Sociedad | Jóvenes por el Clima

Argentina dió presente

La huelga solitaria que inició el año pasado en su país Greta Thunberg interpeló a miles de jóvenes en todo el planeta. También entre nosotros, chicas y chicos que recién salen de la secundaria se toman muy en serio el futuro que les estamos legando y demandan respuestas inmediatas de los responsables políticos. El viernes pasado Congreso fue escenario de otra movilización. Esta vez como parte de una movida mundial, la que inició Greta con sus Viernes por el Futuro. Un tema que no está en la agenda de la política todavía pero que va a pujar por instalarse en el centro de las decisiones cada vez con más fuerza.
Buenos Aires, 1 de octubre de 2019. El portal Cosecha Roja realizó un reportaje a los jóvenes iniciadores del movimiento en Buenos Aires, entre ellos Bruno Rodríguez, uno de los cuatro elegidos para hablar en la apertura de la Cumbre Mundial por el Clima que convocó Naciones Unidas la semana pasada, junto a Greta.

Bruno Rodríguez oyó hablar por primera vez de Greta Thunberg hace siete meses, por un tuit del director de Amnistía Internacional, publicó el diario La Nación. Y seguía "En cuestión de minutos se zambulló en el tema del Cambio Climático, se descargó el informe del Panel Intergubernamental para el Cambio Climático (IPCC) de la ONU y entendió a qué se refería Greta cuando le exigía a su gobierno que cumpliera con las metas del Acuerdo de París. Leyó el informe completo y entendió que esta también era una lucha política. No partidaria, pero política al fin. Que tenía que ver con los derecho humanos. Y que le tocaba a su generación hacer algo. Fue en febrero de este año, cuando comenzaron las primeras marchas mundiales. Y desde ese momento no dejó de trabajar un solo día para pensar qué puede hacer desde su lugar para producir un cambio."

La breve biografía de Bruno señala que tiene 19 años y está cursando el CBC para Ciencias Políticas y Derecho. Creció en La Paternal e hizo la secundaria en la ORT de Yatay, en Almagro, y desde hace un año y medio comenzó a participar de los encuentros para jóvenes que se realizan todos los sábados en Amnistía Internacional. También tomó estado público que su padre es ingeniero en sistemas y trabaja para una empresa del grupo Techint y su madre trabaja como administrativa en Telefónica. Antes de viajar, Amnistía le entregó a él y al grupo que lidera el premio Embajador de Conciencia, el mismo que en Estados Unidos le entregaron a Greta y en otros países a los representantes locales de ese movimiento. Es el mismo premio que recibieron años atrás Bono, de U2, Nelson Mandela y Malala Yousafzai, entre otros.

El grupo de jóvenes argentinos movilizados por este tema incluye personas que tienen entre 15 y 25 años. Además,creen en el activismo y la política como herramienta de transformación. Y entienden que la defensa del medioambiente es un tema de derechos humanos, justicia social y soberanía de los recursos naturales. "Proponen un "ecologismo latinoamericanista y popular". Descreen de los "enfoques liberales" que proponen acciones y soluciones individuales. Creen que es urgente salir a las calles para exigirle a lxs líderes mundiales que rompan las relaciones con las grandes corporaciones y adopten una agenda para combatir la crisis climática y ecológica.", caracteriza Cosecha Roja.

"La imagen de Greta Thunberg manifestándose frente al parlamento sueco y encabezando una huelga escolar contra la crisis climática fue el click que hizo a miles de jóvenes organizarse en todo el planeta. "Cuando comenzaron las movilizaciones estudiantiles en Estados Unidos y Europa nos dimos cuenta de que debíamos replicar ese movimiento en Argentina y decidimos juntarnos", cuenta a Cosecha Roja Bruno Rodríguez, de 19 años.

Bruno inicio su activismo participando de los espacios de jóvenes de Amnistía Internacional Argentina, que trabajaban fundamentalmente con temas de salud sexual y reproductiva. "Comenzamos a incorporar a jóvenes en las planificaciones y campañas porque creemos que hay que abandonar la idea adultocéntrica y son ellxs quienes tienen que hablarle a otros jóvenes", explicó a Cosecha Roja Paola García Rey, directora adjunta de Amnistía Internacional Argentina.

En uno de esos encuentros, Bruno descubrió a Greta. "Le interesó conocer más sobre la agenda de cambio climático, fue liderando su propio camino", explicó García Rey. Bruno se reunió con chicos y chicas con los mismos intereses y así nació Jóvenes por el Clima, que junto a otras organizaciones como Friday For Future, EcoHouse formaron la Alianza por el Clima que este viernes 27 de septiembre encabezaron en Buenos Aires la 3a movilización mundial por la crisis climática. 

Bruno fue uno de los 100 activistas invitados por las Naciones Unidas para participar de la Cumbre de Acción Climática de la Juventud en Nueva York. Además, fue uno de los cuatro elegidos para hablar durante la apertura de la cumbre. "Vengo de un país latinoamericano, y para nosotros, el concepto de justicia climática es materia de derechos humanos, justicia social y soberanía sobre nuestros recursos naturales", dijo sentado junto a Greta en la sede de la ONU en Nueva York.

En su discurso Bruno incluye conceptos como la soberanía de los recursos naturales, la justicia social, la defensa de los territorios de los pueblos originarios y la salud pública, discute el modelo extractivista y propone romper la alianza de los gobiernos con las corporaciones.

Otra de las protagonistas es Mercedes Pombo. Tiene 19 años y estudia filosofía en la UBA. Su inquietud por el activismo ambiental no es "algo aislado". "Me interesa la militancia y la política como herramientas de transformación", dice a Cosecha Roja. Mercedes considera que la defensa de los recursos naturales está relegada en la agenda de la militancia tradicional y que esa "banalización de lo ambiental" beneficia a los lobbys hegemónicos. La joven, también integrante de Jóvenes por el Clima, cree que es necesaria una acción urgente de los y las jóvenes. "Somos nosotros y nosotras quienes vamos a padecer las peores consecuencias. Cuando se materialicen estas consecuencias no va a haber accionar posible", dice.

"Tenemos que entender que cuando hablamos de ecologismo estamos hablando de derechos humanos", dice Nicole Becker, 18 años, vegetariana, activista. "El cambio tiene que ser estructural, ya es tarde para las acciones individuales", propone. Nicole abandonó la carrera de psicología para estudiar abogacía. Sueña con trabajar en organismos internacionales para luchar desde ahí contra el cambio climático.


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