Sociedad | Feria del Libro Independiente y Alternativo en el IMPA

Celebrando los 10 años

Fue una fiesta en la que se congregaron colectivos editoriales diversos, como Milena Caserola, Derrames Editoras, Tierra del sur, Tinta Limón, De la placita, Sudestada y Eloísa Cartonera, entre muchos otros sellos autogestionados. Con entrada libre y gratuita, la Feria del Libro Independiente y Alternativo (FLIA) cumplió 10 años y lo festejó el fin de semana en la fábrica recuperada IMPA. Buenos Aires, 17 de octubre de 2016. Los organizadores convocaban en las redes sociales “En esta ocasión volvemos a uno de los lugares que han marcado la historia de la FLIA, que a su vez dejó en él una huella imborrable ¡Volvemos a IMPA! Hoy por hoy en IMPA suceden y pasan muchas cosas de la mano de grupos diversos: desde un bachillerato y una universidad popular, radio, televisión, teatro, un centro cultural, el museo, y por supuesto lxs trabajadorxs que desde hace muchos años autogestionan su trabajo y nuclean el MNER (Movimiento Nacional de Empresas Recuperadas).”

Adelantaban detalles de lo que sería el evento de este fin de semana. “La feria –decían-- se realizará al aire libre cortando la calle, mientras en los distintos espacios del edificio funcionarán actividades como talleres, proyecciones, muestras de arte, charlas y obras teatrales.” Y convocaban a “toda la familia fliera y afines a complotar activamente en la construcción y armado de esta fiesta de la resistencia. Si quieren dar una charla o un taller, tocar música o leer poesía, exponer o proyectar su arte, pueden acercarse a las asambleas abiertas que estamos llevando a cabo en el Espacio "El Cid" los miércoles a las 19hs.”

Con ese espíritu, confluyeron colectivos editoriales diversos, como Milena Caserola, Derrames Editoras, Tierra del sur, Capuchas Ediciones, Tinta Limón, Hekht, SudaKuir, El Asunto, De la placita, Sudestada, Eloísa Cartonera, La Cebra, Las Desenladrilladores, Tren en movimiento, Nulú Bonsai, Soquete Terrorista, La mariposa y la iguana, Elemento Disruptivo, El Encuentro Editorial, Merodeo Ediciones, Proletario Ediciones, Oasis cuentos para niñxs, Michaux Editorial, El Rucu Editor, Alcohol y fotocopias, Puntos Suspensivos y Editorial Artexto.

Difusión Alterna presentó música en vivo –Los días de la primavera, Gabi Balcarce, La Comunacha, Camiones en la casa y Sudor Marika– con talleres de publicación, proyecciones de documentales, muestras de arte y una charla a cargo de Fernando Bogado y Florencia del Castillo, por mencionar un puñado de actividades que se realizaron en distintos espacios de la fábrica.

Matías Reck, agitador cultural y editor de Milena Caserola, traza un panorama de la realidad política y editorial a diez años de la creación de la FLIA. “Hacer esta feria en IMPA en este momento es muy importante por la desocupación que vuelve a crecer. La FLIA no tiene su origen en el 2001, pero sí reconocemos el espíritu de autoorganización que se dio en las asambleas barriales y en las fábricas recuperadas en esos años de crisis económica. Hoy el contexto no es el mismo, pero empiezan a aparecer algunos signos parecidos. En cuanto a lo editorial y lo literario, el contexto es bien diferente al 2001 porque en estos últimos años se han creado innumerables editoriales independientes que han ampliado un montón la capacidad de publicar textos y de hacer circular libros; también han surgido librerías nuevas y un montón de ferias que fortalecen a la FLIA, que fue casi la pionera en esto de hacer ferias alternativas por todo el país”.

La marca en el orillo de la FLIA es, como comenta Reck, que cada editorial puede ser el propio escritor que se autoedita, como sucede con Guillermo De Postfáy, Diego Arbit, Pablo Strucchi, Ezequiel Abalos, Anahí Ferreyra y Dafne Mociulsky, entre muchos otros. “No hay que pensar la FLIA como un espacio de editoriales tradicionales, sino como un lugar en que lo alternativo y la diversidad se vienen cruzando todo el tiempo en estos diez años –advierte el editor de Milena Caserola–. A pesar de que se llama Feria del Libro Independiente no se arma un fetiche del libro como objeto sagrado, sino que se puede mezclar con otras producciones como discos, remeras, revistas, fanzines o la producción de comida, de alimentos saludables. El libro no es sólo un bien comercial que simplemente se compra o se vende y el dinero te permite tener acceso. Hay una potencia de lo que es el libro como espacio alternativo para pensar la cultura”.

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