Historias de nuestra comuna | Un tren olvidado al sur

El Vaciadero General de las Basuras

El ramal del Ferrocarril del Oeste conocido como “el trencito de las basuras” fue ejemplo de una obra que comenzaba a caracterizar a Buenos Aires como una ciudad moderna pocos años después de mediados del siglo XIX. Buenos Aires, 8 de setiembre de 2014. Un decreto de la provincia de Buenos Aires de 1865 aprobó la traza del ramal entre la Estación 11 de Setiembre y el Riachuelo de Barracas con el objeto de comunicar directamente la vía férrea con un puerto seguro. El tren, de doce kilómetros de recorrido, transportaba en sus primeros años mercaderías desde y hacia los puertos del Riachuelo. En 1868 una normativa municipal le dio otra utilidad, ya que se hacía necesaria la construcción de obras para el transporte de las basuras de la ciudad.

Considerando la diagramación actual de calles y barrios de Buenos Aires, la traza partía a la altura del cruce de las vías principales del Ferrocarril del Oeste con la calle Gallo y hacía una curva hacia el sur, que se iniciaba en el puente sobre Anchorena, cruzaba la esquina de Mitre y Agüero y se enderezaba en Sánchez de Bustamante/Sánchez de Loria.

Allí se encontraba el Vaciadero General ubicado en la manzana que formaban las calles Rivadavia, Hipólito Yrigoyen, Loria y Esparza, donde los carros del servicio de limpieza depositaban diariamente los desperdicios de toda la ciudad. Desde la estación del Vaciadero se cargaban las basuras en el trencito que seguía su viaje hacia el sur por Loria, Carlos Calvo, la curva de la calle Oruro y la contracurva que terminaba en las esquinas de Dean Funes, Garay y Chiclana en el borde sur de San Cristóbal. Cruzaba Parque Patricios por las calles Dean Funes y Zabaleta y por ésta hasta la avenida Amancio Alcorta, transportando los deshechos a los basurales que se encontraban en los barrosos terrenos de sus costados para incinerarlos al aire libre en la “Quema”, cerca de la cancha de Huracán. En el final del recorrido, se internaba en Barracas hasta encontrar el Riachuelo.

Con los años, la cantidad de basura que generaba la ciudad comenzó a preocupar tanto a sus habitantes como a las autoridades, que con distintas ordenanzas fueron indicando que era necesario trasladar el depósito de basuras desde donde se hallaba a “otro lugar menos concurrido, o cuando menos hacerle el cercado de pared y su vereda, para que desaparezca la poco agradable vista que hoy se presenta y se hace notar a todos los que viajan en las líneas de tranway que recorren esa calle”.

La desactivación del Vaciadero se determinó por una Ordenanza del año 1886, que fue de imposible cumplimiento en ese momento ante la falta de buenos caminos para que las chatas municipales pudieran llegar directamente hasta la Quema. Finalmente se clausuró en 1888, lo que motivó que el trencito entrara en desuso. Además, el crecimiento de la ciudad y de sus barrios por el constante incremento del número de sus habitantes debido a la inmigración, dejaron las vías insertas en zonas cada vez más pobladas, lo que motivó, junto a las razones de higiene y seguridad, que dejara de correr en 1895.

Los terrenos de lo que había sido el Vaciadero General fueron concedidos por la Municipalidad de Buenos Aires al Ejército de Salvación en 1904. Constituían un gran sembradío de alfalfa y forrajeras con plantaciones de sauces y eucaliptos. En él, la institución levantó el hermoso edificio de estilo inglés, que hoy vemos en la esquina de Esparza e Hipólito Yrigoyen.

Norberto Alonso


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