Gente de trabajo

Sociedad | Hotel Buenos Aires Una Empresa Nacional

Gente de trabajo

El inminente desalojo de los trabajadores de la Cooperativa que opera el Hotel más conocido por su sigla B.A.U.E.N., la demora en el tratamiento de los proyectos parlamentarios de su expropiación por parte del Estado nacional y los orígenes del hotel en créditos subsidiados por la última dictadura militar, en ocasión del Mundial del 78, hacen del tema un reflejo de la conflictiva historia reciente de los argentinos. Buenos Aires, 6 de octubre de 2014. Hace pocos días circuló nuevamente la noticia. Otra disposición judicial ordenaba el desalojo de los trabajadores que, organizados en cooperativa, explotan desde hace más de una década el hotel de la Avenida Callao. Es la tercera oportunidad que la Justicia lo ordena. La expulsión es para restituir el dominio a una empresa que reclama ser la propietaria legal del inmueble. Por ahora la orden no tiene fecha conocida de ejecución ni establece qué fuerza de seguridad estaría a cargo de cumplimentarla.

Concientes de la visibilización pública que tomó el conflicto en trámite, los voceros de la empresa hicieron pública su voluntad de que los trabajadores continúen en sus puestos de trabajo, ahora en relación de dependencia con ellos, y su disposición a realizar las inversiones que modernicen el hotel, para adecuarlo a las exigencias actuales del turismo.

La historia que sostiene el reclamo de los trabajadores comienza no casualmente en el año 1978: el Hotel Bauen fue construído para ampliar la infraestructura de servicios del Mundial del mismo año, por iniciativa del gobierno militar. Así, El hotel fue construído con fondos públicos del Estado y con un préstamo del ex Banco Nacional de Desarrollo, indican los voceros de la Cooperativa. Un crédito del estado que no fue saldado todavía. El beneficiario del mismo fue Marcelo Iurcovich, a quien la confianza del Estado militar lo hace, al menos, sospechoso, vistos los negocios turbios o directamente ilegales que fueron furor durante la dura represión de los 70.

En la década del 90, sus cinco estrellas, sus 250 habitaciones, los 20 pisos, las salas de convenciones, la discoteca, el teatro, la piscina y el solárium habían perdido su novedad ochentosa, y el hotel entró en decadencia. Consumada la crisis, en 1997 el Grupo Solari intentó hacerse cargo del hotel y de una deuda inmobiliaria de 12 millones de pesos. Pero tres años más tarde, considerando inviable el proyecto, y habiendo pagado tan sólo 4 de los 12, pidió una convocatoria de acreedores.

El hotel fue cerrado el 28 de diciembre de 2001, en plena crisis, en ese momento vuelto a manos de Iurcovich, quien consiguió el aval del juez para saldar las deudas a cambio de hacerse cargo del inmueble. Mientras, setenta de los trabajadores despedidos enseguida se contactaron con el Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas y formaron una cooperativa.

A mediados de 2003 forzaron un convenio con el Gobierno de la Ciudad y el propio Iurcovich para explotar comercialmente los salones del hotel, a cambio de ceder el uso del teatro a la Ciudad. Antes y después, la familia Iurcovich calificaría a los trabajadores de ocupantes ilegítimos.

En 2005 Marcelo Iurcovich anunciaría la venta del inmueble a Mercoteles S.A., la empresa que ahora lo reclama por vía judicial. Hoy se sabe que en el directorio de esta empresa está el propio Hugo Iurcovich, hijo de Marcelo. Lo que demuestra que el hotel estuvo fraudulentamente siempre en las mismas manos, dicen los trabajadores de la Cooperativa.

Los proyectos en debate

Ante la novedad judicial, Federico Tonarelli, vicepresidente de la Cooperativa Buenos Aires Una Empresa Nacional (B.A.U.E.N.) explicó días atrás: "Vamos a seguir trabajando como lo hicimos siempre. Queremos que se trate de manera urgente alguno de los cuatro proyectos de ley que están presentados y que, incluso, tienen estado parlamentario, que plantean la expropiación del inmueble y la declaración de interés público del hotel". Hizo precisiones. Son cuatro proyectos, de distintos diputados y cada uno de ellos siempre lo acompaña con cinco o diez firmantes. Entonces, hay al menos cincuenta diputados que están de acuerdo con una salida política al conflicto", respondió Tonarelli.

El último de los proyectos presentados, en julio de este año, fue el Héctor Recalde, del Frente para la Victoria. En los fundamentos de su iniciativa Recalde sostuvo que en 2003 un grupo de los trabajadores del hotel decidió recuperar la empresa y formaron la Cooperativa de Trabajo Buenos Aires, que les permitió recuperar sus fuentes de trabajo y transformar al edificio en un importante emprendimiento.

El diputado y presidente de la comisión de Legislación del Trabajo de la Cámara baja sostuvo que la experiencia de la Cooperativa B.A.U.E.N "constituye un emprendimiento autosustentable, con proyección auspiciosa, de gran valor social y cultural". Según consideró Recalde "la recuperación de las fuentes de trabajo por parte de los trabajadores requiere de una legislación que acompañe este proyecto legítimo de la economía cooperativa y solidaria".

Por otra parte, el diputado del FPV puso de relieve que "es innegable que existe una cuenta pendiente referida a investigar los lazos entre la familia Iurcovich y la última dictadura cívico-militar", en referencia a la construcción del edificio a partir de un crédito otorgado por el ex Banco Nacional de Desarrollo (BANADE). Finalmente, Recalde destacó la necesidad de "indagar el vínculo existente entre esta familia, la deuda no saldada al día de hoy con el ex BANADE y la empresa actual que realiza el reclamo por su titularidad".

Santiago Pujol

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