Porteñas | Gatos y ratones

El desgobierno porteño

La sucesión de denuncias de presencia de ratas y alacranes en escuelas porteñas motivó una respuesta sorprendente del gobierno. Mandar gatos para enfrentar a los roedores. Pero, más allá de la broma, la reacción evidencia la desidia que caracteriza a su gestión. La falta de presupuesto para el mantenimiento de la salubridad de las escuelas, y de prevención en el control de plagas en la ciudad, van de la mano con la ausencia de una efectiva política de gestión de los residuos. Por Santiago Pujol
Buenos Aires, 16 de mayo de 2023. La aparición de roedores en diversos colegios públicos de la ciudad movilizó a las comunidades educativas afectadas. Aunque el más resonante fue el caso de la escuela Huergo, donde los estudiantes denunciaron que una rata mordió a un chico. Un relevamiento indica que son más de cuarenta las escuelas que en el lapso de un año denunciaron la presencia de ratas en sus sedes. Tantas, que una legisladora tuvo la ocurrencia de hacer un mapa interactivo, señalando la ubicación geográfica de cada establecimiento infestado. Sin embargo, desde el Ministerio de Educación porteño dicen que están “al día” con el proceso de desratización y desinfección de las escuelas, algo que no se verifica en los hechos.

Sucede que para “ahorrar” plata, el presupuesto educativo parece uno de los preferidos de Larreta. Según cifras del propio gobierno, realizaron un recorte en el área encargada de las fumigaciones. El 9 de mayo de 2023 se publicó en el Boletín Oficial de la Ciudad la reducción en $712 millones del presupuesto destinado a limpieza, aseo y fumigación del Ministerio de Educación de la Ciudad. Del total del recorte, $672 millones se le quitaron a la Dirección General de Mantenimiento Escolar, área a cargo de la fumigación y mantenimiento de los establecimientos públicos.

El dato no es sorprendente ya que en un informe de la Auditoría de la Ciudad de Buenos Aires sobre el Plan SIGMA (Mantenimiento Escolar) publicado en 2021, se advierte que en las escuelas porteñas no se cumple con los controles de plagas, de instalaciones eléctricas, desagües pluviales ni cerramientos. Además, existe una falta de control sobre las empresas que brindan el servicio y que acumulan multas e irregularidades en la prestación del mismo. Todo mal.

Confesando la ineficacia y la limitación de los métodos implementados para controlar las plagas, ahora ensayan uno más “tradicional”. Colocar gatos en los establecimientos. Al menos eso hizo el Ministerio de Educación en tres escuelas porteñas de Villa Urquiza que comparten el mismo edificio. La iniciativa no fue bienvenida. Los miembros de la comunidad educativa consideran que esta situación “es un chiste” y una falta de respeto al reclamo ante el problema sanitario que desde noviembre del año pasado sufren docentes y estudiantes que allí trabajan y estudian.

Las ratas y la ciudad

Debajo de la ciudad, como ocurre en todos los grandes centros urbanos, hay una enorme colonia de ratas, afirma Gonzalo Fariña, director de la empresa Higiene Ambiental, que desde hace cincuenta años se dedica a la prevención y control de plagas urbanas. “Si vos vas a la noche a la zona de Puerto Madero ves cómo salen de las alcantarillas. De hecho, antes de que se inicien las obras del Paseo del Bajo ya se estaba hablando de diez ratas por habitante en la zona de Puerto Madero. Entiendo que con las obras y el gran movimiento de tierra que implican, hoy debe haber más”, sostuvo Fariña quien forma parte de la Cámara Argentina de Empresas de Control de Plagas. Además, explicó que supermercados, almacenes y restaurantes son los lugares donde más se encuentran estos roedores ya que es allí donde consiguen “la famosa pirámide de la vida: agua, comida y refugio”.

La multiplicación de las ratas se asocia con la disponibilidad de alimentos, algo que facilita la falta de higiene urbana y el manejo de los residuos domésticos que propone la gestión Larreta. Además de que no se recicla casi nada de lo que se arroja a la basura, los residuos orgánicos permanecen en las calles durante horas para que las ratas y otros bichos se alimenten sin impedimento. Si esas plagas no se combaten, sólo pueden acrecentar su magnitud. Algo que también sale a la luz por el estímulo a la actividad de la construcción, sin una adecuada prevención de los movimientos de colonias de roedores. Para refugiarse, las ratas invaden los edificios cercanos que encuentran más vulnerables. Entre ellos, las escuelas, con pocos o ineficaces controles de plagas.

La doctora Olga Suárez, del Laboratorio de Ecología de Roedores Urbanos de la Universidad de Buenos Aires señaló a PáginaI12 en 2019, que “Las ciudades tienen una gran disponibilidad de recursos para que las colonias de roedores proliferen y aumenten su tamaño poblacional. El tema es que Buenos Aires es una ciudad que está en permanente transformación. Hay constantes cambios y grandes obras que implican mucho movimiento de tierras y eso genera que las colonias de ratas afloren como invasoras y se dispersen hacia otros lugares”, dijo. En ese sentido, señaló que para evitar esta situación antes de cualquier obra de grandes magnitudes se debería llevar a cabo un control de la población e iniciar los trabajos recién cuando se define que no hay actividad de roedores en el lugar.  “Como las ratas nidifican en la tierra, si hacés una obra y no tenés la prevención o no mediste la magnitud de la infestación de roedores, pueden ocurrir estas cosas”, agregó.

Como en otros aspectos de la gestión de la higiene urbana, Larreta se caracteriza por echar las responsabilidades sobre los propios vecinos, mostrándose como otro más de los políticos que comentan los problemas, en vez de solucionarlos. ¿Para qué está el gobierno?


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