Comunales | Centro Gallego

Trabajadores en el límite

Ante el ofrecimiento de cobrar sólo $500, una trabajadora amenazó con quitarse la vida desde lo alto del edificio. Llevan 18 meses sin recibir su sueldo regularmente y con pagos semanales de 1000, 500 o $200 que no les alcanza ni para cargar la Sube. La crisis del Centro Gallego de Buenos Aires sigue sin resolverse y quienes más la padecen son los trabajadores.
Buenos Aires, 23 de abril de 2019. Desesperada y ya sin esperanzas, una trabajadora del Centro Gallego de Buenos Aires amenazó con quitarse la vida desde lo alto del edificio. Fue el miércoles pasado, después de que le ofertasen cobrar sólo $500 para afrontar la Semana Santa. Y otra enfermera la acompañó en su decisión. Sucede que el personal de la institución lleva 18 meses sin recibir su sueldo regularmente y con pagos semanales de 1000, 500 o $200 que alcanzan para poco y nada. O en la calle o sometidos a régimen de hambre, la disyuntiva que los amenaza sume en la desesperación a muchos de ellos que enferman o entran en crisis. En esta oportunidad, intervino la Policía de la Ciudad, mientras otros trabajadores convencieron a las mujeres, una de las cuales tuvo una crisis nerviosa y luego fue hospitalizada.
 
La actual situación de crisis del centro Gallego de Buenos Aires se reflejó en el tiempo en permanentes movilizaciones, ollas populares y denuncias de los trabajadores a los distintos organismos públicos, como el Ministerio de Trabajo y Desarrollo Social, el Juzgado N° 54, la Legislatura Porteña y el INAES.

Este último fue el responsable de nombrar al interventor, Martín Moyano Obarro, que tenía la tarea de sanear financieramente y activar el hospital, con capacidad para más de 350 camas, 6 quirófanos, 60 consultorios, lavadero, laboratorio, cocina propia, un teatro histórico como el Castelao y una biblioteca con más de 20.000 volúmenes.

Pero lejos de estar siendo "saneado", el Centro Gallego está siendo destruido por los funcionarios nombrados. De los 5 pisos que funcionaban solo quedan la guardia y 3 pacientes en el quinto piso. Fueron cerrados contratos con más de 43 obras sociales y a los 4000 socios que quedan aún no se les garantiza la atención por falta de médicos, de insumos y de medicamentos.

Por otra parte en cuanto a los trabajadores, se despidió, se persiguió y se estafó a cientos de ellos con retiros voluntarios que fueron acordados en el Ministerio de Trabajo y el sindicato ATSA. Nunca cumplieron con el pago de los mismos. A los que resisten les deben 18 meses de sueldo, solo les dan cifras de $1000, de $500 o de $200 que no les alcanza ni para cargar la Sube.

Recientemente 4 delegadas fueron despedidas y reincorporadas por la lucha de los compañeros y el apoyo de trabajadores de salud de otros hospitales. Yolanda Guitian, secretaria gremial de un nuevo sindicato de la salud que trabaja hace 25 años como enfermera en el Hospital, contaba al respecto: "En esta situación límite se llega al extremo el 17/04 de este año que dos compañeras estuvieron al borde del suicidio, por está grave situación estamos reclamando la renuncia de los funcionarios que no cumplieron con su tarea de sanear el hospital y por el daño que les están haciendo a socios, a pacientes y a los trabajadores y le decimos al gobierno al juez que tiene la causa, a los funcionarios políticos y sindicales que esta agonía lenta no es el futuro que queremos los trabajadores, que solo hace falta una decisión política del gobierno para que el hospital se reactive en esta ciudad que es la que mayor impuestos recauda, es necesario una solución urgente para defender los puestos de trabajo, de cientos de familias, para que no siga este genocidio social".


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