Porteñas | ¿Vuelta a clases?

Un plan sin previsiones

La polémica decisión del gobierno de porteño de empujar a la comunidad educativa a un retorno a clases presenciales sin ninguna previsión sanitaria en medio de un renovado auge de la pandemia en nuestra ciudad, el distrito más afectado del país, despertó numerosas reacciones en contra. Entre ellas, las de los integrantes de la comunidad de la Escuela Mariano Acosta de Balvanera.
Buenos Aires, 26 de enero de 2021. Luego de que la ciudad confirmó el retorno escalonado a clases presenciales a partir del próximo 17 de febrero, los padres organizados del colegio Mariano Acosta anunciaron que no enviarán a sus hijos a clases. De este modo, uno de los centros educativos más importantes de CABA, y escuela emblemática de nuestra comuna, parece que empezará el ciclo lectivo 2021 con las aulas vacías.

Paula De Poli, madre de uno de los alumnos, señaló que los padres están “interesados en volver a la normalidad” pero indicó que “no están dadas las condiciones para que esto se concrete”. Según expresó la mujer en diálogo con la radio AM 750, esta decisión se tomó de forma conjunta con gran parte de los tutores responsables del alumnado, quienes también acompañan la postura de los gremios docentes.

Más tarde, la exdirectora del Mariano Acosta, Raquel Papalardo, hizo público también su apoyo a la comunidad educativa y aseguró que la vuelta a clases se tornó “un problema político” en un año electoral . Además, cuestionó al gobierno porteño y denunció que “si les hubiese interesado de verdad (el retorno a la presencialidad) no hubieran recortado el presupuesto educativo”, que es el más bajo de la última década.

“Padres y docentes están jaqueados, tienen temor. No hay condiciones en las escuelas para volver a la presencialidad. Muchas tienen patios cerrados, poca circulación, los chicos a veces están a 15 centímetros”, detalló. Al mismo tiempo, contó que en promedio los docentes tienen de 10 a 15 cursos en una sola o distintas escuelas, lo que torna “imposible” aplicar tantas burbujas sanitarias que funcionen de forma correcta, tal como indica el supuesto Plan “Primero la Escuela” que presentó la Ciudad.

“Nadie está en contra, pero tiene que ser con muchos cuidados”, precisó la docente y tildó a la decisión de reabrir las aulas para toda la curricula como un “capricho”. “Es una maldad de un grupo que cree que los docentes son los principales enemigos”, insistió. 

La posición de los gremios

El sindicato mayoritario Unión de Trabajadores de la Educación (UTE - CTERA) respondió con un duro comunicado al anuncio oficial. "Desde UTE manifestamos nuestra preocupación y reiteramos la posición de nuestra entidad sindical detallada en una carta entregada el pasado viernes 15 de enero. Tal como desarrollamos en el escrito mencionado, consideramos que el aumento de contagios en la Ciudad de Buenos Aires y la falta de espacios adecuados en los edificios escolares para el desarrollo de actividades sin poner en riesgo la salud hacen que no estén dadas las condiciones epidemiológicas ni de infraestructura para el retorno a clases presenciales el 17 de febrero", señalaban. 

"El jefe de Gobierno y sus funcionarios citan de forma irresponsable informes de instituciones de gran reconocimiento para respaldar la urgencia del regreso a las aulas en contradicción con lo que plantea la Asociación Argentina de Pediatría y los propios organismos citados (...) Exigimos al Gobierno de la Ciudad la urgente inversión para: la creación de puestos de trabajo tanto de docentes como de auxiliares, elementos de protección e higiene suficientes para todo el personal, computadoras y conectividad para la totalidad del alumnado y sistema de ventilación en aulas, adecuación de baños. A estos reclamos le sumamos la necesidad de garantizar con políticas serias el transporte y las canastas nutritivas. También insistimos en la implementación de un esquema de vacunación para todo el personal y respuestas concretas  en referencia a las situaciones de comorbilidad de docentes, auxiliares, estudiantes y familias", remataban. 

