Comunales | El arte de Milo Lokket llegó a Balvanera

Pintó murales en el shopping Abasto

El pintor hizo murales sobre las escalinatas que dan a la calles Agüero y Anchorena. Autoridades del centro comercial Abasto (ex Mercado Proveedor) convocaron al artista plástico chaqueño, Milo Lockett, quien realizó a pedido una serie de murales en las fachadas laterales del centro, de cara a la cortada Carlos Gardel y a Guardia Vieja. Buenos Aires, 17 de febrero de 2015. Los administradores del mayor centro comercial de Buenos Aires saben que, para mantener vigente el atractivo del lugar, es necesario engalanarlo con novedades de vez en cuando. Esta vez se apostó por el arte, de la mano de Milo Lockett.

Como parte de su plan de embellecimiento urbano, Abasto Shopping convocó al artista plástico chaqueño, Milo Lockett, para desplegar todo su arte en las fachadas laterales del centro comercial. Las paredes de los ingresos de Anchorena y Agüero fueron las elegidas para convertirse en los lienzos de Milo, quien les ha dado vida a través de una serie de murales que llenan de color el shopping y, al mismo tiempo, le dan un toque artístico que contribuirá con el paisaje del barrio en general.

La iniciativa se pensó para acercar a visitantes y vecinos el estilo colorido, intenso y personajes alegres característicos de Milo. Los murales se hicieron con pintura sintética, para protegerlos de las variables del tiempo, y cubren una superficie de 400 metros.
Durante las dos semanas que duró el proceso, los vecinos y curiosos pudieron ver cómo Milo y sus colaboradores trabajaban en las pinturas.

Junto a sus seis ayudantes el artista Lockett hizo de las suyas en los ingresos de Anchorena y Agüero del shopping abastense. Los murales se inauguraron el jueves 12 de febrero por la tarde en el marco de una actividad especial, con la presencia de niños que desplegaron sus bondades artísticas, munidos de hojas, lápices de colores, pinceles, temperas y muchas ganas de jugar a ser artistas por un rato.

Mientras los colores se mezclaban y las ideas fluían en las pequeñas mesas llenas de chicos, una banda de músicos amenizó la calurosa tarde porteña, en tanto un grupo bailarines que tenían el cuerpo pintado, deleitaron los pequeños participantes.

Mientras Lockett se paseaba por las mesas y los chicos le traducían sus garabatos, se preparaban vasos con temperas, pinceles, delantales y guantes para que los pequeños rellenen, entre todos, las figuras realizadas por el artista minutos antes en grandes atriles.

Ante ese escenario, Lockett comentó que "el arte tiene algo muy maravilloso que se da en las últimas décadas: a través del arte los padres se conectan más con los niños y con el arte".

“El hecho de estar en la calle te permite, primero, difundir tu obra. Pero también ayudar a que la gente se acerque al arte. Decidí trabajar con el amor y con la diversidad cultural, y traté de ponerle mucho color y darle vida a las escalinatas, que son de piedra”, dijo Lockett sobre este paso por Abasto.

Milo Lockett es un artista plástico chaqueño, autodidacta, que comenzó su carrera luego de trabajar varios años en la industria textil y en 2002 abandonó completamente sus actividades empresariales para dedicarse por entero a la pintura. Desde entonces se ha convertido en un reconocido artista argentino con su toque característico por sus obras de intensos colores.

“Buenos Aires es una Capital donde todavía se puede pintar, los grafiteros pueden trabajar en la calle, algo que ya no pasa en las ciudades donde nació el grafiti. Por eso tenemos muchos artistas callejeros que vienen desde otros países a pintar acá”, dijo Milo al diario Clarín sobre el crecimiento de este tipo de obras que están convirtiendo a la Ciudad en un gran museo a cielo abierto.

“En la zona del Abasto tenemos un público que, muchas veces, por el horario de trabajo y por la falta de tiempo no puede entrar a un museo. Está bueno que el arte esté disponible en las paredes y al alcance visual de todos. Por eso hay que tener mucho cuidado cuando uno pinta en la calle, para no ser agresivo y dejar un mensaje que tenga que ver con lo cotidiano”, reflexiona.

El trabajo de Milo Lockett también se puede ver en la estación Palermo de la línea D, en la Oficina de Violencia Doméstica de la Corte Suprema, en el Hospital Fernández y en muchas paredes del Conurbano bonaerense, especialmente en Villa Ballester, partido de San Martín.


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