Comunales | En estado de abandono

Las calles de la memoria

Las placas que evocan a los muertos de la AMIA en Pasteur y a los detenidos-desaparecidos en San Juan están vandalizadas y expuestas al maltrato cotidiano. La memoria se construye todos los días y con actos íntimos, desapercibidos para muchos, como el simple hecho de valorar y cuidar algo que es de todos y que tanto significa para nuestro barrio y nuestro país. Buenos Aires, 12 de mayo de 2015. Hace más de diez años, vecinos de San Cristóbal instalaron sobre Avenida San Juan, entre Boedo y Entre Ríos, canteros con jacarandaes y placas para evocar a los detenidos-desaparecidos del barrio.

El día oficial fue el 20 de Marzo de 2004. Allí los Vecinos de San Cristóbal contra la Impunidad dejaron inaugurado este paseo de la memoria a cielo abierto, público y con fuerte identidad local. Cada placa da información sobre los vecinos detenidos-desaparecidos: dónde estudiaban, dónde vivían, dónde trabajaban, dónde militaban y también dónde fueron secuestrados. También hay placas que recuerdan a vecinos que no fueron secuestrados en San Cristóbal pero realizaban alguna actividad en el barrio.

Sin embargo, este homenaje vive en constante peligro. El vandalismo y la desidia son parte de la vida cotidiana en este rincón del barrio. En una recorrida hecha por este medio comprobamos la nula consideración que tienen peatones y lugareños sobre estas placas que evocan cómo el Terrorismo de Estado afectó a la vida del barrio de San Cristóbal.

Hemos comprobado cómo muchos dueños de perros utilizan los jacarandás y las placas como el baño de sus mascotas, sin la más mínima intención de limpiar ni dejar en condiciones el lugar. En tanto, muchos canteros están repletos de basura o se los usa para depositar mercadería.

En el peor de los casos se les pasa por encima cuando se arman embotellamientos de peatones en zonas transitadas. Sin embargo, el resultado siempre es el mismo aunque las acciones cambien: queda en evidencia la enorme desidia colectiva que atenta contra este homenaje público que tiene la Comuna 3.

“Hay personas que pasan por acá porque van a hacer trámites o están de paso, ni saben qué es y jamás lo van a saber”, se lamenta un vecino que, al igual que nosotros, contempla las escenas de los perros, la basura y los pisotones.

El estado de las placas es ambivalente y no depende de una zona en particular. Entre Boedo y Entre Ríos hay daños de todos los tipos. Muchas están rajadas, otras machadas con pintura o elementos de la calle. También hay bastantes donde sólo se ve la base, de cemento, solamente. En esos casos aún más se percibe la desidia, ya que se los toma por un cantero más.

Y sin embargo, a pesar de todo, los vecinos insisten y reparan. Este sábado 14 de marzo la organización Vecinos de San Cristóbal Contra la Impunidad había organizado una jornada de limpieza de las placas “que recuerdan a los compañeros detenidos-desaparecidos del barrio”. “Acompañanos a limpiar las placas que llevan los nombres de los compañeros”, arengaban para ser parte de la actividad que inició en Plaza Alfonsina Storni, en San Juan y Solís.

También vale recordar que el sábado 17 de marzo de 2012, los vecinos repusieron a lo largo de la avenida San Juan, ochenta y siete placas en nuevos muretes. Y esa no fue una acción aislada, sino que forma parte del enorme esfuerzo que ponen los vecinos por mantener la memoria viva en este rincón porteño.

La avenida San Juan no es el único sitio de la Comuna 3 donde sus homenajes públicos a la memoria colectiva están en riesgo. En pleno Once, sobre la calle Pasteur está un paseo similar, que evoca a las víctimas de los atentados a la Embajada de Israel y a la AMIA, e incluye una Placa de Homenaje a los Desaparecidos miembros de la colectividad.

Entre las avenidas Corrientes y Córdoba se puede ubicar estos monolitos conmemorativos de las víctimas del atentado, dispuestos de forma similar a los de la avenida de San Cristóbal: un árbol con un una placa que evoca a cada uno de los asesinados por el crimen terrorista.

Los ataques anónimos de vandalismo aquí también han sido usuales. Uno de los momentos más sentidos fue cuando a días del décimo aniversario de la voladura, el julio de 2004, rompieron casi una decena de placas. Fue con martillos u otros objetos contundentes, por lo que quedó de manifiesto la intención del daño.

Para darle más énfasis a la necesidad de poner en valor este paseo de la memoria, en 2013, a 20 años del atentado, la Comuna 3, a través del presidente de la Junta local, junto al secretario general de la AMIA, Mario Sobol, plantó dos ejemplares de "Ginkgo bilova" en la cuadra de la AMIA, sobre Pasteur al 600.

En una recorrida hecha por este medio comprobamos que las placas negras con inscripciones están en un segundo plano ante la vida bulliciosa del lugar. En muchos casos se usan los canteros para depositar mercadería, en otros tantos el entorno está dañado y hay varias placas rajadas.

En definitiva, los vecinos e instituciones de la Comuna 3 van a restaurar, reponer y arreglar estos paseos públicos de la memoria cuantas veces más sean necesarias. Sin embargo, es necesario tomar dimensión del mensaje de fondo que queda expuesto al ver que estos sitios en plena calle, dedicados a quienes hoy ya no están por el terrorismo y el golpe de Estado, se derrumban ante la indiferencia colectiva.

Es una advertencia, un mensaje, una reivindicación de que la memoria se construye todos los días y con actos íntimos, desapercibidos para muchos, como el simple hecho de valorar y cuidar algo que es de todos y que tanto significa para nuestro barrio y nuestro país.


Juan Castro

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