Por su parte, la secretaria de UTE-Ctera, Alejandra Donato, criticó la medida. "No hay ningún planteo serio ni responsable ni de planificación, no hay nada", manifestó Donato. Durante una entrevista que mantuvo con C5N, la dirigente gremial expresó: "Hay unas partes muy marketineras, él (Horacio Rodríguez Larreta) dice la parte de UNICEF y UNICEF dice la importancia de las clases presenciales, pero marca los cuidados que hay que tener. Hay que planificar los cuidados, hay que poner un transporte seguro", por ejemplo.

"No hay ningún planteo serio ni responsable ni de planificación, no hay nada. Nosotros no esperábamos esa respuesta. No queda muy clara la organización de cuántas chicos y chicas estarán en las burbujas". "Dónde están los protocolos, tampoco me quedó claro el trasporte público. Me parece muy prematura esa decisión", detalló.

Al hacer referencia sobre el tema de los testeos en los docentes, luego de que Horacio Rodríguez Larreta aseguró que serán testeados cada 15 días, Donato contestó que los test no son garantía de que no se propague el virus. Y aseveró que lo mejor sería esperar la vacuna. "Cuál es el apuro. Podían esperar hasta que esté la vacuna", concluyó.

En tanto, desde la Asociación Docente Ademys remarcaron que el protocolo de Horacio Rodríguez Larreta y la ministra de Educación Soledad Acuña no garantiza “ni una sola medida de protección para los pibes ni para los docentes en el marco del rebrote” del nuevo coronavirus. Ademys fue de las primeras organizaciones en expresar su descontento y denunciaron que CABA recortó un 70% el presupuesto de infraestructura, por lo que no podrán acondicionarse las escuelas. 

“El gobierno porteño deslinda la responsabilidad de la implementación del plan en las escuelas y las condiciones escolares por lo que le tiran la pelota a los directores y a los docentes. El anuncio fue un golpe de efecto para decir que vuelven las clases pero sin un plan serio para llevar adelante”, sostuvo Jorge Adaro, secretario adjunto de Ademys. Para el dirigente, el planteo de la Ciudad que prevé “burbujas” de 30 alumnos es “irresponsable e impracticable”. “Es mandar a los pibes al matadero”, aclaró Adaro, que a su vez señaló la contradicción con los protocolos implementados a fines del 2020.

“El año pasado inventaron las burbujas para retomar la presencialidad y, más allá de que fueron un fracaso porque las familias no mandaron a los niños a las escuelas, los dispositivos eran de 8 alumnos para preservar la salud y el distanciamiento, no de 30”, sostuvo Adaro. En este sentido, el dirigente señaló que pasar de 8 a 30 alumnos por grupo, en lo que llamó “burbujas de hacinamiento” es “un cuadro agravado”. “Son medidas irresponsables e impracticables. Las burbujas de hacinamiento que planteó el gobierno van terminar siendo responsabilidad de los docentes y los directores”, finalizó Adaro, que anticipó que su gremio llamará a asamblea para decidir las medidas tomar. 

Desde el Sindicato Argentino de Docentes Privados (Sadop), por su parte, remarcaron la importancia de trabajar para que la vuelta a clases sea segura en términos epidemiológicos. En eso estaban trabajando en una serie de encuentros convocados por las autoridades porteñas en el marco de la Mesa de Condiciones Laborales y Salariales del Ministerio de Educación. Sin embargo, el anuncio de esta mañana cayó como una sorpresa, ya que varios puntos seguían en discusión.

“Hoy a la mañana el Jefe de Gobierno de la Ciudad, una vez más en una clara campaña de marketing político, anunció en los medios la vuelta a la presencialidad el 17 de febrero informando varias cuestiones que en la reunión de ayer no tuvieron ningún tipo de respuestas por parte del Ministerio de Educación”, sostuvieron desde Sadop en un comunicado. Desde Sadop Capital remarcaron que la presencialidad en las escuelas sólo es posible en “condiciones epidemiológicas seguras” y siempre y cuando todos los docentes estén vacunados.



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