Comunales | Tragedia de Once

Fotógrafos voluntarios colaboran con los pedidos de justicia

No son amigos ni familiares de las víctimas de la tragedia de Once, pero igual se involucraron en el reclamo de justicia. Los "Fotógrafos con causa" ayudan con la cámara en la mano. Buenos Aires, 25 de febrero de 2013. El primer aniversario de la tragedia de Once pone de relieve nuevas historias solidarias. El impacto de las noticias de aquella fatídica jornada, generó diferentes respuestas en muchos, que no fueron alcanzados directamente por los hechos.

Es conocida la historia de los centenares de voluntarios que reprodujeron y colocaron por toda la ciudad, los carteles reclamando información sobre el paradero de Lucas, durante las tensas 48 horas que siguieron al choque de la formación del Sarmiento contra el andén de la estación. Todo ese esfuerzo no lo regresó a la vida. Su cuerpo fue hallado entre los hierros retorcidos del tren, donde las primeras inspecciones no lo habían buscado.

Pero hay más ejemplos. Otro caso fue el Javier Allaria, conocido como Shavi Alli, uno de los aficionados que hoy integran Fotógrafos con causa que, marcha tras marcha y día tras día, acompaña con su cámara a los familiares y amigos de fallecidos y heridos en sus homenajes y conmemoraciones. En cada disparo registra el dolor y la tenacidad de los rostros y los reclamos incansables.

Cuenta que mientras la mayoría de la gente se enteraba de la tragedia de Once por los medios o por los compañeros de trabajo apenas arrancaba el día, él estaba paralizado frente a la televisión. Los datos estaban en ebullición, iban confirmándose y se reafirmaba el horror que escandalizó a las calles de todo el país el 22 de febrero del año pasado. No conocía a ninguna de las víctimas y nunca tomaba esa línea.

De todas formas, “el espíritu de la fotografía” lo lanzó y hoy es parte activa de los pedidos de justicia y otras campañas que encabezan los allegados a la masacre ferroviaria, junto a los demás integrantes de Fotógrafos con causa. .

Este grupo surgió después del accidente que dejó 51 personas muertas y más de 700 heridos en la estación ubicada en Plaza Miserere. Los quince miembros decidieron comprometerse desde la imagen en las campañas en torno al caso.

“Cuando llegué a la primera movilización como cualquier hijo de vecino, me puse a hacer fotos y me di cuenta que a los cinco minutos estaba llorando, esto me pegó de otra manera”, contó Shavi, y no pudo frenar su relato: “Empecé a ver que esa gente estaba muy sola, necesitaban una mano, gente que los apoye y decidí ayudar de otra forma”.

Así fue formándose este círculo de solidaridad desinteresada y anárquica que destina horas a la lucha por cambios radicales en el sistema de transporte público de trenes. “Es un punto de inflexión, donde uno dice `basta` y `hasta aquí llegué`, porque la queja sola no alcanza”, reflexionó.

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