Historias de nuestra comuna | Huella de las primeras vías

El Pasaje Discépolo

Es un espacio singular de la ciudad. Se destaca por atravesar en forma de “S” la manzana del barrio de Balvanera delimitada por las calles Lavalle, Callao, Riobamba y Corrientes. Su recorrido encajonado parece acentuarse por las altas paredes de los edificios que lo bordean, algunos de muy buena construcción como el de la esquina con Callao. Buenos Aires, 10 de febrero de 2015. La forma del pasaje es una huella del primer trazado de vías férreas que se hizo en nuestro país, el del “Ferrocarril del Oeste”. Este tren, para el que prestó servicios la legendaria locomotora “La Porteña”, partía de la Estación del Parque, que estaba donde hoy se encuentra el Teatro Colón y atravesaba los barrios por ese entonces más alejados de Almagro, Caballito y Flores hasta llegar a Floresta. El viaje inaugural de La Porteña del 29 de agosto de 1857 es recordado en una placa colocada en el edificio de la esquina del Pasaje y Lavalle.

El ferrocarril mantuvo este recorrido hasta 1883, año en el que comenzó a salir de la estación Once y el antiguo trazado desde plaza Lavalle quedó en desuso. En 1893, al levantarse los rieles, el lugar comenzó a definirse como calle y el tramo que corre entre Corrientes y Callao tomó forma de pasaje. Lo llamaron Rauch, por el coronel Federico Guillermo Rauch, un alemán que entre 1826 y 1827 organizó tres campañas contra los pobladores originarios pampeanos.

Por ese entonces la singular traza del pasaje favoreció el que se fuera ocupando con las llamadas “casas de tolerancia” donde se ejercía la prostitución al amparo de la oscuridad y de la privacidad que concede la sinuosidad al impedir ver el lado opuesto. Hacia la década del 30 se estableció en esta callecita una Feria Franca donde se ofrecían toda clase de productos comestibles a precios económicos.

En 1980 se inauguró el Teatro del Picadero en un inmueble construido en 1926 por el arquitecto Benjamín Pedrotti, originalmente destinado a fábrica de bujías, lo que explica el aspecto industrial de su fachada. El 6 de agosto de 1981, un incendio intencional destruyó la sala en un vano intento de la última dictadura cívico militar por acallar las voces de los artistas. Fue reabierto el 23 de mayo de 2012.

En el Pasaje también se pueden observar los contrafrentes del ex Banco Mercantil Argentino y el de la Escuela Normal Superior Nº 9, que data de 1884. En éste se encuentra el mural Uno, Once y Nosotros de 2007 del reconocido artista plástico Marino Santa María, una obra realizada en mosaico veneciano, azulejos y cerámicos partidos que refleja partes de la historia del pasaje e incluye la partitura del tango "Uno" de Discepolín.

La última gran transformación del pasaje se produjo en 2005, cuando fue convertido en peatonal y rebautizado como Enrique Santos Discépolo, en honor al dramaturgo y compositor de tangos por la Ley 1153 del 3 de noviembre de 2003 de la Legislatura porteña.
Norberto Alonso

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