Buenos Aires, 26 de julio de 2022. El Instituto Confucio de la Universidad de Buenos Aires (ICUBA) retomó recientemente el dictado de clases presenciales de Qi Gong y Taijiquan, dos prácticas asociadas a la medicina tradicional china que tienen cada vez más aficionados en Argentina por su contribución al bienestar físico y emocional, en su sede ubicada en la Facultad de Ciencias Económicas de la UBA. Se trata de los primeros cursos presenciales, luego de la suspensión durante dos años por la pandemia del nuevo coronavirus.

"Estamos con el primer curso presencial del Instituto de las clases de Qi Gong y Taijiquan. Arrancamos la presencialidad nuevamente, esperando que la gente se vaya sumando", dijo el profesor Lucena, a cargo de las clases que dictan en el barrio de Balvanera. Lucena destacó que a lo largo de los últimos dos años el ICUBA mantuvo su programa de actividades en cuanto a idioma, temas culturales, de filosofía o economía, pero puntualizó que no fue lo mismo para el Taijiquan y el Qi Gong, ya que esas prácticas "dependen de la presencialidad".

"Estas son actividades que es bastante complejo darlas virtualmente, por la necesidad de copiar bien los movimientos y los ejercicios, y por la corrección que se tiene que establecer de los movimientos", explicó el entrevistado. Lucena resaltó que los movimientos y ejercicios de ambas prácticas "están ligados a la medicina tradicional china, por lo tanto su ejecución correcta es necesaria para que la persona se lleve la calidad de salud del movimiento".

"Por lo tanto, todo este tiempo ha estado suspendido, no se ha dado desde que empezó la pandemia, y este año recién arrancamos con el curso oficialmente, dándolo presencial", celebró. Lucena detalló que tanto el Qi Gong como el Taijiquan "son prácticas ligadas a la salud más que al deporte, y eso despierta mayor interés en los argentinos que, luego de la pandemia, se vuelcan a estas prácticas".

Dijo que quienes asisten a las clases se enfocan en la salud personal, y también en la cultura china como un todo, ya que las prácticas a su cargo tienen un contacto cercano con el idioma chino y la refinada caligrafía tradicional del país asiático. "Tuvimos muy buena aceptación en estos inicios y de a poquito vamos sumando cada vez más practicantes y más gente interesada en la cultura china", sostuvo el experto.

Lucena lamentó que "la pandemia afectó muchísimo a la gente en lo que es la salud física, mental y emocional", y dijo que, en ese marco, es clave el aporte de disciplinas como el Qi Gong y el Taijiquan. "Hemos tratado de transmitirle a la gente la tranquilidad de que venga a un espacio abierto, con un muy buen lugar para practicar y respirar correctamente, sin ningún tipo de dificultad", afirmó el entrevistado.

"La gente respondió muy bien al llamado y se está interesando cada vez más, preguntan mucho, se han aventurado a venir a practicar y esperamos que se sigan sumando", añadió.

Lucena detalló que ambas disciplinas están vinculadas con la salud, y dijo que son parte de la medicina tradicional china, si bien se pueden practicar también en sus variantes deportivas.

Los practicantes, dijo, buscan trabajar la respiración, la relajación y su energía interna para mantener el equilibrio en su salud.

El Instituto Confucio de la Universidad de Buenos Aires fue inaugurado en el año 2009, siendo el primero en establecerse en Argentina. Funciona en cooperación con la Universidad de Jilin, la Fundación de Educación Internacional de Chino y el Centro de Educación y Cooperación del Idioma.

El segundo Instituto Confucio se inauguró también en 2009, en la Universidad Nacional de La Plata, mientras que el tercero comenzó a trabajar en 2020 en la Universidad Nacional de Córdoba. 

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