Comunales | Teatro Mandril

Impulsa su Soberanía Cultural

La cooperativa que lleva adelante este emprendimiento artístico y social debe reunir $25.000.000 en abril de 2020 para comprar el inmueble de Humberto I y Jujuy donde hace años realiza ferias, ciclos, exposiciones. Los propietarios les dieron ese plazo y la preferencia, antes de venderlo a otro interesado. La tarea de emprender una recaudación colectiva para no cerrar.
Buenos Aires, 9 de julio de 2019. El Teatro Mandril, en Humberto I casi Jujuy, es un emblema cultural de San Cristóbal y la Ciudad de Buenos Aires. Hay talleres, ciclos estables, jornadas temáticas. Sus actividades se hacen a sala llena y son ejemplo de organización y lucha. Pese a su rica vida artística y social, este espacio corre peligro de cierre definitivo. El inmueble donde hoy funciona, y que fue alquilado todo este tiempo, está en venta. La cooperativa que gestiona el teatro presentó una campaña para reunir $25.000.000 de forma colaborativa antes de abril de 2020 y comprar el lugar.

Los integrantes del Mandril crearon en abril de este año el espacio Soberanía Cultural, para lograr la financiación y "garantizar la continuidad y el crecimiento del proyecto": "Con 100.000 aportes de $250 por única vez, el objetivo imposible se vuelve realidad". Mencionan aportes voluntarios y suman las Fechas Soberanas, jornadas culturales donde artistas se presentan a beneficio del Mandril.

"La cooperativa del Teatro Mandril también decidió que el 5% de todos los fondos recaudados vuelva a la comunidad: Este porcentaje se destinará a subsidiar proyectos y hechos artístico-culturales mediante una convocatoria abierta a todas las personas y proyectos que hayan hecho aportes durante la campaña. Deseamos que esta campaña impulse la construcción de un nuevo paradigma de soberanía cultural que no le tema a la diversidad, sino que la entienda como un gran tesoro", detallan.

Sobre la acción del teatro, la cooperativa evoca: "En estos años el Teatro Mandril ha recibido a 10.000 artistas, 14.000 alumnxs y 300.000 espectadores. Coprodujo 5.000 funciones de teatro, música, circo y danza, y fue fuente de trabajo para más de 500 personas".

Santiago Mazzanti integra la cooperativa del Mandril. En diálogo para este artículo habló de Soberanía Cultural, a varios meses de su lanzamiento: "Es difícil evaluar la situación en palabras de recaudación. La situación va bien y mal al mismo tiempo. Va bien porque la gente está donando su plata y apostando al proyecto. A la vez, va mal en la estadística monetaria". 

"El proyecto tal y como lo planteamos dice que tenemos que tener $25.000.000 para abril del 2020. Implica juntar $80.000 por día. El proyecto va mal porque no juntamos esa cantidad de dinero por día. Sin embargo, todos los días recibimos donaciones. Es una pregunta con dos respuestas", sumó.

"Con este proyecto quedó expuesto que hay una pertenencia de la gente. Más allá de que económicamente no llegamos, para nosotres es un éxito por la respuesta de la gente. Todavía no abordamos el círculo más íntimo, como integrantes de las familias de quienes hacemos el Mandril. Eso significa que todo el dinero que recaudamos hasta el momento viene directamente de gente que conoce y consume el Mandril y quiere dar su apoyo", aclaró. 

"A nivel estatal, ni el Gobierno de Nación o de la Ciudad de Buenos Aires tienen en la actualidad una línea para financiar este proyecto. Nación tenía hasta el año pasado un subsidio para poder comprar una sala, pero el año pasado lo dio de baja. Funcionaba mediante el Instituto Nacional de Teatro (INT)", agregó. Los integrantes del Mandril también se han acercado al Ministerio de Cultura de la Ciudad, dirigido por Enrique Avogadro: "Mandamos la información de lo que sucede. Estamos viendo de qué manera pueden ayudar".

El Mandril es un semillero de actividades. Es el caso de la feria de historietas Dibujadxs. El dibujante Lubrio es uno de sus impulsores y expone: "Con el apoyo a Soberanía Cultural se trata de dejar una huella sencilla, anónima y eficaz. Entrá a la página y doná. Pedile a amigos y familiares que lo hagan. La ecuación es simple: sin Teatro Mandril, Dibujadxs y muchos emprendimientos culturales caen en el olvido". Su colega Mauro "El Bruno" Serafini, autor de la célebre historieta para niños "Escuela de Monstruos", sumó: "El trabajo que hacen por la cultura es enorme. Hay que apoyar la continuidad de espacios culturales independientes".  

En diálogo para este artículo, el dibujante Jonathan Weis, cocreador del "ciclo de cine salvaje Muere Monstruo Muere", que se hace en el Mandril junto a una gran feria de editores independientes y desarrolladores de videojuegos, dijo: "Hace cinco años que el Mandril es nuestra segunda casa. Un lugar que donde siempre nos apoyan, donde te dan un espacio siempre para innovar y es necesario que siga existiendo, para que nuevas voces en el arte y la autogestión tengan un lugar donde darse a conocer".

En la cultura post Cromañón los espacios independientes fueron el sitio de encuentro entre artistas y públicos. Entre sus mesas y escenarios nacieron nuevas tendencias, se consolidaron sonidos. Más cerca en el tiempo, referentes de estos espacios, incluidos integrantes del Mandril, se unieron y lograron la aprobación de la Ley porteña N° 5240 de Espacios Culturales Independientes (ECI). Fomenta la actividad y evita cierres arbitrarios. Al cierre de esta edición, el Gobierno porteño la reglamentaba junto a modificaciones para simplificar los trámites pertinentes. 

En la Comuna 3 la lucha por los espacios culturales está presente. En varias ediciones mencionamos que, de modo similar, el Teatro Luisa Vehil (Hipólito Yrigoyen y Urquiza) también lucha por no cerrar. Los legítimos herederos reclaman el inmueble, mientras la asociación civil que gestiona la sala busca reunir fondos para comprarlo. Ambas son luchas con final abierto, pero donde queda claro el apoyo del público y los vecinos.

Juan Castro


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