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Los reservorios del agua potable

El Palacio de las Aguas Corrientes se encuentra en Balvanera, en la Avenida Córdoba 1950, y es un Monumento Histórico Nacional. Fue construido para alojar los tanques de suministro de agua corriente de la ciudad de Buenos Aires que crecía a un ritmo vertiginoso y cuyo sistema sanitario proyectado para 400 mil habitantes, se encontraba sobrepasado para una población de un millón de habitantes en 1900. Buenos Aires, 9 de abril de 2019. Inaugurado en 1894, el edificio fue nominado por el Gobierno de la época como un "monumento al agua pura" debido a la importancia que tenía el recurso para garantizar la higiene de la población y evitar enfermedades. La fachada del palacio tenía, en su origen, la única misión de ocultar y disimular una estructura de hierro de 180 columnas y tres pisos, soporte de doce tanques con 72 millones de litros de capacidad que, durante unos pocos años proveyeron de agua potable a la ciudad.

Hoy el palacio funciona como sede de algunas oficinas de AySA  y en la planta alta se encuentra el Museo del Agua y de la Historia Sanitaria. Allí se relata la historia del edificio: construido en la parte más alta de la ciudad, el tanque de agua del palacio era un complemento de la red que provenía de la central ubicada en Recoleta.

Debido al crecimiento poblacional, su capacidad quedó obsoleta a los veinte años de la inauguración. En 1915 se construyeron dos estructuras similares en Villa Devoto y Caballito para abastecer a otros barrios de la capital. En el año 1978 el tanque abandonó su función para convertirse en el origen del actual museo que invita al visitante a recrear la historia de lo cotidiano a través de un elemento tan natural como el agua y muestra cómo se fueron modificando las tendencias del diseño sanitario a lo largo del tiempo.

El Museo del Agua funciona de lunes a viernes de 9:00 a 13:00 y de 14:00 a 17:00 en Riobamba 750 Piso 1.Contacto: (011) 6319-1104 / museo_del_agua@aysa.com.ar

En San Cristóbal, en Entre Ríos y Pavón, se encuentra el último exponente de estos grandes reservorios, inaugurado en 1957. Su construcción responde a la necesidad de proveer de agua a la ciudad  de Buenos Aires y al Gran Buenos Aires ante el acelerado crecimiento poblacional y el impulso industrial registrados en el área luego de la Segunda Guerra Mundial. La empresa sanitaria de entonces, Obras Sanitarias de la Nación, realizó un plan que ordenó la obra de tres unidades de depósitos reguladores y distribuidores para que sus zonas pudieran independizarse pero a la vez admitieran la intercomunicación de sus distintas redes. Este depósito es hoy una oficina técnica de AySA.

Dice el Arq. Jorge Tartarini, director del Museo del Agua y de la Historia Sanitaria: "Como se ve, de los sistemas de potabilización, abastecimiento y distribución del agua, hoy quedan valiosos testimonios que denotan la importancia otorgada a la higiene pública como símbolo de modernidad, civilización y progreso. También reflejan el avance técnico y el progreso científico del saneamiento y la ingeniería sanitaria, y por sobre todo la evolución del concepto de higiene urbana".

                                                                                                                  Norberto Alonso



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