Porteñas | Código Urbanístico

Los barrios luchan por sobrevivir

El debate entre los candidatos a suceder a Larreta mostró una coincidencia. Todos acordaron en modificar el Código Urbanístico, por distintas razones. Entre tanto, crece la participación vecinal en movilizaciones reclamando la derogación de la reforma realizada en 2018, que habilitó la destrucción de muchos barrios de casas bajas. También nuestra Comuna se moviliza.
Buenos Aires, 10 de octubre de 2023. El primer viernes de octubre fue el elegido por la Red Interbarrial Buenos Aires, que nuclea a vecinos y vecinas de barrios porteños, para realizar “semaforazos” en cuatro esquinas de la ciudad. Fue “para reclamar nuestro derecho a vivir en una ciudad accesible para todos”, señalaron desde la Red Interbarrial, un colectivo vecinal que fue creado recientemente por vecinos de diferentes barrios afectados. Demandaron al gobierno local la “suspensión inmediata de los permisos de obra en el marco del Código Urbanístico actual y de las demoliciones de construcciones de valor patrimonial”.

El “semaforazo simultáneo” se hizo en la intersección de las avenidas Cabildo y Crisólogo Larralde, en Cuenca y Nogoyá, en el cruce de Álvarez Thomas, Elcano y Forest y en Córdoba y Scalabrini Ortiz. Un mes atrás, estos vecinos se habían movilizado a la Legislatura porteña exigiendo al gobierno y al bloque oficialista en la Legislatura la declaración de la “Emergencia Urbanística Ambiental”, provocada por la especulación inmobiliaria. 

La demanda fue expresada por la Red Interbarrial Buenos Aires, que denuncia “las consecuencias negativas de la aplicación del nuevo Código Urbanístico en la Ciudad de Buenos Aires”. Esta norma fue sancionada por la Legislatura en 2018 con el propósito de ampliar los topes de altura de los futuros edificios en toda la Ciudad, sin distinciones de zonas, lo que ocasionó la aparición de construcciones en altura en barrios que tenían casas bajas. El nuevo Código incrementó la capacidad constructiva entre un 300% a un 700% en toda la Ciudad.

Durante la movilización, los referentes barriales leyeron un documento, que planteó la declaración de la “Emergencia Urbanística y Ambiental”, y exigió “la suspensión inmediata del otorgamiento de permisos de demolición, de obra nueva que superen los nueve metros de altura o invadan el pulmón de manzana y de certificados urbanísticos”. “La situación actual requiere de medidas extraordinarias, urgentes y transitorias, que impidan que la nueva normativa llegue tarde, resultado absolutamente ineficaz”, indicaron en relación a la decena de proyectos elaborados por los colectivos barriales y elevados ante el Parlamento tendientes a cambiar el Código vigente. Destacaron que “nuestros barrios pierden su memoria y su identidad mientras las obras destruyen casas y árboles y el espacio se lotea al mejor postor” y “los servicios básicos se convierten en escasos e insuficientes”. 

Bárbara Rossen, arquitecta y candidata a vicejefa de Gobierno por UxP, aseguró que el movimiento vecinal pidió “que se respete la calidad ambiental, rechazando el Código Urbanístico vigente, que es el que genera este modelo de especulación inmobiliaria que hace que cada día sea más difícil vivir en la Ciudad”. “Hay que construir una Ciudad en función de las necesidades y de manera participativa y esta movilización plantea, claramente, que los vecinos no se sienten parte, no fueron consultados y que la Legislatura tiene la obligación, como casa de la democracia, de ser el lugar donde las políticas se construyan por consenso”, señaló.

Pero no satisfecho con las disposiciones del nuevo Código Urbanístico Larreta promovió además en mayo una ley que exime del pago del 80% del impuesto a la plusvalía urbana a los desarrollos inmobiliarios destinados a vivienda en las Comunas 3, 4, 5, 7, 8, 9 y 10, sin ninguna contraprestación a cambio. Un despropósito en barrios como los nuestros, afectados por la carencia de espacios verdes y que, además, se caracterizan por ser los más densamente poblados de todo el país, según estableció el último censo. 

La campaña y el Código

El tema se coló en la campaña. En parte, porque también es una demanda de muchos votantes de JxC, que no quieren ver sus propiedades arruinadas por la proliferación de nuevas torres en las inmediaciones. Para los votantes del peronismo y la izquierda, en tanto, la prioridad es el acceso a la vivienda, con alquileres por las nubes y más de 200 mil departamentos desocupados. Por último, tampoco los libertarios quieren el Código, pero por motivos opuestos: rechazan toda reglamentación, aun las que promueven el negociado inmobiliario. 

“Uno de los defectos que tiene el Código Urbano actual es que tiene una mirada muy generalista, desde mi punto de vista. Una de las cosas buenas que dejó el debate es que hubo una coincidencia en los cuatro candidatos de la necesidad de revisarlo y de que hay alguna esperanza de que nos podamos poner de acuerdo en algunas líneas rectoras. Hay que corregir el Código Urbano”, destacó Jorge Macri durante una charla el jueves 5 de octubre en la Sociedad Central de Arquitectos.

La Comisión Espacio Público y Ambiente del Consejo Consultivo de la Comuna 3 abordó el tema el pasado 2 de agosto. En el encuentro, se informó sobre la aprobación de la participación de la Comisión de Espacio Público y Ambiente del CCC3 en la Interbarrial Buenos Aires. También se presentó el “Compromiso Urbano Ambiental para la Ciudad de Buenos Aires”, destinado a obtener la firma de todos los candidatos a jefe de gobierno de la CABA. En dicha nota, se solicitó la exclusión de los barrios de Balvanera y San Cristóbal de la Ley 1125 D, además de otorgar una exención impositiva del 80% a las empresas constructoras en esta zona. 

                                                                                                        Norberto Alonso


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