Porteñas | Plan de Futuro de la Ciudad

Buenos Aires verde (dólar)

Mientras que en la Legislatura el oficialismo lograba imponer la privatización del borde ribereño de la ciudad, priorizando la lógica mercantil ante la agenda ambiental, se volvía a reunir la Mesa de Acción Climática para el Futuro, que se encuentra elaborando el Plan de Futuro de la Ciudad, con la participación de especialistas y representantes de organizaciones sociales. Una cortina de humo para distraer sobre el verdadero interés de la administración local: los negociados inmobiliarios.
Buenos Aires, 7 de diciembre de 2021. La imagen de la reunión de la Mesa de Acción Climática para el Futuro no podía ser más contrastante con la que generaba la movilización vecinal congregada casi en simultáneo frente a la Legislatura el primer jueves de diciembre. Por un lado, un ambiente reflexivo, sereno y de tono académico. Por el otro, una multitud fervorosa, apasionada y ruidosa. En un sitio se trazaban hipótesis y se charlaba de lo que se podría hacer en el futuro y en el otro se denunciaba lo que estaba ocurriendo en ese momento y se procuraba frenar el accionar del oficialismo.

Las buenas intenciones pavimentan el camino al infierno, se sabe desde Dante, y la coyuntura lo vuelve a demostrar. Porque el futuro se construye con las acciones y las decisiones que tomamos en el presente. Disponer de más de cien hectáreas ribereñas para la especulación inmobiliaria, como hizo la Legislatura, es anticipar la mayor vulnerabilidad ambiental de la ciudad en el futuro inmediato.

Como es público, el 2 de diciembre el oficialismo porteño aprobó en la Legislatura la rezonificación de Costa Salguero para su privatización, el barrio de lujo del Grupo IRSA en Costanera Sur y diez torres más a construirse en diversos barrios de la Ciudad. En un súper jueves de proyectos inmobiliarios, Vamos Juntos (VJ) dio aprobación definitiva a la segunda lectura del paquete impulsado por el gobierno de Larreta, que entre costanera sur y costanera norte afectará a más de cien hectáreas del acceso al Río de la Plata. Además, el oficialismo dio el visto bueno a una ley de “regularización”de “obras en contravención”, que la oposición catalogó como “blanqueo” de construcciones ilegales.  

El negociado de IRSA

En relación con Costanera Sur (ex Ciudad Deportiva de Boca), el 19 de agosto pasado se aprobó en primera lectura el emprendimiento inmobiliario denominado “Costa Urbana” en estas tierras emblemáticas y estratégicas para la Ciudad, sin respetar las mayorías que la Constitución de la Ciudad establece para este tipo de proyectos (40 votos), sin Evaluación de Impacto Ambiental y sin Audiencia Pública previa tal como exige la Constitución y sin respetar el Plan Urbano Ambiental y el Acuerdo de Escazú. Ahora se completó el estropicio, desoyendo las voces que se expresaron en la Audiencia Pública.

Como señala la ingeniera hidráulica María Eva Koutsovitis “Este proyecto es la síntesis de un absurdo ambiental, urbano y social. Los consensos globales, en el marco de la crisis climática, definen la importancia estratégica de recuperar los bordes costeros para mitigar eventuales ascensos del nivel de las aguas; por lo cual es fundamental recuperar los humedales para preservar la biodiversidad y atenuar el impacto de las inundaciones y generar bio corredores que permitan el acceso de los vientos desde las costas (para aminorar el efecto denominado isla de calor urbana). Por el contrario, estas megatorres de 145 metros van a modificar las condiciones de asoleamiento, la circulación de los vientos y van a generar un conjunto de impactos sonoros que pondrá en riesgo la biodiversidad de la Reserva. Además, como se trata de suelo de relleno ganado al río, para lograr la capacidad portante necesaria y proteger al emprendimiento de eventuales inundaciones, el humedal será rellenado y destruido, modificando como consecuencia la circulación superficial y subsuperficial de las aguas, incrementando los eventos de inundaciones en los predios linderos: la Reserva Ecológica y el Barrio Rodrigo Bueno”. Nada bueno nos espera.

Negocios matan cuidado ambiental

“En la lógica mercantilista del oficialismo porteño, traducida en ‘explotar aquellas áreas que aún no son ocupadas y que por lo general no tienen uso’, persiste un discurso que manifiesta la concepción de que la no intervención humana se asocia al ‘no-uso’ o ‘no-aprovechamiento’ de una zona en particular, y por lo tanto, ‘improductiva’. Este anclaje simbólico, y esencialmente ideológico, es poco solidario con el ambiente y la sustentabilidad de los ecosistemas. La quita de espacios verdes, además de afectar gravemente la renovación de oxígeno en el territorio, incrementa las temperaturas y expone aún más la crisis de contaminación de la Ciudad”, escribía nuestro colega Juan Patricio Méndez en el portal de Radio Gráfica el 30 de abril.

Todo esto se enmarca en la insistencia de Larreta y del bloque Cambiemos en realizar una megaobra a la vera del río. En la audiencia pública más larga de la historia de la Legislatura Porteña, el 98 % se manifestó en contra de la gestión comercial del territorio. La gran mayoría de los participantes insistieron en la necesidad de construir un gran parque público, con la recuperación del río como eje. Pero eso no es negocio.

No es novedad. Según el Observatorio del Derecho en la Ciudad y la Cátedra de Ingeniería Comunitaria de la Universidad de Buenos Aires, del total de 473 hectáreas ya rematadas por el Gobierno de la Ciudad, 150 hectáreas eran, previamente, “superficies verdes absorbentes”, o “pulmones verdes”, equivalente a cinco veces la superficie que abarca la Quinta de Olivos. Este es el futuro ambiental que se está construyendo.

              Santiago Pujol

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