Comunales | Acto en FOETRA

Homenaje al "Cónsul de los desaparecidos"

El homenaje a Enrico Calamai revalorizó la figura del diplomático italiano conocido como “el cónsul de los desaparecidos”, quien durante la dictadura militar argentina salvó a más de 300 personas perseguidas por el terrorismo de Estado. El acto, realizado en la sede de FOETRA y organizado por el Patronato INCA, reunió a sobrevivientes, referentes de derechos humanos y sindicalistas que destacaron su valentía y compromiso humanitario. Buenos Aires, 9 de diciembre de 2025. El sábado pasado, la sede porteña de FOETRA del barrio de Balvanera, se convirtió en escenario de un emotivo homenaje a Enrico Calamai, el exvicecónsul italiano en Buenos Aires que arriesgó su carrera y su vida para salvar a cientos de perseguidos políticos durante la última dictadura cívico militar eclesiástica. El acto fue organizado por el Patronato INCA, la delegación local de la Confederación General Italiana del Trabajo, y estuvo conducido por Claudio Marín, secretario general de FOETRA, quien recordó la militancia, la solidaridad y el accionar clandestino que caracterizó la resistencia sindical frente al terrorismo de Estado.  

Calamai, conectado por videoconferencia desde Roma, recibió el título de socio honorario del Patronato INCA de manos de Alfredo Llana, presidente de la sede argentina. La organización destacó que se trataba de un reconocimiento “al valor cívico de quienes, representando al Estado italiano en el extranjero, decidieron no ignorar una de las peores tragedias del siglo XX”. Llana subrayó que en tiempos en los que conceptos como dignidad, empatía y cooperación parecen fuera de moda, recordar conductas como las de Calamai resulta fundamental.  

El encuentro reunió al propio Calamai con algunos sobrevivientes que fueron rescatados gracias a su intervención. También participaron figuras emblemáticas como el Premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel, mientras que la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela de Carlotto, y la Madre de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Taty Almeida, enviaron mensajes celebratorios. Carlotto lo calificó como “un hombre extraordinario que merece este homenaje” y recordó que sin sus actos valientes muchas historias de exilio jamás habrían existido. Almeida, por su parte, lo saludó como “nuestro muy querido compañero Enrico”.  

La trayectoria de Calamai es singular. Llegó a Buenos Aires en 1972 como vicecónsul, pero un año después fue destinado a Santiago de Chile, donde tras el golpe de Augusto Pinochet logró trasladar a Italia a más de 400 perseguidos que se habían refugiado en la embajada italiana. Regresó a Argentina en 1976, en pleno golpe militar, y junto con el sindicalista Filippo Di Benedetto y el periodista Giangiacomo Foà creó una red secreta que articuló contactos, gestionó documentación y organizó escapes. Las acciones incluyeron otorgar pasaportes y certificados, alojar clandestinamente a perseguidos en el consulado, trasladarlos en autos diplomáticos para atravesar controles militares e incluso interceder por detenidos en cárceles legales e ilegales.  

Se estima que más de 300 personas fueron rescatadas gracias a estas operaciones. Entre ellas, sindicalistas, militantes políticos y familiares de desaparecidos que lograron rehacer sus vidas en Italia. Durante el homenaje, varios sobrevivientes recordaron esos momentos. Francisco Nigro, delegado sindical, relató entre lágrimas cómo Calamai lo liberó de la cárcel de Devoto y le aseguró que debía viajar inmediatamente a Italia. Wanda Fragale, sobreviviente de la ESMA, confesó que “era natural estar algo enamorada de Calamai, que con sus ojos verdes me arrancó de la muerte”. Santiago Camarda agradeció la vida al diplomático, ya que su padre fue rescatado y pudo emigrar, lo que permitió que él naciera años después en Italia.  

Claudio Marín, al cerrar el acto, destacó la humildad de Calamai, quien nunca buscó reconocimiento por sus acciones. “Resulta entendible no haberlo sabido mientras sucedía, pero no saberlo después da cuenta de una humildad notable por parte de él y de los que lo rodeaban”, expresó. Calamai, desplazado de su cargo en marzo de 1977, confesó que fue un dolor inmenso dejar Argentina sabiendo que la puerta que habían abierto para salvar vidas se cerraba. “Fue una herida que me llevé para toda la vida”, dijo emocionado desde Roma.  

El homenaje de 2025 no solo recordó la valentía de un diplomático que desafió las órdenes de su propio gobierno para salvar vidas, sino que también reafirmó la importancia de la solidaridad internacional en la lucha contra el terrorismo de Estado. La figura de Enrico Calamai se inscribe en la memoria argentina como símbolo de humanidad y resistencia, y su legado sigue vigente en cada acto que reivindica la Memoria, la Verdad y la Justicia.  



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