Porteñas | Defensora del Pueblo de la Ciudad

“Queremos aportar a un discurso de solidaridad”

En una entrevista exclusiva para los medios barriales de la Cooperativa EBC, la Defensora del Pueblo, María Rosa Muiños, cuenta el abanico de temas que trabajan y el modo en que son abordados: desde una línea de whatsapp para facilitar las denuncias hasta personal de los organismos públicos -que suelen ser foco de reclamo- atendiendo allí mismo en la Defensoría; desde el acompañamiento a los colectivos vecinales hasta la presentación de proyectos de ley en la Legislatura. Por Mariana Lifschitz, para la Cooperativa de Editores EBC
Buenos Aires, 9 de agosto de 2022. Una sala amplia con una mesa larga en su centro. Sobre ella carpetas, papeles, un par de botellas de agua mineral y vasos a medio beber, una computadora portátil y algunos celulares. Dos ventanales rodean el ambiente, uno físico y el otro virtual: tras los vidrios del primero, la avenida Belgrano. En la pantalla del segundo, cifras siempre actualizadas van mostrando el conteo de reclamos que la Defensoría recibe por sus distintos canales.

La Defensoría del Pueblo fue creada en el año 1996, de acuerdo con lo ordenado por la Constitución local en su artículo 137. Según expresa la ley, el Defensor o Defensora cuenta con “autonomía funcional” y “autarquía financiera”, es decir que no recibe órdenes de ninguna otra autoridad y es un organismo de control. Su mandato dura cinco años, con posibilidad de renovar por otros cinco.

Son los legisladores quienes eligen al Defensor del Pueblo mediante una votación y la elección siempre recae sobre una figura de la oposición al partido político gobernante. María Rosa Muiños es la cuarta en tomar el cargo, después de Alicia Oliveira, Alicia Pierini y Alejandro Amor, quien renunció en 2021 para asumir como legislador, función que viene de ejercer Muiños por dos períodos consecutivos (entre el 2013 y el 2021).  

Con las riendas de la Defensoría

La flamante Defensora entró al edificio de su nuevo lugar de trabajo en diciembre pasado, como quien vuelve a un lugar familiar. Es que durante el período 2004-2013 acompañó a Alicia Pierini. Hoy vuelve como Defensora del Pueblo, trayendo también consigo el bagaje que le dejó su experiencia en la Legislatura. 

Consciente de que su gestión se enmarca en un ambiente social atípico, con los ánimos atravesados por la experiencia de la pandemia, Muiños elige posicionarse positivamente: “Me parece que hay una obligación de los funcionarios públicos de construir un discurso diferente, de solidaridad. Vemos que el  pánico que nos produjo la pandemia no redundó en un aprendizaje sino al contrario, nos volvió menos receptivos, más hacia adentro. Desde nuestro lugar entonces debemos contrarrestar ese estado de cosas, tenemos que favorecer un clima de organización,  de optimismo, de futuro y eso es lo que vamos a tratar de hacer en nuestra gestión”. 

– ¿Cuáles son las demandas que la defensoría recibe con mayor frecuencia?
María Rosa Muiños: “Hay varios temas que siempre figuran entre los primeros cinco. Algunos problemas son estacionales -como el reclamo por la falta de vacantes en las escuelas- y otros son producto de la época, como las deficiencias en las prestaciones de salud, que si bien siempre estuvieron presentes crecieron fuertemente a partir de la pandemia. Otros problemas son históricos: usuarios y consumidores ocupa siempre el primer lugar: incluye telefonía celular, servicio de cable, de internet o bancos. Actualmente tenemos también muchas denuncias con respecto a inquilinos, sea por desalojos compulsivos o por los aumentos desmedidos en los precios de los alquileres”.

Más accesibilidad

 “Muchas veces los denunciantes llegan a la Defensoría como última opción, luego de haber golpeado otras puertas infructuosamente”, advierte Muiños. “Como ya fui a todos los lugares posibles y no pasó nada, voy a probar con la Defensoría”, dice, poniéndose ella en el lugar del vecino que reclama.

El panel de control en el despacho de la Defensora contabilizaba el día de esta entrevista 134 denuncias ingresadas vía telefónica o vía mail, más 113 denuncias presenciales. Ante la sospecha de que las situaciones de vulneración de derechos en CABA a las que la Defensoría podría dar solución deben ser muchas más, acaban de habilitar un canal de whatsapp para hacer más accesible la posibilidad de denunciar. La primera respuesta de esa línea la da un boot, devolviendo una serie de preguntas guía para saber a qué operador derivar según el área de la denuncia. Luego una persona real atiende la llamada, ya que la idea es que no se pierda el vínculo humano.

Colaborar con la Legislatura

Una de las atribuciones que la Constitución asigna a la Defensoría es la “iniciativa legislativa”: la posibilidad de presentar proyectos de ley. Muiños considera que el aporte que esta institución puede hacer a la Legislatura es muy valioso: “A partir de las denuncias que recibimos, podemos ver cuándo hay un hilo conductor: un reclamo repetido que deriva de una ausencia o sobreabundancia de normas. En esos casos tenemos la capacidad de intervenir proponiendo a la Legislatura la creación o la modificación de una ley”.

La Defensora reconoce que esta acción legislativa que ella buscará reforzar durante su gestión, le significará un trabajo fino para que llegue a buen puerto. “Como ex legisladora sé que todos los legisladores son muy celosos de su ámbito, y es razonable que sea de esa forma. Seguramente habrá que entablar un diálogo de convencimiento, persona a persona, para que entiendan que determinada reforma que estás proponiendo es necesaria, que no tiene que ver con darle mayor relevancia a la Defensoría por sobre la Legislatura, no es esa la idea, sino trabajar con todos los bloques para que esa iniciativa que vos entendés que está cubriendo un faltante, finalmente se convierta en ley”.


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