Porteñas | Anuncios de campaña

“Subite al futuro”

La cartelería gubernamental apostada en puntos estratégicos de arterias porteñas anuncia la “Nueva Línea F”. La mención de que en junio se llamaría a una licitación internacional para adjudicar la construcción del postergadísimo nuevo subterráneo, celebra como una realidad palpable una obra que todavía no empezó. Jorge Macri y el PRO se desesperan por relanzar una gestión deslucida ante unas próximas elecciones que seguramente perderán. Buenos Aires, 8 de abril de 2025. Obligado a mostrar los logros de una gestión que quiere revalidar en las urnas y apurado con un calendario exigente que él mismo se impuso, Jorge Macri anunció la construcción de la Línea F de subterráneo, que circularía por el borde este de la Comuna 3, por debajo de las avenidas Entre Ríos y Callao, desde Juan de Garay hasta Córdoba. El anuncio generó expectativas porque hace 25 años que la red de subtes no se expande y la construcción de esta línea ahora anunciada fue postergada 14 veces durante las anteriores administraciones del PRO. Pero no sólo fue un anuncio. La propaganda oficial habla de la Línea F como si ya estuviese en funcionamiento, cuando recién se convocaría la licitación internacional para adjudicar la obra en junio, después de las elecciones locales y sin que esté previsto el financiamiento de la obra.

Veamos los hechos. El Jefe de Gobierno porteño, Jorge Macri, anunció en la mañana del viernes 28 de febrero que este año se lanzará la licitación para la construcción del primer tramo de la futura línea F del Subte, entre Barracas y Tucumán y Callao. El sorpresivo anuncio de Macri, implicaría la construcción de una nueva línea en Buenos Aires después de 25 años. La última fue la H, cuya construcción fue aprobada en 1999 y comenzó en 2001, en plena crisis y financiada con fondos propios de la Ciudad durante la gestión de Aníbal Ibarra.

De acuerdo con Macri, la licitación nacional e internacional será publicada en junio próximo, con el objetivo de adjudicarla en 2025 e iniciar la construcción de la línea en 2026. Se estima que este tramo podría estar operativo para 2031. Según las evaluaciones oficiales, la obra requerirá de una inversión de 1050 millones de dólares. Si bien por el momento no se dieron detalles acerca de cómo se costeará el proyecto -no hay partidas asignadas en el Presupuesto para la construcción de la línea-, desde el Gobierno porteño dejaron entrever que se están evaluando “distintas posibilidades de financiamiento”.

El tramo a licitar irá desde Barracas hasta Recoleta, siguiendo el eje de las avenidas Montes de Oca, Juan de Garay y Entre Ríos/Callao, y será totalmente subterráneo. El tramo contará con seis estaciones: Brandsen y Montes de Oca, Constitución, Cochabamba y Entre Ríos, Chile y Entre Ríos, Congreso y Tucumán y Callao. Habrá combinaciones con la línea C en Constitución, con la línea E en Cochabamba, con la línea A en Congreso y con las líneas B y D en Tucumán.

En una segunda etapa se construirían estaciones en Santa Fe y Callao, Las Heras y Pueyrredón (combinación con la línea H), Hospital Rivadavia, Parque Las Heras y Plaza Italia (combinación con la línea D). La decisión de reducir la cantidad de estaciones permite disminuir significativamente los costos totales del proyecto.

Línea F: años de idas y vueltas

La Línea F es una vieja idea. Se comenzó a hablar de ella en los 60. Su traza actual fue establecida en 2001 por la Legislatura Porteña mediante la ley 670 y ratificada por la ley 2710, aprobada en 2008. Pese a ser ampliamente considerada como la más prioritaria de las tres que forman parte de ese plan (las otras dos eran la G, entre Retiro y Agronomía y la I, entre Parque Chacabuco y Palermo), nunca se registraron avances significativos para impulsar su construcción.

En 2014, SBASE anunció que la consultora francesa Systra tendría a su cargo la elaboración de estudios para definir las características de la línea. Si bien ese trabajo fue terminado a principios de 2016, luego fue desestimado. En 2017 se anunció que se llamaría a licitación para la realización de nuevos estudios, pero ese llamado no acabaría por concretarse sino hasta mediados de 2019.

Esta licitación no estuvo exenta de problemas: después de postergarla un total de 14 veces, el GCBA decidió cancelar el llamado en mayo de 2022, a la par que funcionarios porteños calificaban de “locura” iniciar la construcción de la línea y hacían saber que el proyecto había quedado “descartado”. Ahora, apremiado por las elecciones, Jorge Macri lo resucitó.

“Subite al futuro”

El Jefe de Gobierno no se limitó a hacer el anuncio. En la propaganda oficial, la Línea F se da por hecha, como si ya pudiera usarse. La anacronía funciona publicitariamente, pero desnuda la preocupación gubernamental por unas elecciones en las que el partido oficialista corre un severo riesgo de perder la hegemonía política en el distrito, después de 18 de gestiones ininterrumpidas del mismo signo. Un síntoma de la descomposición política que atraviesan es la dispersión de la coalición Juntos por el Cambio, en esta ocasión escindida en cuatro sectores que competirán entre sí.  

Al adelantar las elecciones legislativas porteñas para el 18 de mayo y paralelamente suspender las PASO, Jorge Macri creyó erróneamente que podía sustraer la ciudad del debate nacional y hacer girar la compulsa electoral en torno de una agenda exclusivamente porteña. Ese giro “provincialista” funciona en el interior del país, enervado por el centralismo de la ciudad de Buenos Aires, pero acá hace agua precisamente porque los temas locales son siempre visualizados como nacionales. Así pasó con la erradicación de los piquetes con la brutalidad de la represión policial. Un logro valorado por el electorado de derecha, que no se pregunta por lo que sucede en otras ciudades del país.


                                    Santiago Pujol


Compartir nota en las redes sociales Enviar Imprimir

Dejanos tu comentario