Editorial | Presupuesto porteño

Suben los gastos

De $13.083 millones a $32.705 millones en cuatro años. 150% más. Todo un record. El presupuesto del gobierno porteño aumentó una vez y media entre 2007, cuando asumió Mauricio Macri su primer mandato y 2012, cuando el líder de PRO avanza a su segunda gestión. El promedio es un alza del 37,5% anual. Buenos Aires, 12 de diciembre de 2011.El presupuesto 2012 aprobado por la Legislatura es también histórico medido en dólares. Más de siete mil seiscientos millones ¿De dónde sale tanta plata? Si bien en el mismo período, dicen en el Ministerio de Hacienda local que la inflación -según mediciones privadas que no se informan- fue del 106%, también recordaron que los cálculos presupuestarios se indexan por la variable de crecimiento.

Es notable que esas previsiones inflacionarias de consultores privados se esgriman como argumentos a la hora de explicar los brutales incrementos de recursos pero no se incluyan en los fundamentos del proyecto de ley. Al contrario. En los fundamentos del proyecto de presupuesto 2012 se expresa que la inflación prevista para el año próximo es del 9,2% anual, en línea con las estimaciones del gobierno nacional.

El nuevo cálculo de gastos y recursos del gobierno local incluye un fuerte incremento en las alícuotas del ABL, estimado en un valor promedio del 66 por ciento. Pero además la administración porteña recauda más por Ingresos Brutos e impuestos a las transacciones inmobiliarias, sin olvidar la caja diaria que realiza con los peajes de las autopistas urbanas, que también sufrieron fuertes incrementos.

Hablando de viento de cola, todo ese flujo de dinero extra que beneficia al fisco porteño refleja la recuperación económica nacional, en la que poco tiene que ver la gestión macrista. Además que, dicho sea de paso, aún cuando el producto que genera la ciudad es el 23,7% del total nacional, somos uno de los distritos argentinos que menos exportaciones genera. Tan solo el 0,7 por ciento de las exportaciones totales del país.

La etapa que se inicia traerá otras novedades. Una de ellas, la finalización de la política de subsidios generalizados a los servicios públicos consumidos en el área metropolitana. Gran parte de la población de la ciudad no precisa de ese esfuerzo del estado nacional y se han creado mecanismos que permiten individualizar a quienes sí lo requieren, como es el caso dela tarjeta SUBE, generalizada para el trasporte público de pasajeros.

El gobierno porteño cayó en la volteada. Tampoco recibirá más subsidios por su consumo de electricidad para el alumbrado público y de sus dependencias administrativas. Con los recursos que maneja, no puede alegar necesidades. Queda por verse cómo y cuándo se efectivizará la transferencia del control operativo de los subterráneos. La Nación pretende avanzar rápidamente hacia un nuevo esquema, considerando una más justa distribución del esfuerzo entre todas las regiones argentinas.

El obstáculo principal vuelve a ser el dinero. La ciudad acepta hacerse cargo, siempre y cuando el gobierno nacional continúe poniendo los recursos para subsidiar las tarifas del servicio por varios años más. El mismo debate se dio antes con el pretendido traspaso dela Policía. En ese punto, el gobierno de Macri pretende que las provincias financien los servicios que sólo usamos los porteños. Posición que difícilmente genere mucho entusiasmo, fuera de algunos círculos que viven de espaldas al país.

Más tarde o más temprano la lógica indica que el gobierno porteño deberá afrontar la gestión de los subtes, como lo hace con las autopistas. Y asumir los costos de sostener o anular los subsidios que financian ese trasporte público local.

Subte, ABL, servicios varios y presupuesto. Todo subirá y bastante. Pero la mayoría de los porteños tienen espaldas para afrontar los mayores gastos, según indican los mismos estudios utilizados por el gobierno local para proyectar su cálculo presupuestario. El crecimiento de la actividad, del empleo y de los ingresos promedio, junto con una aún leve mejora de la distribución en el distrito, así lo indican.

Lic. Gerardo Codina

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