Sociedad | Respuestas a la pandemia

La salida del túnel

La peste que detuvo el planeta y hundió la economía global empieza a encontrar respuestas. La emergencia de una enfermedad desconocida, sin tratamiento probado ni vacuna preventiva, sumergió a todo el mundo en una búsqueda desenfrenada de soluciones. Trascurridos más de nueve meses desde que se reportaron los primeros casos, empieza a haber certezas. También entre nosotros.
Buenos Aires, 6 de octubre de 2020. El lado bueno de todo lo padecido fue poner en evidencia las fortalezas nacionales en investigación científica y en producción de insumos para la atención de la salud. La calidad profesional y humana de nuestros trabajadores de la salud se descontaba, no que tuviésemos capacidad de autoabastecernos de casi todo lo requerido en la emergencia. Y con desarrollos propios en algunos casos. 

Con ampliación de la escala de elaboración, reconversión de actividades existentes o inicio de nuevas, en seis meses el país logró fabricar 67 productos considerados esenciales por nuestras autoridades sanitarias. Y esa producción local satisface el 90 % de la demanda. 

Esto se logró con una fuerte articulación público - privada y la movilización de muchos recursos del Estado. Además mostró una fuerte impronta federal y la significación estratégica de las nuevas universidades creadas, muchas en el conurbano, con una decidida vocación de potenciar los desarrollos productivos sobre la base de la investigación y la creación de tecnologías propias.

Esto ha permitido que en poco tiempo, diferentes tratamientos del coronavirus estén ya superando las primeras pruebas clínicas y abriendo la expectativa de evitar los cuadros graves, reducir la mortalidad y descomprimir la presión sobre las Unidades de Cuidados Intensivos y sus trabajadores, un recurso muy escaso en todo el mundo.

El primer tratamiento que se ha intentado es la transfusión de plasma de pacientes recuperados. La iniciativa aprovechaba experiencias previas y se ha probado con bastante éxito en la provincia de Buenos Aires, pionera en publicar un trabajo científico con sus resultados, alentadores en las etapas moderadas de la enfermedad. Pero investigaciones posteriores desarrolladas por un equipo del Hospital Italiano de Buenos Aires, junto a otros once centros de salud de cinco provincias, alertó que no es eficaz en los cuadros de neumonías graves provocadas por el coronavirus, las más preocupantes.

Un investigador cordobés dio el primer paso para el desarrollo del segundo tratamiento, enfocado en pacientes graves. El doctor en bioquímica e investigador del Conicet Dante Beltramo desarrolló hace siete años una modificación del ibuprofeno, para hacerlo soluble en agua y poder administrarlo en nebulizaciones, con el objetivo de tratar a pacientes con fibrosis quística, una enfermedad genética con altas tasas de mortalidad que afecta a niños y adolescentes. Ante el surgimiento del COVID, Beltramo empezó a investigar si era posible aplicar la molécula para esta nueva enfermedad en tratamientos compasivos, que alivian los peores síntomas de la misma. 

La experiencia fue luego replicada en una clínica de Munro y ahora también en Salta. Allí y en Córdoba las autoridades sanitarias locales lo han autorizado como tratamiento compasivo y las nacionales indican que existe creciente evidencia de que resulta útil en pacientes con síntomas respiratorios severos. ¿En qué consiste?  Se aplica en el paciente con una especie de casco-campana, dos veces por día, con una medida de 50 mg. de solución de ibuprofeno. Con esto se busca evitar que las personas infectadas con covid-19 necesiten respirador. 

En la última semana de setiembre se informó oficialmente que un estudio clínico realizado por un equipo liderado por un investigador del Instituto de Investigaciones de Enfermedades Tropicales de Orán, Salta e integrado por profesionales del Centro de Investigación Veterinaria de Tandil, la Plataforma de Servicios Biotecnológicos de la Universidad de Quilmes y el Laboratorio de Virología del Hospital Garrahan, comprobó la acción antiviral de la ivermectina en pacientes COVID.

El estudio que evalúa el efecto de ivermectina sobre la replicación del virus arrojó que produce la eliminación más rápida y profunda del patógeno cuando se inicia el tratamiento en etapas tempranas de la infección (hasta 5 días desde el inicio de síntomas). La ventaja de este medicamento de uso veterinario es que es relativamente barato, al contrario del remdesivir que le administraron a Trump, del que cada dosis vale 2300 dólares. Sin embargo, aún debe atravesar nuevas pruebas para ajustar su usar en tratamientos, aunque las autoridades sanitarias salteñas se adelantaron a autorizar su uso como tratamiento preventivo en el personal de salud.

Finalmente, empezaron a evaluarse los primeros resultados del cuarto tratamiento en desarrollo, el del suero equino hiperinmune, del que hablamos en el número pasado de esta revista. Esta vez un laboratorio de Entre Ríos es el encargado de analizar los resultados clínicos obtenidos del primer tercio de pacientes que participaron del tratamiento experimental. El Centro de Investigación Biofarmacéutica Domínguez Lab ya comenzó a comprobar si los resultados del primer potencial tratamiento argentino contra el COVID-19 son los esperados. En esta etapa se busca demostrar la seguridad y eficacia del suero hiperinmune en términos de mejoría clínica del paciente, es decir, la recuperación pronta para poder ser externado y que no sea necesaria la asistencia respiratoria mecánica o el traslado a una unidad de cuidado intensivo. A diferencia del plasma humano, no requiere de donantes y puede escalarse su producción. 

El dato común de estos tratamientos surgidos en poco tiempo es que son producto de investigadores argentinos y que permiten ver el final del túnel.

Lic. Gerardo Codina 




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