Porteñas | Asbesto en el subte

Mala praxis en la gestión

La compra de unidades usadas para reequipar la Línea B fue una mala idea por donde se la mire. Fuera de servicio en Madrid por considerarlas chatarra, acá las trajeron con la novedad del aire acondicionado y la manijita para abrir manualmente las puertas. Pero vinieron con problemas, que encarecieron enormemente su precio. La denuncia penal contra Macri y Larreta.
Buenos Aires, 8 de octubre de 2019. La modernización de la flota del subte era necesaria. Ni la anterior gestión ni la actual pensaron que se podía intentar fabricar acá los equipos, así que los importaron. Después de muchísimos años, hicieron su debut los nuevos trenes de la Línea A, que venían de China. Al principio, hasta perfumados con aroma a limón. Pero eran parte de la pesada herencia kirchnerista. De modo que Macri tuvo que hacer algo parecido.

Parecido, pero no igual. Fue a Madrid, negoció con sus amigos del Partido Popular antes de que los echaran por corruptos y compró una oportunidad. Pagó más de medio millón de dólares (550.000 para ser exactos) por vagones destinados al desguace por viejos, los mismos que este año salieron a remate allá por sólo 5.000 dólares. Eso no fue todo. Los túneles de la B estaban adaptados para otros vagones, por lo que hubo que hacer una serie de obras en la red y cambios en los sistemas de alimentación eléctrica de los trenes. Lo que engordó la cuenta redondeando una inversión ruinosa para la Ciudad.

Y en eso apareció el asbesto

Como frutilla del postre, después de todo, los trabajadores del subte madrileño denunciaron que los coches que habían estado usando 40 años, los mismos que compramos nosotros, tenían asbesto en sus equipos de frenado y otros componentes. 

El asbesto o amianto es un mineral comprobadamente cancerígeno que, por tal razón se encuentra completamente prohibido en España y en Argentina, entre otras muchas naciones del planeta. No se puede estar en contacto prolongado con el mismo, porque desprende micro fibras que se depositan en los pulmones y los dañan, causando lesiones cancerosas. 

Resultado: hubo que retirar las formaciones importadas de España porque son un peligro para la salud, primero de los trabajadores y luego, de los usuarios. Que los quiten, es sólo evitar que sigan perjudicando. Porque ya estuvieron recorriendo los túneles y quitar el amianto del ambiente no es tarea sencilla. 

El corolario es que se gastó una millonada que sólo sirvió para afectar la salud de los porteños y ahora los vagones se amontonan en un galpón, por el que la Ciudad paga una fortuna a una empresa propiedad de los amigos de Clarín. Unos 115 mil dólares mensuales de alquiler. Leyó bien.

La denuncia penal

El portal sintesisporteña.com.ar publicó el 20 de setiembre que "El presidente Mauricio Macri y el Jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, fueron denunciados penalmente por la compra de los trenes usados CAF 5000, retirados de servicio el año pasado por tener piezas con asbesto. En la denuncia también fueron incluidos los presidentes de Metrovías, Alberto Verra, y de Subterráneos de Buenos Aires (SBASE), Eduardo de Montmollin, y el director de la Subsecretaría de Trabajo, Industria y Comercio de la Ciudad, Fernando Cohen."

La demanda fue presentada por el ingeniero en Seguridad Ambiental Edgardo Castro, inspector de la Subsecretaría de Trabajo de la Ciudad. Los delitos que se les imputan son violación de los deberes de funcionario público, abuso de autoridad y encubrimiento. El texto de doce carillas señala que se adquirió material rodante con aquel residuo peligroso cuya importación está prohibida por ley desde 2001. 

Lo curioso del caso es que cuando administraba la CABA, Macri supervisó en persona la adquisición de los 36 coches al Metro de Madrid que costaron 19.800.000 dólares, a razón de 550 mil cada uno. Aunque es ingeniero, ni el ex jefe de Gobierno ni sus colaboradores verificaron los riesgos que se corrían con la operación comercial. Aunque apenas inició su tramitación, de comprobarse el delito, se abrirían también las puertas para una acción civil por daños y perjuicios al Estado porteño y a los trabajadores y usuarios de la Línea B.

La presión gremial por la salud de los trabajadores

El tema tuvo otra consecuencia. Más allá de la manifiesta voluntad política de desconocerlos, que fuesen ellos los que hicieron la denuncia pública de la presencia del asbesto en los vagones comprados usados en España y otros que circulan en el subte, terminó por obligar a Larreta a sentarse a negociar con los metrodelegados, que debieron amenazar con paros para lograr este resultado. 

El 24 de setiembre publicamos en la web sintesiscomuna3 que "La semana pasada, el sindicato de trabajadores del subte informó mediante un comunicado los acuerdos alcanzados con el Gobierno porteño en la remediación de la salud laboral afectada por la presencia de asbesto en los equipos de trenes en circulación". El comunicado de la Asociación Gremial de los Trabajadores del Subte y Premetro dice, entre otras cosas: 

"Luego de un año y siete meses llevando adelante la lucha contra el asbesto y por las mejoras de las condiciones de salud laboral, logramos firmar un acta con los siguientes puntos:
-  Se les realizarán los estudios médicos correspondientes a los trabajadores del sector de tráfico de la línea B, comenzando a más tardar el 1ero de octubre.
-  Se realizará un monitoreo para revisar el cumplimiento en tiempo y forma del cronograma de desasbestización de la flota Mitsubishi en los términos que marca la ley para el resguardo de la salud de los trabajadores.
-  Las empresas Metrovías y SBASE comunicarán la fecha de inspección y muestreo de piezas de las flotas Nagoya, Siemens, General Electric y Fiat que posean o sean sospechosas de poseer asbesto".  

Santiago Pujol


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