Porteñas | Crisis en la educación

¿Cuál es el plan?

Uno de los anuncios más significativos que realizó el Jefe de Gobierno al inaugurar el año legislativo el pasado 1º de marzo, fue la revisión del Estatuto Docente. No habló de la falta de vacantes en la educación pública ni de la falta de mantenimiento de los establecimientos. El PRO busca confrontar con los sindicatos docentes como parte de su campaña.
Buenos Aires, 8 de marzo de 2022. Aunque según Larreta es “para darle aún más valor a la educación” y “actualizar y jerarquizar  los contenidos y la formación de los maestros”, la reacción inmediata de los sindicatos del sector ante el anuncio del Jefe de Gobierno fue la de rechazar su anuncio. Para Ademys, “Larreta quiere romper el acceso democrático a los cargos docentes”. Para UTE “Hace 14 años que prometen futuro y desfinancian el presente”. 

Los sindicatos consideran que la intención es eliminar el Estatuto definitivamente y lamentaron que el alcalde hable del “futuro” del sector cuando se observa “la baja del presupuesto educativo en la Ciudad que desde el año 2011 hasta el 2021 bajó del 10 por ciento”, de acuerdo a lo dicho por Eduardo López de UTE.

En tanto que Mariana Scayola de Ademys  denunció que “Ya no es el Estatuto el que rige el acceso a los cargos y a la carrera docente sino la discrecionalidad del Gobierno porteño; y eso piensan dejarlo de alguna manera establecido con esta reforma”, por eso “entendemos que van a ir hacia una eliminación completa del estatuto docente”. 

A diferencia de otros gremios, que se rigen por un convenio colectivo de trabajo acordado entre los empleadores y los trabajadores, el ejercicio de la docencia está regulado por una ley, que las mayorías circunstanciales del bloque oficialista pueden modificar a su antojo.

Vacantes se necesitan

En tanto que el Jefe de Gobierno decía esto, los legisladores de la oposición lo recibieron con carteles que denuncian la falta de 56.000 vacantes en el sistema educativo público de la ciudad, un problema que se agrava por la crisis económica y la mayor demanda de familias que no pueden costear la escuela privada para sus hijos. Pero sobre esa cuestión no habló.

Las clases comenzaron sin 56.832 chicos sin vacantes. Entre los tres niveles (Inicial, Primaria y Secundaria), hubo 118.169 solicitudes y sólo se asignaron 61.337. Estos datos los recabó la revista Tiempo a través de fuentes del Ministerio con acceso a la información del sistema online, porque el Ejecutivo porteño se niega a reconocer la carencia de vacantes. 

El sector más crítico es el infantil. La falta de lactarios y jardines con salas de 3 a 5 años provoca un colapso en el nivel inicial, que es históricamente uno de los más castigados. De acuerdo a la información analizada sobre ese sector, este año se solicitaron 41.611 vacantes para niñas y niños de 45 días de vida a 5 años de edad, pero la ciudad sólo asignó 19.416. Así, el 53,4% de los inscriptos no obtuvo lugar en jardines públicos porteños.

Un informe elaborado por el Instituto de Estudios de Consumo Masivo (INDECOM), afirma que creció casi un 20% la demanda en escuelas públicas y cayó un 40% en privadas. La razón es clara. “Las subas de las cuotas trepan hasta un 40% en algunos establecimientos pagos y el éxodo hacia escuelas públicas rondaría el 20%”. 

El colega Martín Suárez escribe en Tiempo: “El eje central que explica este déficit crónico característico de la gestión educativa del macrismo es la falta de infraestructura escolar: a pesar de lo publicitado, el Ejecutivo porteño no construye nuevos colegios ni incorpora más aulas a las ya existentes. Este proceso termina desnudándose con un dato clave: en los últimos tres años, cuando más se podía aprovechar a construir establecimientos ante el aislamiento obligatorio por la pandemia, y sabiendo la mayor demanda que estaba produciéndose en el sector público a causa del aumento de los costos en los privados, no se generó ni una sola nueva vacante en la Ciudad”.

Falta de mantenimiento

El viernes anterior al comienzo de las clases, la comunidad educativa de la escuela Bernardino Rivadavia, del barrio porteño de Constitución, realizó una concentración en la puerta del establecimiento para denunciar que ocho de las veinte aulas de la escuela están inhabilitadas por problemas edilicios y que el Gobierno, al que aseguran que desde hace casi diez años le comunican los problemas, no se hace cargo de resolverlo.

En pandemia se recortó el presupuesto de infraestructura escolar en vez de reparar los edificios y construir nuevos. El de Constitución no es un  problema aislado. La semana anterior se supo de un herido en el Bernasconi por la caída de un trozo de mampostería. Un padre tuvo que ser hospitalizado de urgencia tras sufrir un fuerte golpe en su cabeza por la caída de una parte de la mampostería en el Instituto Félix Fernando Bernasconi ubicado en Catamarca al 2100. 

“El hombre, padre de la abanderada, debió ser trasladado de urgencia por el SAME a la guardia del Hospital Penna”, se relataba en una carta enviada a la ministra de Educación porteña Soledad Acuña. “Esto evidencia que son muchísimos los casos en lo que no están dadas las condiciones para que se transiten y habiten los edificios escolares de manera segura”, remarcó la Asociación Docente de Enseñanza Media y Superior (Ademys).

Otro caso se registró el viernes 4. Con la lluvia se inundó la ESEA Rogelio Yrurtia. La escuela comenzó a mostrar la fragilidad de su construcción, pese a que es nueva. “Esto es una muestra más de la falta de inversión en nuestras escuelas artísticas y en la educación de la ciudad. Exigimos la urgente reparación de los daños ocasionados y los cambios estructurales necesarios para revertir la grave situación”, denunció UTE en un comunicado.

Santiago Pujol


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