Porteñas | Clubes barriales

Se aprobó la ley

El jueves 5 de diciembre, la Legislatura avaló un proyecto de ley para modificar el Código de Planeamiento Urbano y así darles a las instituciones una nueva figura legal. Los clubes de barrio eran una figura clásica en la infancia de los niños porteños, pero desde Cromañón han tenido muchos problemas para permanecer abiertos con todos los papeles en regla. Esto se debe a que desde el incidente en el boliche estos clubes son sometidos a los mismos controles que los clubes grandes, boliches y hasta hoteles. Buenos Aires, 16 de diciembre de 2013. Los clubes de barrio hasta este jueves de diciembre no tenían figura legal para funcionar. En consecuencia, eran usuales inspecciones o requerimientos que equiparaban las exigencias a sociedades de fomento y escuelitas de deporte con instituciones deportivas como los clubes de fútbol de primera categoría.

En diciembre de 2004, cuando la tragedia de Cromañón sucedió dejando 194 jóvenes murieron, los controles y normas se intensificaron. Con este reordenamiento los clubes barriales quedaron englobados en la misma categoría que los clubes más grandes y hoteles. El club Amigos de Villa Luro, que cuenta con cerca de 100 años de antigüedad, tuvo que quitar el telón que usaban para su teatro. Según Roberto Sío, presidente del club, “pretendían que lo cambiáramos por uno ignífugo, pero para nuestro presupuesto era imposible. Al final nos quedamos sin telón y el teatro, convertido en una cancha multipropósito”.

Para dar fin a esta irregularidad y dar un espaldarazo a las tradicionales instituciones capitalinas, se votó este proyecto que les otorga una figura legal a los clubes de barrio para que estas sean contempladas en el Código de Planeamiento Urbano.

Se llegó este jueves a la sanción definitiva de la iniciativa de la diputada del Pro, Karina Spalla, quien dio las gracias a los presentes que dieron sus votos para sacar la norma. Además evocó que la primera instancia de voto fue en octubre, luego hubo audiencia pública.

“A estas instituciones se les otorgó su propia legislación, de manera independiente a los grandes clubes, a fin de regularizar su situación a nivel de planificación urbana y edilicia. En cuanto a la facturación anual permitida a los clubes de barrio se sube el monto de $ 1.000.000 a $ 1.500.000 por otra ley aprobada hoy sobre tablas que además establece que será actualizado por la aplicación del Índice de precios de la ciudad recientemente creado.

Hasta el momento podía ser actualizado anualmente con la modificación de la ley. Ambos proyectos fueron impulsados por la diputada Karina Spalla (PRO). La misma actualización fue establecida para el Fondo del Deporte como una fuente de recursos para estímulo de las actividades. El monto de éste fondo pasó hoy de $ 6.500.000 a $ 10.000.000, según lo prevé la Ley Nº 1624”, según argumentos legislativos.

“Tras la aprobación del Cuerpo parlamentario Spalla destacó que "se arribó al consenso con un trabajo con dirigentes de los clubes y vecinos a favor de las necesidades de los vecinos" y agradeció a los diputados Mateo Romeo (FpV), Adrián Camps (PSur), Roberto Quatromano (PRO), Laura García Tuñón(BApT) y Daniel Amoroso (CP) que colaboraron para lograr los acuerdos requeridos.

El 10 de octubre pasado la norma había sido aprobada en primera lectura y el martes 3 de diciembre último debatida en Audiencia Pública donde fue apoyada por dirigentes de clubes de distintos barrios porteños”, añade el sitio oficial de la Legislatura sobre esta iniciativa.

“Este expediente fue despachado por la Comisión de Planeamiento Urbano que estimó su aporte para permitir un uso más intensivo del suelo para los clubes a fin que los mismos puedan potenciar su desarrollo y equipamiento, en pos de la comunidad. "Las limitantes existentes en alturas y ocupación del suelo actuales son un escollo para la inversión en infraestructura deportiva, y con ello para el crecimiento de estas instituciones", sostenían los legisladores entre los fundamentos”, relevaron al respecto.

“La diputada Spalla recordaba en su proyecto que "estos clubes nacen a principios de 1900, muchos fundados por inmigrantes gallegos, catalanes, italianos, como lugares de encuentro y recreación. A lo largo de las siguientes décadas, fueron tomando fuerza, y constituyéndose como núcleos fundamentales de la identidad colectiva en los distintos barrios, a partir de los cuales se forjaron lazos comunitarios, consolidando el sentido de pertenencia de una comunidad".

"En los años 60 y 70, se convirtieron en espacios de reunión y militancia política. Con los años de dictadura militar, muchos de estos espacios se desvanecieron. A continuación, se sumaron los problemas económicos. Sostenerse únicamente con las cuotas de los socios resulta imposible. Spalla también argumentó: "Escuchamos, en boca de los integrantes de los clubes que tratamos, el esfuerzo que hacen por mantener actividades y ampliar el número de socios, en particular chicos, al ver que su función es irreemplazable"”, cierra la reseña.

Según información de la Subsecretaría de Deportes porteña existen unas 250 de estas entidades barriales, de las cuales solo 180 está perfectamente habilitadas. “El valor social de lo que representa un club de barrio supera al de la habilitación, es lo que explica que sigan funcionando sin los papeles en regla” dijo el subsecretario del área, Francisco Irarrázaval. “Funcionan siempre y cuando no haya riesgos para los chicos y los vecinos”.


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