Sociedad | La mujer que se creó a sí misma

Doña Petrona

La inminente apertura del museo de la emblemática cocinera argentina en el barrio de Sa Cristóbal actualiza la vigencia de “Delicias y saboresâ€, la investigación de la socióloga Andrea Matallana, presentado en marzo de este año. El libro publicado por Capital Intelectual reivindica a Petrona como una pujante “emprendedora†del siglo XX. Buenos Aires, 27 de junio de 2017. Al momento de la presentación del libro la agencia Telam publicó un reportaje de Leticia Pogoriles a su autora, la socióloga Andrea Matallana.

Transcribimos el texto. ““Delicias y saboresâ€, la reciente investigación de la socióloga Andrea Matallana profundiza en la figura mítica de Doña Petrona, la reina indiscutida de las cocinas argentinas entre los años 30 y 70, que no sólo sigue llevando el cetro y la corona de la gastronomía local, sino que en este libro -que analiza procesos clave de la historia argentina a partir de su imagen pública- es reivindicada como una pujante “emprendedora†del siglo XX.â€

“Si bien Petrona continúa en el imaginario local -por su aclamado libro, una biblia de más de 900 recetas que pasó la 102° edición, grupos en las redes sociales, fascículos en kioscos y obras de teatro- hasta el momento ningún investigador argentino había tomado a la ecónoma santiagueña como punta de lanza para analizar la inmigración interna, el primer peronismo, los consumos de la clase media, la irrupción de los medios masivos y el rol de la mujer.!

“Así, “Delicias y sabores†(Capital Intelectual) pone el acento en la Petrona C. de Gandulfo emprendedora, pujante, aspirante a una mejor calidad de vida, empresaria e independiente. Petrona, escribe Matallana, “no sólo da sentido a una época de la historia argentina, sino a un relato familiar, cotidiano y personal que pasa de generación en generación al igual que su libroâ€.â€

“Esta mujer, arquetipo de la ‘self-made woman’ criolla de la mitad del siglo XX y pionera en la pantalla chica que con su voz de mando supo decodificar el genoma de la cocina argentina, estuvo lejos del ideal de salud que se pregona hoy. Sin embargo, vivió hasta los 95 años, fumó toda su vida y nunca olvidó sus dos whiskies diarios. El secreto para la larga vida, contaba cada tanto, era comer ajíes “de la mala palabraâ€.â€

“Además, fue la constructora de su propio mito, que ahora la canoniza entre ollas. “Fue tan inteligente que comenzó a crear su mito en vida. Contaba y recontaba una historia plagada de nudos clásicos de una trama trágica: no sabía cocinar pero tuvo que hacerlo para ganarse la vida, no sabí¬a trabajar pero sostuvo su hogar, es una especie de madre corajeâ€, explica Matallana.â€

“Frases como “cuando me casé no sabía ni hacer un huevo frito†y “a la cocina no me llevan ni a escobazosâ€, las dijo en “el pináculo de su éxito. No hay entrevista en donde no haga un ritornello sobre estos elementos que son el triunfo de una mujer que se creó a sí misma. El hecho de que lo contara en vida facilitó las cosas para sus herederos: estaba describiendo un proceso de individuación y éxito que la hacía única e irrepetibleâ€, analiza la autora.â€
“Matallana presenta “la historia de una mujer y del éxito de su proyecto. Describo cómo armó un mundo del trabajo y lo llevó adelante, básicamente porque querí¬a superarse económicamente. Al otro lado, hay una parte de la sociedad con aspiraciones de clase alta que se sintió interpelada por ese recetario, ayudada por las condiciones docentes de Petrona, que sabí¬a explicar en radio o en vivo, y que en televisión hablaba directo a cámara. Fue única en su épocaâ€, resume.â€

“Me impresionó que entre los historiadores que se dedican a la clase media argentina un personaje como ella haya pasado desapercibido. A lo largo de sus libros y sus clases en la radio y en la Compañía Primitiva de Gas, Petrona no sólo enseñó a cocinar, sino a ordenar la mesa y el hogar.â€

“La década del 40 le brindó a la mujer la posibilidad de orientarse hacia el hogar. En este aspecto, el interlocutor básico de su libro es la mujer que ha concretado su ascenso a los sectores medios, que está en su casa y la administra.â€

“Esto no era un deseo en un libro, sino una posibilidad concreta: el tipo de economía de los años del primer peronismo hicieron que la base social del consumo se ampliara. Los precios baratos de los alimentos posibilitaban generar una diversidad de platos y postres que en los años 30 a los sectores populares le eran vedados.â€

“En los 60, Petrona representa a la clase media nacional. Sin dudas, es quien educa a la mujer de la familia tipo. La cantidad de personas a quienes les regalaban su libro para que aprendieran a cocinar o las mujeres que cuentan como la veían por la tele y hacían esos platos es impresionante.â€

“Fue una pionera en la televisión y se aventuró a cocinar por ese medio cuando ni siquiera habí¬a estudios acondicionados para eso, pero lo hizo convencida del futuro de la televisión y de la necesidad de ajustarse a ese futuro.

El museo en su homenaje se abrirá este próximo jueves 29 de junio de 10 a 17 horas, en Av. Jujuy 1582 y tendrá entrada gratuita.

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