Comunales | Un emblema de la educación pública
Los 150 del Acosta
La escuela del barrio de Balvanera conmemoró su siglo y medio de vida con actividades abiertas a la comunidad para compartir el trabajo diario de estudiantes, docentes y directivos. La ocasión fue celebrada por la Legislatura porteña, mediante una placa conmemorativa colocada en el lugar.
Buenos Aires, 9 de julio de 2024. Cartulinas pintadas con fluo por los chicos y chicas del jardín, una sala de robótica, una instalación que devolvió al aula a los alumnos detenidos desaparecidos a través de siluetas y mensajes de Nunca Más. Guirnaldas, color y pasillos inundados de gente. Así se vivió el sábado 15 de junio La Noche del Acosta, un evento organizado por la comunidad educativa para celebrar que la Escuela Normal Mariano Acosta del barrio de Balvanera cumplió 150 años de existencia.
“Esta institución representa un proyecto de país con igualdad y con educación pública”, destacó a este medio el vicerrector Julio Pasquarelli. “En este momento, más que nunca, debemos estar organizados especialmente defendiendo la escuela pública”, resaltó el directivo, también exalumno del Acosta. Explicó que La Noche fue el inicio de una semana de actividades institucionales que culminaron el viernes 21 de junio con un acto central.
En línea con la política educativa de Domingo Faustino Sarmiento y cuando la ciudad todavía era la capital de la Provincia de Buenos Aires, el entonces gobernador bonaerense Mariano Acosta envió en mayo de 1873 un proyecto de Ley para crear dos escuelas normales, a fin de formar maestros en una sociedad en la que la mitad de su población adulta era analfabeta.
El Decreto de la creación de la escuela se promulgó el 16 de junio de 1874 y las clases se iniciaron el 9 de julio en un edificio de Balcarce y Alsina, en un edifico alquilado. A fines de la década del ochenta el Acosta se mudó a Balvanera, a una sede proyectada para servir de escuela. El ingeniero y arquitecto italiano Francisco Tamburini, también responsable del edificio del Teatro Colón, diseñó el edificio.
El resto es historia: generaciones y generaciones de estudiantes y educadores de la talla de Pablo Pizzurno o Rodolfo Senet. También figuras como Julio Cortázar, Leopoldo Marechal o Enrique Santos Discépolo consolidaron la historia y la mística del Acosta. En el presente, la institución de Balvanera cuenta con nivel inicial, primario, secundario y el profesorado de educación primaria.
A mediados de junio, la escuela abrió sus puertas para compartir su presente a través de exposiciones montadas en las aulas que describen el trabajo diario de la comunidad educativa. “Buscamos que los docentes, los estudiantes, las familias puedan estar orgullosos de sus hijes, que realmente sientan que la educación pública de primera en nuestro país, es gracias a todos”, resaltó Pasquarelli.
Uno de los momentos clave de la jornada fue el descubrimiento de un busto en homenaje a la educadora Juana Manso. “La última vez que se había colocado uno fue hace 69 años, el de Domingo Faustino Sarmiento. Ahora sumamos el de Manso ya que siempre nos caracterizamos por la diversidad, la pluralidad, la equidad, que son tan necesarias en el ámbito educativo”, destacó el vicerrector.
La Noche del Acosta se extendió hasta las dos de la madrugada y la concurrencia desbordó las expectativas de los propios organizadores. “Para mí era una noche más hasta que vi la gente que había, no solo estudiantes o exalumnos sino gente del barrio que vino a acompañar”, dijo a este medio Francisco, exalumno y maestro de primaria en formación que asiste al profesorado del Acosta. En una de las aulas de planta baja, Francisco y sus compañeros montaron la muestra “La revolución que nos mira”, un proyecto del profesorado de primaria para “pensar la historia argentina, particularmente la Revolución de Mayo”. “A través de esta muestra también nos proponemos que la gente conozca el profesorado y se anote. No hay docentes en general, menos en primaria. Esperamos que al abrir las puertas del Acosta la gente se entere de que hay un profesorado y que esta es la propuesta”, agregó.
A pocos metros, en otra de las aulas se montó una muestra realizada por los niños y niñas de nivel inicial. Se colgaron en las paredes muchos de los trabajos de plástica. “Pensamos en regalarle un mural a la institución. Es una práctica esencialmente grupal. Sus imágenes reflejan historias, hechos, anécdotas. El mural final estará listo en unos meses”, explicaba un afiche junto a las ilustraciones.
“Estamos contentos de la actividad, la gente se acerca, vienen alumnos, exalumnos a saludar. Es un momento de reencuentro”, señala Fernanda, docente de inicial. Resalta que las aulas del jardín están en “un lugar que fue adaptado para inicial en un ala de la escuela con otra entrada, por lo que esta exposición busca afianzar al nivel inicial a toda la escuela” junto a la propuesta de mural.
Luego de una semana de actividades institucionales, el viernes 21 de junio culminaron los festejos con un acto en el patio central de la escuela centenaria. Estuvo presente la ministra de Educación de la Ciudad de Buenos Aires Mercedes Miguel y también legisladores que entregaron la placa de la Legislatura porteña que conmemora los 150 años del Acosta. Durante el evento, el rector Marcelo Carpintero resaltó el trabajo de la institución por “seguir formando, como desde siempre, jóvenes y ciudadanos y ciudadanas con conciencia crítica, con conciencia social, con inquietudes artísticas, con preocupaciones ambientales, científicas, pedagógicas”. Además, llamó a mantener “encendida la luz de la pasión por el saber, la búsqueda de una sociedad más justa y tolerante, el enriquecimiento que aporta la diferencia, la multiculturalidad y el análisis crítico del mundo que nos rodea”.
Juan Castro