Comunales | Hospital Ramos Mejía

Renovarán quirófanos y terapia intensiva

El Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires invertirá más de $117.000.000 en la renovación de áreas críticas del hospital de Balvanera. Los trabajos durarán 900 días. Es después de reclamos vecinales por la deficiente atención, la falta de personal, insumos, medicamentos e instrumental. Las pésimas condiciones laborales hace que sectores hasta el 40% del personal está con licencia psiquiátrica.
Buenos Aires, 31 de octubre de 2017. El Ministerio de Salud de la Ciudad de Buenos Aires informó que va a remodelar el área de terapia intensiva y los quirófanos del Hospital Ramos Mejía, ubicado en la esquina de Urquiza y México en el barrio porteño de Balvanera (Comuna 3). Hay un presupuesto oficial de $117.856.483,85 y los trabajos se extenderán a lo largo de 900 días, según fuentes oficiales.

Según la Licitación Pública Nº 1442/SIGAF/17, aparecida el jueves pasado en el Boletín Oficial porteño, las obras incluyen la provisión de materiales, equipos y mano de obra especializada. El 30 de noviembre se sabrá el nombre de la empresa elegida.

Las problemáticas en estas áreas del hospital fueron denunciadas meses atrás por vecinos de Balvanera. Distintas agrupaciones locales, entre ellas Manzana 66, han hecho a fines de junio una recorrida con el defensor adjunto Arturo Pozzali. La visita tuvo lugar a fines de junio y el defensor tuvo oportunidad de constatar el estado de abandono en el que se encontraba el Hospital. El Dr. Alejandro Muñoz, entonces director del hospital y que lo acompañó en la recorrida, señaló en la ocasión que la falta de medicamento cada vez era mas frecuente, que la guardia del hospital está en un estado preocupante y la sala de espera se encuentra colapsada por el tiempo de espera, por lo que no es extraño que ocurran hechos de violencia.

Entre los problemas más significativos del hospital, informaba la Defensoría, se pueden señalar la falta de funcionamiento de los tomógrafos y de 6 de los 12 quirófanos, la demora de hasta un año en el otorgamiento de turnos de ecografía, la falta de mesas de anestesia y anestesistas. Sumado a esto, los baños para los pacientes se encuentran en pésimo estado, sin techo y con paredes con humedad.

Arturo Pozzali se puso a disposición de los trabajadores del hospital para trabajar en conjunto y conseguir los recursos que necesiten. "Como ha ocurrido con anterioridad encontramos un hospital víctima de un virtual abandono" manifestó el Defensor adjunto.

En agosto Alejandro Muñoz renunció a la dirección del Hospital Ramos Mejía. Fue la segunda dimisión en cinco meses, antes había dimitido Eduardo Seoane.

Ese mismo mes el Gobierno porteño hizo el llamado a la Licitación Pública N° 401-08767-LPU17 sobre la “provisión de equipos y equipamiento médico con destino a áreas críticas de diversos hospitales”. Entre ellos se menciona al Ramos Mejía.

El Hospital, uno de los más importantes de la Ciudad, presenta variadas problemáticas, entre las que se destacan los largos tiempos de espera, la falta de médicos y la inseguridad. Los vecinos señalan que "La guardia tiene mucho tiempo de espera. Para ir a la guardia hay que venir con la ambulancia, sino no te atienden por cuestiones simples. Para sacar turnos de consultorios externos hay que llamar al 147 o ir a las 4 de la mañana. Los médicos del 107 son los de guardia, si hay muchos llamados se ve perjudicada la atención de la guardia".

También reprochaban que cuando los pacientes están muy graves "los médicos no están". "Los enfermeros están todos agrupados en un sector y nadie te responde. Los fines de semana es peor sumado a los casos que vienen por casos de drogadicción, borrachos. Falta de medicamentos, insumos e instrumental. No hay teléfonos en las salas, porque todos se manejan con celular. Los teléfonos de las salas no funcionan", enumeraban.

"En la guardia no hay suficientes sillas de ruedas, los pacientes no se pueden trasladar, se roban las sillas. Nunca dan ambos para los trabajadores. No hay baños públicos, solo adelante, y muchas veces está clausurado, la gente no tiene donde hacer sus necesidades. Hay otro baño en cardiología pero no funciona", agregaban. "La inseguridad es grave. Se roban entre pacientes, entra gente en traumatología, en hematología. Es tierra de nadie de noche o fin de semana", alertaban.

"El tomógrafo funciona de a ratos, siempre le pasa algo. La sección mantenimiento está en pésimo estado. Funcionan 6 quirófanos de 12. El 40% del personal de neonatología está con parte médico psiquiátrico. Faltan médicos clínicos, anestesistas, camilleros, personal administrativo. Se necesita arcos de seguridad y más personal de seguridad. Hay residentes haciendo de camilleros", sumaban sobre problemas.



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