Historias de nuestra comuna | ¿Se repetirá la historia?

La Semana Trágica

Los trabajadores de los “Talleres Metalúrgicos Pedro Vasena e hijos”, se habían declarado en huelga en diciembre de 1918 procurando una mejora salarial y la reducción de la jornada laboral a ocho horas. La industria metalúrgica se encontraba profundamente afectada por la Primera Guerra Mundial e intentaba bajar costos. Los obreros, a su vez, pretendían obtener mejoras en sus condiciones de trabajo y en sus salarios. La huelga pronto se convirtió en un conflicto sindical generalizado que la historia conoce como la Semana Trágica.
Buenos Aires, 9 de enero de 2024. Vasena tenía sus depósitos en el barrio de Nueva Pompeya y sus talleres se encontraban en Cochabamba y Rioja, donde ahora se halla la Plaza Martín Fierro, en el corazón de San Cristóbal. En Pompeya se desataron los primeros enfrentamientos entre los huelguistas y las fuerzas de seguridad - policías y bomberos- que secundaban la acción de los rompehuelgas y que dejaron el primer día cuatro muertos y cuarenta heridos, todos del lado obrero.

El conflicto escaló, impulsado por la intransigencia patronal y de la Federación Obrera de la Región Argentina (FORA) del V Congreso de tendencia anarquista, así como el accionar violento de rompehuelgas contratados por las patronales, hasta que se desató la represión abierta por grupos parapoliciales amparados por el gobierno, la policía y el Ejército, asesinando, deteniendo y torturando a miles de personas, mientras la población respondía con una pueblada generalizada.

Los episodios de la llamada Semana Trágica dejaron en su totalidad un terrible saldo cercano a las mil víctimas y más de cuatro mil heridos entre la acción de las fuerzas represivas y los grupos civiles armados opositores a las protestas obreras, como la Liga Patriótica Argentina que integraban, entre otros, Manuel Carlés, Domeq García o el bisabuelo de José Alfredo Martínez de Hoz, y en la cual se juntaban algunos de los miembros más conspicuos de la sociedad embebidos en pensamientos conservadores, católicos y nacionalistas.

Temerosos de la supuesta infiltración de ideas que ellos consideraban “extranjeras y maximalistas”, este grupo se dedicó a perseguir y asesinar obreros e inmigrantes, en especial los de origen judío, lo que provocó el único pogromo conocido en América, en los barrios de Once y Villa Crespo. Esa palabra rusa (que significa “devastación”) refiere al linchamiento multitudinario, espontáneo o premeditado, de un grupo particular, étnico, religioso u otro, acompañado de la destrucción o el expolio de sus bienes (casas, tiendas, centros religiosos, etcétera). El término ha sido usado para denotar actos de violencia sobre todo contra los judíos, aunque también se ha aplicado para otras minorías étnicas.

El mismo gobierno que reprimió tuvo luego que reconocer la justicia del reclamo y días después accedió a lo solicitado por los obreros. Nunca se informó oficialmente sobre la represión, ni se publicó la lista de muertos. 

Nada de lo que hoy es la plaza Martín Fierro da cuenta del conflicto y las batallas. Sólo dos paredes semiderruídas que se levantan a un costado de la plaza. Todo fue arrasado. Ningún sector de la sociedad porteña manifestó en su momento interés por la preservación del edificio ni hubo nunca un reconocimiento del lugar como escenario de un evento histórico.

                                                                                                           Norberto Alonso



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