Control y personal de la Dirección nacional de Migraciones. Además, en el lugar había un sótano donde vivían personas”.

La Fiscal de Cámara Dra. Verónica Guagnino dio el aval de hacer indagaciones, en el marco de la investigación integral donde se implica a organizaciones dedicadas a la venta ilegal callejera en la Ciudad de Buenos Aires.

“El local se encontraba oculto detrás de persianas metálicas y carecía de habilitación. Las personas que allí trabajaban no contaban en ningún caso con libreta sanitaria; la higiene del lugar era realmente deplorable, los distintos productos (chicha, pollo, hortalizas, arroz, fideos, carne, pescado, ceviche, huevo y otros) se encontraban apoyados directamente en el piso del local, sin ninguna protección y expuesta a todo riesgo de contaminación”, detalló un comunicado al respecto.

Los baños eran utilizados para “acopio de botellas plásticas usadas, que rellenadas eran distribuidas con chicha” (la bebida más vendidas en los puestos ambulantes del Once). “Se detectaron cucarachas, excremento felino, verduras y carnes en estado de putrefacción. Ninguno de los alimentos cumplía con la cadena de frío correspondiente, no poseían la rotulación reglamentaria, ni con las condiciones bromatológicas adecuadas, por lo cual se decomisó en forma inmediata el total de los alimentos y el local fue clausurado”, contaron.

Por otra parte, se secuestró un Volkswagen Santana utilizado para la logística y 10.300 pesos en efectivo. El vehículo “fue interceptado en la Av. Rivadavia 2700 y era conducido por el encargado de esta organización”.

VIDAL DEFENDIÓ EL OPERATIVO

Frente a este panorama, la Vicejefa de Gobierno, María Eugenia Vidal expuso: "Me parece que cuando hay mafias el Estado no se puede rendir. Nosotros venimos dando una pelea contra estas mafias desde hace mucho tiempo. Esta no es una situación aislada. Ya lo hicimos en Florida, Constitución, Retiro. Y en cada caso uno encuentra las mismas situaciones: estamos hablando de mercadería robada, de mercadería cuyo origen no se puede explicar".

"Es un delito (la venta de mercadería ilegal), y estas son las mafias que administran ese delito", sustentó en relación al desalojo de manteros en el barrio de Once. Son puestos que "no están autorizados", narró Vidal.

"La ciudad sí autoriza puestos en zonas y ferias determinadas. Incluso hay una ley de la Legislatura que autoriza 250 nuevos puestos. La Ciudad los ha ofrecido, pero los vendedores no se quieren trasladar. En algunos casos han obtenido amparos judiciales que les permiten seguir estando donde están. Nosotros seguimos recurriendo a la Justicia porque eso es competencia desleal, que está expresamente prohibida en el código convencional porque perjudican a los comerciantes que sí pagan los impuestos", señaló la Vicejefa de Gobierno.

"En el caso de Once además la instalación estaba desbordada y estaba facilitando la tarea delictiva de pungas, porque la gente tiene poco espacio para caminar. Se ha decomisado una cantidad de mercadería que no se explica por alguien que está realizando una actividad de supervivencia. Estamos hablando de miles y miles de pesos de mercadería ilegal. Esto ya está judicializado, está interviniendo en el caso de Once una fiscal", sostuvo.

REFUTACIÓN DE MANTEROS

Los vendedores que tenían su mercadería en las veredas de Once cortaron el viernes dos carriles de la avenida Corrientes a la altura de la calle Larrea. Pidieron que les devuelvan relojes, joyería, cinturones y otros artículos. Denuncian que se los sustrajeron con violencia.

Por caso, Macodou Seye, uno de los jóvenes senegaleses en cuyo hogar entró la Metropolitana, contó a Télam que “cerca de las 5 de la mañana yo estaba bañándome para empezar a trabajar y mi compañero dormía. De repente se escucharon muchos golpes y gritos en el pasillo y cuando abrí la puerta tapado con una toalla lo primero que vi fue un arma”.

“Los policías estaban uniformados pero no nos dijeron qué querían ni quién los mandaba. A mi amigo lo despertaron golpeándolo con un arma y a los gritos nos hicieron poner arriba de una cama toda la mercadería, nuestro dinero, los celulares”, recordó.

El joven inmigrante denunció que “se llevaron toda la mercadería, nuestros teléfonos y nuestras computadoras personales, pero no nos dijeron a dónde ni por qué. Yo perdí más de 6.000 pesos sólo en cosas que vendo, y mi amigo 15.000″.

Nar Fay, otro de los manteros senegaleses, dijo a Télam que “no sólo irrumpieron en nuestras casas, además esta mañana nos levantaron las mantas a todos los que estábamos trabajando sobre Corrientes, es muy injusto porque nosotros todo lo hacemos honestamente”. “Queremos trabajar en paz, vinimos a Argentina a tener un mejor futuro, queremos a este país y somos decentes, no merecemos que nos discriminen así. Además hoy la policía metropolitana me sacó cerca de 20.000 pesos en mercadería”, describió.

Bernardette, otra de las manteras afectadas, contó que “entraron en nuestras casas cómo si fuésemos delincuentes; pero no somos mafia, somos gente trabajadora que siente a la Argentina como un segundo hogar y que así la respeta, queremos que también nos respeten a nosotros”, afirmó.

“El estado argentino ya nos reconoció, ya tenemos todos nuestros papeles de residencia y además estamos empadronados en el monotributo y pagamos impuestos por nuestra actividad, no estamos haciendo cosas ilegales, ¿por qué la ciudad no nos acepta?”, expuso Bernardette.

Omar Guaraz, dirigente mantero del movimiento de vendedores libres, aseguró en diálogo con Télam que “todo esto es una fantochada del gobierno porteño que apaña a las verdaderas mafias”.

“El subsecretario de Espacio Público porteño, Patricio Di Stéfano, dijo hace poco ante los medios que los vendedores libres somos mafia y que por eso nos persigue, pero lo que no dice es que él defiende a los verdaderos mafiosos”, subrayó.

Guaraz denunció que “los grandes empresarios nucleados en las cámaras comerciales de la ciudad son los que todos los días vuelcan en las veredas millones de pesos en mercaderías a través de manteros que son suyos, y a ellos el gobierno porteño no los toca“.


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