Porteñas | Orígenes de los vecindarios

"Buenos Aires tiene barrio"

Con ese título, que alude a la idiocincracia porteña, un libro de reciente aparición reúne los orígenes de los diferentes barrios porteños y sus historias, entre ellos, los nuestros asociados en los orígenes de su desarrollo a la implantación del ferrocarril y al arribo de las sucesivas oleadas inmigratorias, del interior y el exterior. Las marcas que dejó cada etapa de su desarrollo en el entremado urbano.
Buenos Aires. 5 de julio de 2022. En el libro "Buenos Aires tiene barrio", Víctor Coviello y Leonel Contreras sondean en los orígenes y transformaciones de la ciudad, especialmente a partir de la llegada de los inmigrantes, y en el clima de época de cada momento, como la pena de muerte que pesó sobre algunos femicidas en el siglo XIX y leyendas urbanas en el límite entre lo real e imaginario.

Información y sensibilidad se complementan en esta obra, que "derriba el mito de la existencia de los cien barrios, reduciéndolos con valor de verdad a 48, e invita a imaginar a través de la lectura una plaza de toros para 10 mil personas en la zona de Retiro, en 1800; o la primera villa miseria en predios de la actual Villa 31, los conventillos, prostíbulos y las mansiones que llegaron a poblar la ciudad que creció de manera espontánea y sin mayor planificación a partir de 1573", como cuenta Contreras, historiador, autor además de "La leyenda del petiso orejudo", personaje también vinculado a nuestros barrios.

La imaginación desbordante de los habitantes de esta ciudad y cierta tendencia a la exageración probablemente colaboraron para que se establezca la idea de que Buenos Aires tiene 100 barrios o para que se forjen leyendas de aparecidos y de asesinos seriales que se recuperan en estas páginas. Pero el poco conocimiento de la ciudad que tienen los habitantes que la transitan diariamente también entra en juego y eso es lo que llevó a los autores a escribir este libro.

"Hace más de 20 años que me dedico a la historia de la ciudad y veo que el desconocimiento del vecino en general sobre el tema es muy grande. Un porteño que se precie de tal no debería dejar de saber el origen del nombre de los barrios, especialmente del barrio en el que vive", afirma Contreras, experto en la ciudad fundada en 1580 por Juan de Garay, una de las más pobladas del planeta, con tres millones de habitantes que rozan los 15 millones si se toma en cuenta el área metropolitana.

Si de momentos difíciles se trata, "el más crítico en su historia ciudad fue la epidemia de fiebre amarilla de 1871. Murieron 13 mil de sus 200 mil habitantes, aunque en realidad fueron 13 mil de 70 mil, que fue la cifra de personas que se quedó en Buenos Aires a pesar de todo. Después de la epidemia, la ciudad sufrió una transformación única y total que entre otras cosas incluyó la construcción de la red de cloacas y desagües", indica Contreras.

El primer arrabal fue el del Alto de San Pedro, luego se convirtió en el barrio de San Telmo, luego aparecieron otros más alejados del centro como Barracas, La Boca o Recoleta y con la llegada del ferrocarril y el tranvía surgieron barrios como Balvanera, Parque Patricios y San Cristóbal, señalan los autores en el libro que registra a Puerto Madero como el distrito más joven.

"Muchos barrios surgieron del loteo de quintas importantes que terminaban siendo grandes proyectos inmobiliarios. La ciudad crecía a un ritmo imparable a fines del siglo XIX y comienzos del XX y se hacía necesario lotear para abrir calles y dar respuesta habitacional a la gran masa de inmigrantes que llegaba permanentemente de Europa. La última quinta importante fue la que dio origen a Parque Chas a fines de la década de 1920 y el trazado que se eligió es hoy uno de los más particulares de la ciudad", explica Contreras y agrega que "las propagandas de los loteos decían que pronto a ese lugar desconocido iba a llegar una línea de tranvías".

En las transformaciones que fue experimentando la ciudad, la zona que más modificaciones tuvo fue posiblemente Constitución, "un barrio no muy grande que sufrió mutilaciones más que importantes con la apertura de las autopistas 25 de Mayo, Frondizi y la avenida 9 de Julio. Prácticamente fue dividido en cuatro y perdió buena parte de la identidad original, como la vida comercial que tenía la calle Lima", precisó el investigador.


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